Capítulo cinco

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Los gritos de Mirabel me hicieron correr a ver que pasaba, Mirabel decía que habían unas grietas o algo así.

Todos salieron a ver que pasaba, pero para nuestra sorpresa no había nada, la abuela afirmó que la magia estaba fuerte y que la fiesta podía continuar.

Me crucé de brazos y le levanté una ceja a Mira con una mirada penetrante.

-Mariana no me mires así, de verdad paso!-Me reclamo.

-Uy si y yo tengo el cabello castaño-Torcí los ojos con sarcasmo, me acerque a ella-Sabes no deberías arruinarle la noche a Antonio solo porque la tuya fue un total fracaso-Le dije con el tono más frío del mundo, la verdad si me sentía mal por la mueca que puso.

Volví a la fiesta antes de que se diera cuenta de mi sentimiento, sentí un nudo en el estómago pero luego recodé sus palabras cuando papá desapareció.

-Eres un monstruo así como el que te crio, no me sorprende que te haya abandonado, tú tienes la culpa!-Me grito entre lágrimas antes de salir de mi habitación cerrado de un portazo la puerta.

Sus palabras me dolieron tanto que no quise salir de mi cuarto por los siguientes tres días, y la verdad no quiero hablar de eso.

Después de la fiesta entre a mi cuatro, con los tacones en la mano junto al listón.

Me tumbe en mi cama, soltando un fuerte suspiro, de repente la puerta se abrió y un olor a tulipanes llegó a mi nariz, no necesitaba voltear para saber quien era.

-Hola Isabela-Le dije.

-Te ves deprimida-Dijo asomando la cabeza y me senté como indio en la cama.

-Tú crees?-Ella asintió.

-Por suerte se quien te animará-Término de abrir la puerta y entró la luz de mis ojos.

-MOLLY!!-Exclame, Molly era mi mascota, una cocker de unos cinco años, de color naranja ruano, ladraba de felicidad al verme, para luego subir a la cama.

En las fiestas la solíamos encerrar en cuarto de Dolores ya que su habitación era silenciosa, pero como la vez pasada se orinó en donde no era, así que esta vez la metimos en la habitación de Isa.

Empecé a mimarla detrás de las orejas, y noté algo, no estaba estornudando, antes de que pudiera preguntar Isa respondió.

-Se sacudió el polen antes de entrar-Afirmó sentándose en la cama igual que yo.

-Enserio hiciste eso mi reina-Dije tomando su carita para darle un besito en la nariz, pero ella me lamió todo el labial haciendo escupir un poquito mientras Isabela se reía.

-Es la segunda vez en la noche que me corren el maldito labial-Me quejé limpiándome.

-Quien fue el primero?-Me quede helada ante la pregunta de Isabela, no podía decirle quien era, ella volvió a reír-Bromeó es muy obvio que fue Carlos-Yo asentí-Ay ojalá Mariano y yo tuviéramos es cantidad de afecto pero lo máximo que me da el hombre en un abrazo!-Se quejó acariciando la pancita de Molly.

-Extraño a papá-Hubo silencio-Se que tal vez no era una buena persona pero si era el mejor padre que una chica podría tener-Dije.

-Enserio?-Preguntó Isa.

-Con decirte que jugaba conmigo a fiestas de té sin protestar, tienes suficiente verdad?-Le dije con una sonrisa de nostalgia-No necesitaba amigos o hermanos, ni siquiera una madre cuando lo tenía a él, pero ahora tampoco lo tengo a él y es triste porque siento que tal vez yo fui la culpable de que se fuera-Explique con pequeñas lágrimas.

-Ey, el te amaba con todo su corazón, donde quiera que este de seguro y está muy orgulloso de ti-Explico arreglándome el cabello-Descansa-Dijo dirigiéndose a la puerta.

-Isa-Quería decirle que Camilo me había besado.

-Hum?-Mejor no.

-Tú también descansa-Apenas salió grite en mi almohada, no podía dejar de pensar en sus labios contra los míos, el calor de nuestra lenguas, sus manos en mi cintura las mías en sus rizos, Dios se sintió tan bien.

Pero luego recapacite...¡MALDICIÓN BESE A CAMILO! ¡MI PRIMO!

No, no, no, no, No! Esto está muy mal, que pensara el pueblo, ademas yo tengo pareja, que opinara el pueblo, la familia.

Si la abuela se entera, aplico la de mi padre y desaparezco, nadie debe de enterarse de esto.

Con ese pensado me fui a dormir.

Narrador:

Soñaste la continuación de cuando caiste de ese árbol en tu ceremonia, Camilo corrió hacia ti mientras Bruno bajaba del árbol, tú jadeabas de dolor.

-Mariana-El moreno Intentó de ponerte boca arriba hizo que pegaras un fuerte grito de dolor.

-Mi pierna! Me duele mucho!-Exclamabas del dolor, a los pocos segundos aparecieron Pepa, Julieta, Mirabel y Dolores que es la que las ayudo a encontrarte, Bruno termino de bajar para voltearte con mucho cuidado.

-Okey vida, entonces te duele la pierna, cual de las dos?-Bruno te pregunto y tú señalaste tu pierna
izquierda.

-Que sucedió?-Pregunto Julieta.

-Se callo del árbol-Respondió Bruno.

-Se callo o la empujaste?-Le cuestionó Pepa ganándose un codazo de su hermana.

-Okey entonces te duele la izquierda-Bruno destapó lentamente tu pierna del vestido blanco, rebelado de que la tibia estaba fracturada a la mitad y por debajo de la pierna había un bulto que era la punta del hueso.

-Se ve terrible-Recalcó Camilo ganándose un golpe un la nuca por parte de Dolores y Mirabel.

Ya en la casita estaban en la cocina y te habían sentado en una silla con un vaso de leche con chocolate para que dejara de llorar, Bruno caminaba de un lado a otro.

-Okey es una fractura, ay pero porque justo ahora?

-Bruno-Llamo Julieta.

-Ya casi es hora y tiene que pasar esto?

-Bruno-Llamo Pepa.

-Okey relajante de seguro y hay solución

-BRUNO!-Le gritaron ambas llamando la atención del pelo negro.

-Qué?!-Pregunto-Estoy angustiado por mi hi...-Julieta le enseño una de sus arepas de queso, por un segundo a Bruno se le había olvidado el don de su trilliza-Ay claro!-Dijo, Julieta te entrego la arepa.

-Ten linda come y te sentirás mucho mejor-Aclaró dándote un besito en la frente.

Al meterle un mordisco tu pierna sano casi al instante, pero al bajar de la silla hacer presión nuevamente, te volvió a doler y casi te caes.

Asentiste de que todo estaba bien aunque la pierna te doliera como el infierno.

Nota:

Les voy aclarando que no me gustan los capítulos extra, así que si de repente hay un flashback en pleno capítulo no se sorprendan, mañas mías.

La Chica de Los Ojos Oceánicos (Camilo Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora