No puedes arreglar algo que está roto, y eso Han Jisung lo sabía a la perfección.
✦Stray Kids Fanfic.
✦Minsung [Lee Minho + Han Jisung].
✦Capítulos largos [+6000 palabras].
✦Extensión: Ocho partes.
✦Historia original, 100% de mi autoría.
✦180622.
—Esta historia toca temas como salud mental, trastornos alimenticios, pensamientos autodestructivos, suicidio y homofobia. Si son sensibles a esta clase de contenido, no lean, o háganlo con cuidado.
—En este universo, skz es un grupo de ocho personas desde siempre.
—Recalcarles que es FICCIÓN. Favor de no dejar malos comentarios en caso de que la historia no sea de su agrado.
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El 14 de septiembre del año 2000 a las tres de la tarde con cinco minutos fue exactamente la hora en que Han Jisung vino al mundo. Aunque, si alguien le hubiera dicho que el mundo al que estaba por adentrarse no era para nada sencillo, probablemente él hubiera decidido no nacer. Pero aquella decisión no estaba en sus manos, nunca lo estuvo. Porque si así lo fuera, nadie quisiera nacer en realidad. Porque, ¿quién quiere nacer en un lugar tan destruido como lo es el mundo actual?
Nadie con el sentido común bien puesto, seguro está.
Recordaba con claridad la primera vez que presintió que su vida no iba a ser de lo mejor, ya que este momento ocurrió tan inmediato como abrió los ojos y frente a él vislumbró los ojos claros del doctor que conducía el parto de su madre. ¿Cómo supo que estaba jodido entonces? No lo supo, fácil. La luz fuera del vientre de la mujer que lo cargaba era distinta, el ambiente lúgubre y el rostro de las enfermeras indicaba espanto. Allí fue cuando se dio cuenta de que hasta respirar era una tarea complicada, y no lo hubiera hecho de no ser por el fuerte golpe que le proporcionaron en la espalda, obligándolo a vivir.
Así como no era capaz de olvidar ninguno de sus llantos provocados por el entorno ajeno, no fue capaz de olvidar aquel día. Y era tan extraño, porque nadie parecía recordar el día en que nació como él.
Desde pequeño fue propenso a sentir culpabilidad por todo aquello que lo rodeaba, inclusive si no tenía nada que ver con él. Cuando caminaba por las calles y una niña a su lado se estrelló contra el suelo, comenzó a pensar que fue su culpa. Quizás caminó demasiado cerca de ella, o quizás la empujó sin ser consciente del daño que le causaría. Muchas probabilidades en las que él era el culpable de absolutamente todo.
El sentimiento de que algo andaba mal siempre se instalaba en él, y no podía alejarlo por más que lo desease. Aquel sentimiento había permanecido tanto tiempo en su interior que ahora parecía no querer abandonarlo nunca, como si ya hubiese encontrado un sitio cómodo en lo más profundo de su ser.
Tal vez por ello en este preciso instante se sentía culpable, vulnerable, e incapaz de respirar correctamente. Porque era todo un proceso que venía decayendo desde el primer momento en que pisó la tierra bajo sus pies, siendo un humano más del montón en una tierra desconocida que solamente buscaba destruirlo.
