Al principio, cuando Paulie conoció a Lucci, lo detesto, el hombre no hablaba, además tenía un aura de "aléjense de mi" o "soy muy superior a ustedes como para dirigirles la palabra", le parecía bastante engreído, pero todo eso cambió conforme pasaron los días, su trato no mejoró, empezaron a discutir, o al menos Paulie discutió, siendo más joven, a veces solía dejarse llevar, Lucci o bueno Hattori siempre respondía con tranquilidad los arrebatos del chico, conforme los días pasaron y gracias a Iceburg y Kalifa, Paulie tuvo una revelación.
-Me recuerdas a los niños de primaria, esos a los que le gusta molestar al niño que le gusta para llamar su atención- Obviamente el rubio negó esa afirmación, a pesar de que esa misma noche pensó en eso y se dio cuenta de que tenían toda la razón, no es como si fuera a admitirlo frente a ellos, pero tenían absolutamente toda la razón.
Aun con todo y su revelación la conducta de Paulie no cambió mucho, aún siguió discutiendo con Lucci hasta el punto de tratar de vengarse con sus cuerdas, pero Lucci siempre salía ileso, una parte porque Paulie no quería hacerle daño realmente y otra porque Lucci era un hombre bastante ágil. El único, pero perceptible cambio, es que Paulie buscaba hablar civilizadamente cada cierto tiempo con el azabache y que a veces se sonrojaba en sus discusiones y peleas, pero nada tenía que ver el esfuerzo físico
Su relación se basó en eso y Paulie era algo feliz con así, sabía que Lucci y él tenía algo especial, un poco retorcido, pero especial, el era una de las pocas personas con las que Lucci accedía a salir y a platicar, casi no se llevaba con ningún empleado, a pesar de que era amable y tranquilo. La mayoría de la Galley Company se asombraba como esos dos habían compaginado bien a pesar de sus caracteres tan diferentes, mientras uno era callado y tranquilo, el otro era bastante hablador y un torbellino andante.
-¿Sabes que invitarlo a salir también te funcionará?- preguntó un día Lulu después de que Paulie hubiera sido reprendido por meterse en problemas.
La mayoría había observado divertidos como Lucci había jalado la oreja del rubio y lo había "castigado" por meterse en problemas de dinero, cuando no tenía necesidad de hacerlo realmente. "Vas a pagarle a esos hombres y dejarás de apostar si no tienes como pagar" había dicho el azabache antes de soltar al rubio y retirarse de la escena.
-No se a que te refieres- dijo con un sonrojo que le llegaba hasta las orejas.
-Paulie todos sabemos que te gusta, es un secreto a voces de la compañía, incluso Lucci lo sabe- dijo Lulu, eso hizo que el sonrojo del rubio aumentará aún más, aún así se hizo el desentendido.
Que Lucci supiera de sus sentimientos no lo animaba para nada, porque eso significaba que a pesar de los sentimientos del rubio el azabache solo lo veía como el chico que siempre se metía en problemas o como su amigo. No creía que el azabache le fuera a corresponder, de ser así Lucci ya hubiera dicho algo, era un hombre demasiado directo.
Le quedaba el consuelo de que eran amigos y ser su amigo era mejor que no ser nada, ¿no?.
***
Ser su amigo era mejor que no ser nada, era algo que solía pensar Paulie cuando estaba sobrio, era una lástima que el Paulie borracho no pensará de igual manera, o no pensará en absoluto.
Paulie nunca se emborrachaba cuando estaba Lucci presente, es cierto que a veces iban juntos al bar a tomar, pero nunca al grado de estar borracho totalmente, pues sabía que su yo borracho no era muy sensato, eso y que usualmente Lucci lo detenía cuando sabía que podía terminar mal. "Debes ir a casa y será una pérdida para la compañía si te caes al canal y te mueres" era lo que solía decir, a Paulie le gustaba pensar que era la manera de mostrar preocupación de Lucci. Por eso jamás se emborrachaba en presencia de Lucci y ese día no fue la excepción.