CAPÍTULO 6.
Octubre de 2021.
-Miriam no puedes renunciar a ese puesto así como así, sabes lo que me costó convencer al director de que te cogieran allí.
-¿Igual un poco de mérito tengo yo, no? Llevo más de un año currando para ellos- desafió Mimi a su padre mientras revolvía su plato de pasta aunque ya sin mucho apetito.
-¿Y qué piensas hacer ahora?- le preguntó el hombre ofuscado.
-Quiero volver a Madrid -lanzó sin mirarlo aunque sabía que la mirada de él la estaría fulminando.
-¿Tu madre te ha convencido de esto verdad?
-¿Por qué crees que no puedo tomar decisiones por mí misma?
-No es eso Miriam- suspiró el hombre viendo el rumbo que tomaba la conversación- Decidiste ir a Milán, estudiar allí, acepté e hice por ti todo lo que estaba a mi alcance, volviste con la idea de instalarte en Barcelona, moví todos mis contactos para que tengas un lugar en las mejores marcas, ¿y ahora qué? No puedo consentir todos tus caprichos Miriam- negó antes de beber de su copa de vino mientras Mimi intentaba retener sus lágrimas y relajar el nudo que se le había formado en la garganta.
-Vale, ya entiendo - dijo como pudo - ¿crees que no soy capaz de hacer absolutamente nada sin ti, no? pues muy bien, no necesito que sigas haciendo nada por mi, soy muy capaz de conseguir algo por mi cuenta -agregó visiblemente afectada mientras guardaba sus cosas en el bolso.
-Mimi espérate- la paró al verla así- hablemos tranquilos, puede ser?
Y muy a su pesar, Mimi se quedó en aquel almuerzo, porque aunque sabía que su padre había jugado la carta de decirle Mimi para ablandarla, no pudo resistirse a la mínima muestra de cariño que le ofrecía.
Días después de aquel almuerzo su padre la volvió a llamar para ofrecerle un bonito piso en Madrid, prometió no volver a involucrarse en sus asuntos laborales pero al menos por el momento se quería quedar tranquilo de que estaría en un lugar adecuado. Mimi aceptó, al fin y al cabo la idea no era nada mala, y con un lugar dónde quedarse ya buscaría más tranquila un nuevo empleo, por lo que dos semanas después ya se encontraba subiendo cajas al ascensor de su nuevo edificio.
Noviembre de 2021.
-Buen día guapas- saludó Mimi a sus vecinas cuando las tres coincidieron esperando el ascensor.
-Hola Mimi- la saludó la pequeña- ¿te ha gustado la sopa de mi mami?
-Muchísimo reina, si hasta le he pedido que me haga más -rio mientras entraban al ascensor- ¿Qué tal tú?- le preguntó a Miriam.
-Con mucho sueño- le sonrió apoyándose sobre la pared del cubículo.
-Eso pasa por dormir tarde- le guiñó el ojo haciendo referencia a las horas que se habían despedido la noche anterior.
-¿Vas al gimnasio? - curioseó Julia
-Julia- le llamó la atención su madre- no seas cotilla.
-Pero que si a mi no me molesta- la tranquilizó- si bonita, voy al gimnasio porque después he quedado con Lali- le sonrió a Miriam que le devolvió la sonrisa.
-Ala ¿Conoces a Lali?- se entusiasmó- es mi tita postiza favorita- sonrió la pequeña.
-La he conocido hace poco pero sí que parece muy guay.
-Lo es- respondieron madre e hija al unísono cuando llegaron a planta baja.
Ya en la puerta Mimi las vio subirse a un auto y ella continuó con su camino hacia el gimnasio que le quedaba a unas cinco cuadras.