-Es un pendejo, en serio, no quiero volver a saber nada de él, por mi se puede ir al mismísimo infierno si así lo desea- despotrico un rubio bastante molesto con sus amigos.
Lulu estaba caminando a su lado, fingiendo que lo estaba escuchando, pero internamente preguntándose ¿ahora que rayos había hecho Lucci para que Paulie se pusiera así?, ese par siempre eran así, un rato se querían al otro ya estaban discutiendo al otro volvían a quererse, para que 5 minutos después ya estuvieran peleando, a veces pensaba que a su amigo o le gustaba la mala vida o era masoquista. Ya eran varias las ocasiones en que sus amigos le habían dicho que lo más sano para su estabilidad era terminar con el azabache.
-Paulie no deberías hablar de esa manera de tu novio- hablo con sensatez el siempre sabio Iceburg, ese hombre siempre daba los mejores consejos.
¿Pero sus amigos alguna vez lo escucharon? Por supuesto y claro que NO, parecía que cada consejo que les daba les entraba por un oído y les salía por otro, si no pregúntele a Franky, le había dicho que experimentar con pirotecnia era malo, ¿pero el hombre lo escuchó? No, nunca lo escuchaba, por lo terminaron incendiando un terreno y con quemaduras de segundo grado en aquella ocasión. O como aquella ocasión que le dijo a Franky que realizar aquella hazaña era peligroso, pero igualmente lo ignoro y su hermano terminó con un brazo roto ese día.
Iceburg había creído que Paulie sería diferente, que el rubio si lo iba a escuchar cuando le dijo que Lucci no le convenía, después de todo el joven lo veía con mucha admiración y besaba el piso por donde él caminaba, o eso solía decir Franky, pero para su sorpresa el rubio tampoco lo escuchó y empezó a salir con el azabache aún con todos los consejos y los no te conviene que le dieron todos sus amigos.
-¿Mi novio?, quisieras, él y yo hemos terminado- dijo el rubio triunfante.
Los tres amigos se detuvieron de repente, viendo el cielo aclararse milagrosamente, ¿acaso Paulie ya había entrado en razón?, ¿acaso ya se les había cumplido su milagro?, los puercos deberían volar y debía llover chocolate, porque aquello era un verdadero milagro.
-¿En serio?- preguntaron ambos bastante sorprendidos, empezando a planear con que distraer a Paulie antes de que este se arrepintiera y decidiera que era mejor estar mal acompañado que solo.
Para festejar aquello y porque era el acontecimiento del momento decidieron ir a un karaoke/bar/restaurante a divertirse, durante mucho tiempo habían rezado por que Paulie terminará su relación tóxica con Lucci y ahora que estaba libre debían disfrutarlo.
***
"Mi amigo al fin se dio cuenta" decía la historia de Instagram de Tilestone, en la imagen se podía ver a Paulie cantando junto a un extraño, muy junto para gusto de Lucci, de fondo se escuchaba la canción de "Perdedor" de intocable, un tic empezó en la ceja de Lucci, a sus ojos esa era una indirecta muy directa.
¿Quién rayos se creía ese extraño para estar tan junto a su rubio? ¿Y Paulie cómo osaba ir a un bar a festejar y divertirse el día que ellos habían peleado? Kaku pudo notar el aura sombría de Lucci a su alrededor, sus demás amigos por el momento decidieron ignorarlo, sabiendo que el humor del azabache empeoraba cuando peleaba con Paulie.
-¿Qué pasa?- preguntó Kaku cuando se dio cuenta que su amigo parecía querer matar el celular con la mirada- sabes que tu mirada no romperá el celular por más que lo desees- dijo a modo de broma el castaño, dándose cuenta que a Lucci no le causó gracia.
-Mira- dijo mostrando su celular, en el ahora video, Paulie estaba cantando, su brazo en el hombro de aquel sujeto de cabellos verdes que se le hizo extrañamente familiar. En algún lugar lo había visto.