Las aventuras que jamás debemos olvidar

¿Recuerdas lo que pasó ayer?

El azabache abrió lentamente los ojos, la luz penetraba por las rendijas de la ventana, pegandole justo en los ojos, en cualquier posición que hiciera.
Suspiro heladamente, dándose media vuelta, para notar que a su lado se encontraba el Azabache mayor.

-¿Qué diablos hace aquí Sousuke...?-Pensó Nanase, mirándolo detenidamente y así recordando.

Recuerdo de Haru de la noche anterior:

-"Te entiendo, Sousuke".- y Cerró los ojos, correspondiendo con un enorme dolor en el corazón.

Simplemente lo que ambos hicieron fue  algo como una reacción; ya que Sousuke se separó rápidamente de los labios del Delfín, mirando hacia otro lado, como enfadado.
-No creas que ha sido por algo en especial, Nanase, habría hecho esto con cualquiera que hubiese estado a mi lado, inclusive Momotaro.-

-Ya puedes bajarme, Yamazaki.- Dijo, heladamente Haru, habiendo vuelto a su "normalidad".

Sousuke lo bajo, con un extraño cuidado, procurando que no pisara mal, se miraron por unos segundos y luego se apartaron en cuanto Mako y Rin los llamaron.
La noche fue tranquila, pero rara... Esta vez Haru, que incluso en invierno se metía en el agua, no se asomo, ni en lo mas mínimo; parecía completamente perdido.

Hablaron por un rato largo, ni el Delfín ni el Tiburón Ballena dijeron una sola palabra, llegando así la noche a su plenitud.
El calor que hacía obligo a los chicos a sacarse al menos la remera, Haru terminó rindiéndose ante su deseo de meterse al agua que pocos segundos antes habría obtenido al sentir la suave brisa sacudir sus cabellos, como si se moviera bajo el agua.

Haru, Rin, Nagisa y Momo estaban en el agua, los tres ultimo, peleándose en el agua, mientras el ojiazul disfrutaba de la paz que el agua le transmitía.

El agua ya no estaba calmada, comenzó a levantarse un fuerte viento, y el hermoso cielo estrellado había sido cubierto por nubes grises que amenazaban con dejar caer las, seguramente, gigantescas gotas de lluvia.

Rin, Nagisa y Momo habían salido del agua, creyendo que Haru iba detrás de ellos, pero al ver la desesperación con la que Makoto se levantó, toda su tranquilidad desapareció, los tres voltearon hacia el mar, buscando pistas del delfín, hasta que vieron algo que los dejo completamente, sin aire.

-¡Haru no puede nadar!- La voz quebrada de Makoto fue lo que rompió el silencio de los chicos.

Sousuke se quito la remera y se adentró al agua a toda velocidad, tardando aproximadamente un minuto en encontrar a Haru, quien ya no tenía energías para moverse. Se estaba ahogando y sus movimientos eran patéticos, agitaba los brazos y las piernas con desesperación buscando mantenerse fuera del agua el mayor tiempo posible. Mas esto no siguió así debido a que sus brazos y piernas ya se habían cansado y el joven nadador comenzó a hundirse.
El tiburón ballena se metió para alcanzarle; lo cual no le costó mucho. Tomó al menor del brazo y lo sacó del agua, nadando hacia la orilla. Allí los recibieron los demás, con rostros preocupados, mirando a Haru y a Sousuke por igual.

-¡Waaa! ¡Haru-Chan!- Fue Nagisa, el primero en abrazar a Haru, lloriqueando.
Los demás se acercaron, mientras Haru solo miraba el cielo en silencio, con los ojos... como apagados.

Ya se había hecho muy de noche,y el tren que llevaba a los Samezuka a su preparatoria ya había dejado de pasar, por lo cual decidieron que harían una pijamada en la casa de Haru, ya que era el único que no tenía a sus padres en casa.
Makoto había llevado bolsas para dormir, y junto a las que Haru tenía (Y también, los colchones) los chicos pudieron acostarse sin problema alguno.
Salvo que hubo un inconveniente. Haru y Sousuke debieron acostarse en la cama de Haru, ya que no había ni bolsa ni colchón para Sousuke.

Lo único que Haru pronunció durante toda la noche fue un "gracias" a Sousuke, por haberlo salvado.

Cuando se acostaron, lo hicieron de espaldas. Mas en un acto de reflejo de Haru, cuando sintió la respiración de Sousuke en su cuello, se dio media vuelta y lo abrazó,como si de un muñeco se tratara.
Aunque al pasar las horas, el azabache menor terminase volviendo a darle la espalda al Mayor, uno de sus traviesos amigos, aprovecho para tomarles una bella foto. "Un lindo recuerdo del comienzo".


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Se que es corto, no me maten! Perdón la tardanza, intentaré empezar ya con el tercer capitulo, en el cuarto, alguno se me muere... ewe ¡Gracias por todos los comentarios! ¡Los quiero!

Ché, me disculpo a los lectores de que esto haya sido tan mierda, estoy poniendo todo lo que tengo en el segundo capitulo, espero remendar el error enorme que cometí trayéndoles este capitulo.