🪶CAPÍTULO 30: La conexión🪶

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Rubí observó divertida como Luz corría por toda la habitación, siendo perseguida por Matis, mientras los chicos revisaban mapas, y trazaban la posible ubicación de Calix. Su mirada viajó al reloj colgando sobre la chimenea, el cual marcaba las 1:00 a.m.

Era muy tarde para que Luz siguiera despierta, pero la pequeña parecía estar llena de energía, de ahí que iniciara un juego de percusión entre ella y Matis, que tenía el único fin de cansar a la pequeña Luz para que fuera a dormir.

Se puso de pie, en busca de un vaso con agua, al ver a Matis dejarse caer en uno de los sofás en compañía de Luz. Les dedico una sonrisa, mientras vertía en agua en los vasos, una sonrisa que se borró inmediatamente al ser invadida por un fuerte dolor en el pecho.

El sonido del cristal partiéndose en mil pedazos capturo la atención de los presentes, quien miraron en dirección a Rubí, quien perdió fuerza en sus piernas. Matis se puso de pie de golpe y dirigió a ella, logrando detener su caída sobre los cristales.

—Rubí, ¿Qué sucede? —preguntó el príncipe, sosteniéndola entre sus brazos, mientras se retorcía de dolor.

El grito de Anyi se hizo escuchar, al igual que el jadeo de Ariel, quien imito el mismo movimiento de Anyi, para seguido ambos caer inconscientes al suelo.

Flynn y Axel se acercaron a auxiliarlos.

—¿Qué demonios está pasando? —murmuro Flynn, dedicándole una mirada a Axel.

Axel mantuvo la mirada fija en rostro de Anyi, contemplando con inquietud como brotaba sangre por su nariz. Desvió su mirada a Ariel, quien de igual manera sangraba por la nariz. Apuño sus manos, al saber lo que sucedía.

—Él lo ha logrado —murmuro, atrayendo la mirada de todos—. Mi padre ha logrado obtener los poderes de Calix.

—¿Estás seguro? —preguntó el príncipe hada.

—La conexión entre Calix y sus guardianes se ha roto —expone, refiriéndose a Anyi y Ariel—. Eso no es todo —inclina la cabeza, ante lo que está por revelar.

—¡Eso no es cierto! —se pone de pie la pequeña Luz—, mamá, no está muerta —exclama con el corazón acelerado—. Ella prometió regresar, ella lo hará, mamá solo está salvando el mundo, ¡ella no está muerta! —dice entre llanto, para seguido salir corriendo de la habitación.

—¡Luz! —corre detrás de ella José.

Antes de que lo bombardeen con preguntas, Axel se apresura a decir:

—Es mejor que despertemos a los chicos —se pone de pie, con Anyi en sus brazos.

—No —lo detuvo con fuerza Esteban del hombro— ¿Qué fue lo que realmente escucho Luz en tus pensamientos?

—¿No crees que la repuesta es muy obvia? —lo rodea y coloca el cuerpo de Anyi sobre uno de los sofás.

—Ella no está muerta —murmura sin aire Rubí ante el dolor, quien podía sentir aún la conexión con Calix, débil, sombría, pero ahí estaba, porque sin importar cuantas cosas pudieran interferir, la conexión que existía entre las descendientes del jardín de las cristalinas era mil veces más fuerte que la de un guardián.

—Hubiera sido mejor que fuera así —expuso Axel.

Antes sus palabras, Esteban no se pudo contener y lo tomo de la camisa, pegándolo contra la pared.

—Sabía que no eras de confiar —expuso con rabia.

—Solo estoy siendo sincero —aparto a Esteban con brusquedad y miro a Matis—. Mi padre logró obtener los poderes de Calix, y eso ocasiono que la conexión de Calix con sus guardines se rompiera, y que aquella que comparte con Rubí por ser descendientes del jardín se debilitara —expone—. Quizá ella siga viva, porque mi padre encontró la manera de salvarla luego de extraer sus poderes, pero esa manera ha sido peor que estar muerta, porque ella ahora es una Tenebris.

Todos se mostraron inquietos ante su revelación.

🪶🪶🪶

Samael contemplaba en compañía de Mabe como analizaban el pulso de Calix, y la reacción de su cuerpo con el suero de los tenebris y el suyo. Este nunca había sido su plan, pero a causa de Olegario se había tenido que adaptar a uno nuevo. Recordar su traición y acciones despertaba la ira en su interior. Nunca debió confiar en un brujo.

—¿Estás seguro de que sobrevivirá? —pregunta al pelirrojo.

—No puedo asegurar nada, su corazón palpita, aun después de introducir tarde el suero, pero no sé qué reacción pueda tener su cuerpo ante la introducción del suero de los tenebris.

—¿Qué quieres decir? —aparta la mirada de la chica y la centra en Mabe.

—Hemos alterado durante estas últimas semanas el ADN de Calix, suministrándole sangre de otros seres con el único fin de intensificar sus poderes —expone— y eso ocasiono que su ADN se alterara. Le hice unos análisis de sangre ante de que iniciara el ritual, y estos arrogaron que el ADN original de Calix había desaparecido casi por completo, al adaptarse con los otros, creando un nuevo ADN.

Samael intento no perder el control, ante aquella revelación. Había sido demasiado ingenuo con Olegario.

—Eso me causará problemas, ¿no?

—Eso es muy probable —dice, al estar enterado ahora del plan del grogori—. Ya que existe la posibilidad de que el nuevo ADN de Calix afecte el alma celestial que porta, al este brindarle ciertos poderes.

Esa era una razón por la que Calix había sobrevivido, permitiéndole seguir portando el alma celestial al pertenecer al mundo mágico, aunque este ya no fuera del mejor lado.

🪶🪶🪶

Ariel contemplaba la ciudad, mientras el aire de invierno golpeaba con fuerza su cuerpo.

Inclino la cabeza y cerro los ojos en busca de tranquilidad mental, pero le resultaba imposible, Calix ahora era un tenebris, y eso lo perturbaba, porque, por un lado, estaba aliviado de que estuviera viva, y por otro preocupado que fuera una tenebris.

Ante la risa de unos niños, miro en su dirección, encontrando a unos pequeños correr por unos de los callejones con Luz. Él había dicho que elegiría a Calix sobre todo, pero ahora dudaba, porque había en medio de ellos tantos inocentes que suplicaban por ayuda, que lloraban con desesperación para que la guerra se detuviera.

Soltó un suspiro, sí los elegía a ellos, elegía luchar contra Calix.

—¿Estás bien? —preguntó alguien a su espalda.

—Como se supone que lo esté cuando dudo qué bando elegir —menciona, volteando a ver a Flynn.

—No deberías dudar, cuando la repuesta es muy obvia —expone alguien en el balcón—. Elige el que crees que ella elegiría —al girarse se encontró con dos seres que no esperaba volver a cruzar camino.

—Hola Ariel —saludo Semyazza.

—Cuanto tiempo sin vernos —agrego la naturaleza. 

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Mi Secreto: Entre Luz y Tinieblas. (Libro III) ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora