...Esa mano era jodidamente fría, grande y masculina, hoseok no quiso dar la vuelta, por que tenía miedo y estaba confundido, los gritos y el ambiente lo aterraba, y sentir una mano tocar su hombro hizo que sienta un escalofrío que lo debilitaba, solo se quedó quieto y en silencio, nadie hablaba, solo se escuchaban aquellos gritos que hacían explotar sus tímpanos, la respiración de hoseok se volvió muy agitaba y empezó a temblar, tomo un poco de valor y giró su cabeza lentamente, temblaba mucho, y al girar vio a un hombre cuarentón con la piel palida el cabello oscuro lleno de canas peinado hacia atrás, ojos marrones oscuros y con arrugas en su rostro, muy alto y esbelto, usaba una camisa ancha de color amarilla polar, con un pantalón de tela negro, con tan solo ver su expresión de ese señor lo aterrorizó aún más, su presencia era fría y tenebrosa, su vista era muy incomoda y sombría,
El señor dijo con una voz grave.
— ¿Quién mierda te dijo que salgas de ese cuarto? —
El no parecía estar de humor.
El agarró el brazo de Hoseok bruscamente y lo jalo para que caminara, los pies de Hoseok estaban mal y le dolía, por eso cojeaba, el aguantaba la presión y el dolor que sentía en su brazo, quiso gritarle al señor pero no encontró valor, mientras arrastraba a Hoseok, de tanto aguantar el dijo con una voz casi firme, pero seguía temblando
— P-por favor explíqueme ¿por qué hace esto? Ahgr no entiendo nada de lo que está p-pasando ¿por qué estoy aquí? —
La voz de Hoseok se hizo de amable a furiosa, el señor paró justo en frente de una puerta grande de madera oscura, justo donde provenía un grito femenino, mientras el señor sacaba una llave de su bolsillo, hubo un silencio muy incómodo, después de esos tres minutos de silencio que parecían eternos.
Dijo aquel hombre.
— Ella es la luz de mi ojos, solo no quiero perderla. —
Hoseok al escuchar eso solamente se le hizo más confusa la situación y frunció el ceño, mientras el hombre abría la puerta, se escuchó una voz femenina y decepcionada
— Javier... esta vez no salió bien, mírala...—
Había una chica en una camilla gritando de una manera ronca, su estómago estaba abierto desde el cuello y vientre, era delgada y estaba completamente desnuda, su cabello era pelirrojo y tenía un tubo metido en medio de las claviculas, Hoseok al ver eso llegó a traumarse y empezó a respirar rápido, mientras todo su cuerpo empezó a sudar, aquella enfermera que hablo se acercó al señor, miró a Hoseok y luego miró a Javier
— ¿Vas a seguir intentándolo? ¿Tienes un poco de piedad o empatía? ¡¡ Que mierda tienes en la cabeza, Javier!! —
Su expresión era la de un perro rabioso, y parecía que la vena de su frente iba a explotar junto con la de sus manos, el señor Javier solamente se quedó en silencio, levantó su mano y le dio una bofetada, ella bajó la cabeza agarrándose el cachete rojizo y el señor Javier solo dijo con una voz monótona
— ¿Sabes? yo te pago más de lo que te debería dar, Myrna ¿Por qué eres tan malagradecida? solo ¿no puedes callarte? —
El dio un suspiro y agarro bruscamente el cuello de la camisa de Hoseok, mientras su expresión estaba completamente relajada, Hoseok parecía una estatua, no movía ninguna articulación y su cara estaba fría, había visto algo que no quería ver, se quedó como un trauma, una trauma que se hará realidad...nunca había visto a una persona en ese estado, la mirada de la chica, ese tuvo...su voz ronca y la sangre, la sangre cuagulada.
Javier lo llevó a otra habitación.
Las enfermeras lo miraban con una sonrisa, de no tan buena intención, eso parecía, una lo agarro de la mano, lo llevó a una camilla e hizo que se echara, Hoseok estaba paralizado al ver a esa mujer, los gritos de ella eran horribles, te hacían sentir culpable aunque tu no le hayas hecho nada, y sus ojos estaban llenos de lágrimas, su estómago roto y un charco grande de su propia sangre, sus entrañas sobresalían en la camilla blanca
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Insomnia- BTS
FanfictionLa crueldad de un hombre poderoso no tiene limite, el corazón del ser humano está podrido y muerto, no tiene solución, arreglarlo no servirá y quitarlo tampoco, hay una peste que gobierna y condena a los inocentes a castigos injustos. Niños pobres...