[Narra William]
-Nada William, no me apetece seguir, me voy con las chicas- Dicho esto se alejó hacia donde se encontraba Dana.
Me había dejado ahí, a medio calentón. Sinceramente no entendía a esta chica. Me gustaba, sí, pero no entendía su comportamiento. Viene se abalanza sobre mí, me besa intensamente que casi me deja sin aliento y luego de repente se va, con la simple explicación de que no le apetece seguir.
[Narra Byron]
Estaba enfurecido, con rabia, celoso quizás, pero es que no podía ver como Alison se besaba con ese imbécil. Me molestaría que lo hiciera con cualquiera, pero más si era con ese autentico idiota. En la pelea que tuvimos supe que él no la deseaba tanto como yo, quizás le gustara, no lo niego, pero no siente nada por ella y le acabará haciendo daño, debo protegerla. Me alejé de ella para no verla con otra persona, intentaba protegerla desde la distancia, pero si quería olvidarme de ella no podría seguir siendo su amigo.
Necesitaba saciar la rabia que llevaba dentro, por haber hecho eso delante de mí. Así que me acerque a Claudia (creo que se llamaba así) una chica de mi curso a la cual sabía que le gustaba, empecé a tontear con ella, cada vez acercándome más a sus labios, ella me seguía el rollo, por lo tanto no sería difícil liarme con ella. La cogí de la mano y me la llevé cerca de la barra. Me acerqué a sus labios y la besé, un beso con dolor y desahogo. Quería sacarme la imagen de William y Alison de mi cabeza, y esta era la única forma que estaba a mi alcance. La chica no estaba mal, era de buen ver, morena de ojos marrones y bastante guapa, pero no me atraía nada de ella, había probado a mil chicas así, todas muy buenas de primeras pero luego te la dan por la espalda, pero bueno no me podía quejar, desde que vi que todas lo hacían empecé a hacer lo mismo, ir de flor en flor sin importarme los sentimientos y sin sentir nada más que atracción por ellas.
Después de un rato besándola sin mucho entusiasmo le dije que debía irme ya. Claro está de que era mentira, pero si no le decía eso no se despegaría de mí en toda la noche y tampoco quería eso. Bebí un trago de Martini y al girarme ahí estaba ella, contemplándome, con los ojos medio llorosos.
[Narra Alison]
No me lo podía creer, me la había devuelto. Me sentía como una autentica mierda, notaba mis ojos llorosos, pero debía ser fuerte, no podría llorar delante de él y que él lo viera, no podía. Me dirigí hacia la puerta de entrada de la casa de Lukas, esquivando a la multitud, pero allí estaban las chicas con mi hermano Ryan y estos, pasaba de que me preguntaran, no estaba para respuestas. Busqué otra salida posible, y indagando por la casa encontré una puerta trasera. Así que salí. Respire aire puro un par de veces mientras escuchaba la música de dentro de la casa. Recordaba la escena en la que Byron y aquella chica se besaban, no podía volver a entrar y verle, ¿Y si seguía dándole al tema con ella? Bah, pasaba de repetir la misma película. La estación de buses más cercana me quedaba a tan solo diez minutillos andando, así que ponía rumbo hacia allí. Saqué el iPod del bolso y me puse los dos auriculares a toda pastilla, no quería escuchar nada que no fuera mi música, debía desahogarme. Iba andando tranquilamente cuando de repente vi unas luces muy rápido acercándose a mí. A pesar del volumen de la música podía oír el sonido del motor y frenos acercándose a mí. Algo me golpeó y en ese mismo instante caí al suelo. No lograba ver nada, apenas podía moverme y me costaba respirar, solo oía la voz de una chica chillando desconsolada, no podía conmigo misma, en un par de segundos me desvanecí.
[Narra Nikki]
Dos horas y media en la sala de espera, nadie nos decía nada. Ni si estaba fuera de peligro ni nada. En observación. No lo aguantaba más, la sala de espera estaba llena. Las chicas, Bryan, Ryan, Mark, los padres, William.. Y al fondo apoyado contra el marco de la pared estaba Byron, apenas se dejaba ver. No podía aguantarlo más, necesitaba saber cómo estaba Alison.
*Politono de móvil sonando*
Veo como William saca el móvil de su bolsillo y cancela la llamada. Acto seguido se levanta de su silla y se sale de la sala.
Estoy de los nervios, tengo las uñas más mordidas que nunca, pasan muchos médicos y ninguno dice noticia sobre Alison. Las chicas lloran, Bryan consuela a Lisa mientras los demás intentan consolar a Dana y Ana, la madre de Alison y Bryan, que llora a lágrima viva. Yo no puedo ver ese panorama, así que salgo de la habitación y me voy a la cafetería a por un té para relajarme.
En la cafetería hay un poco más de ambiente, pero tampoco demasiado, me he tomado un té verde con unas hierbas para calmar los nervios. Voy camino del ascensor cuando de repente escucho hablar a alguien tras una pared. Esa voy me resulta familiar, me asomo un poco y es William.
-Pero papá ¿Cómo quieres que me vaya y la deje así?-
-Sí, ya sé que ya has hecho tus negocios con el señor Parks, pero..-
-¡Joder papá! ¿Ahora tengo que acercarme a otra? ¿Y Alison qué?-
-Acaba de sufrir un accidente, no sé si saldrá bien, nadie sabe nada. Espera a que se encuentre bien y ya se lo diré, ya me inventaré una escusa. Pero espera por favor, no puede recuperarse y ver que yo ya no estoy allí. Hablaré con ella y la dejaré, pero dame mi tiempo.-
No podía creer lo que estaba oyendo, ¿¡William estaba con Alison solo por negocios!? El té poco efecto hizo porque ahora estaba otra vez nerviosa, más que antes, nerviosa y furiosa. Tenía ganas de ir a William y partirle esa cara que tiene. ¿¡De qué coño va!? Como le haga daño a Alison que se prepare.. Le van a caer hostias por todos lados, no las verá venir.
Salí corriendo de allí, subí las escaleras lo más rápido que pude y me acerqué a la sala de espera. Cogí del brazo a Byron, que se encontraba fuera de ella.
-¿Se sabe algo de Alison?- le pregunte con la respiración entrecortada del cansancio.
-No, los médicos aún no han dicho nada. – parecía desanimado, cansado y triste. Byron había sido el que se había dado cuenta de que Alison había tenido un accidente, él la había llevado en el coche del padre de Lukas hasta el hospital, arriesgándose a que le cayera una multa monumental por ser menor de edad y conducir. Él sabía conducir porque estaba haciendo unas prácticas de coche, pero era menor, por lo tanto no estaba legalizado. Cuando Alison ya estaba en el hospital bajo supervisión médica me llamó y me contó lo que había ocurrido. La chica que conducía el coche cuenta que alguien le había fastidiado los frenos y que al final consiguió frenar pero no pudo evitar golpear a Alison, la cual tiene un golpe en la cabeza. La chica parecía sincera, tendría unos veinticinco o veintiséis años y se estaba preocupando un montón por Alison.
Cogí a Byron del brazo, creo que él debía saber lo de William.
-¿A dónde vamos?- estaba confundido.
-Sígueme-
Salimos fuera del hospital, delante había una especie de jardín. Eran sobre la una de la madrugada. Nos sentamos en un banco y él me miró desconcertado.
-¿Y bien?- me preguntó arqueando las cejas- ¿Qué es eso tan importante que no puedes decirme dentro?-
-Es William.. le he escuchado hablar por teléfono mientras volvía de tomarme el té. Estaba hablando con su padre, y por lo que he entendido William está con Alison por puros negocios, para que su padre cerrara acuerdos con el señor Parks, nada más. La está utilizando. Y ahora en cuanto salga del hospital la va a dejar. Como si fuera un trapo sucio.- lo dije todo de golpe, Byron me miraba sorprendido y en el fondo furioso (ya le iba conociendo) pero su mirada intentó volverse de indiferencia.
-¿Y a mí qué? A mí me da igual William, me da igual lo que haga con su vida o deje de hacer, me da igual su padre y sus negocios. Me da igual Alison..- eso ultimo lo soltó en un suspiro.
- Date cuenta ya, deja de hacerte el fuerte, no lo niegues, por mucho que digas que no, estás enamorado de ella hasta las trancas, por mucho que te insulte y tú hagas lo mismo sigues pensando que es ella y solo ella, deja el puto orgullo ya y di lo que sientes, no seas tonto o ya será demasiado tarde.- Lo dije tal y como lo pensaba, sin rodeos ni tonterías, sabía que Byron estaba enamorado de Alison, no la trataba como a las demás chicas. A mi Byron no podía engañarme.
Nelock
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Las princesas no lloran
Подростковая литератураAlison, una joven de 16 años, tiene unas amigas que nunca le fallan, una familia ejemplar, y unos estudios muy bien cualificados. Byron, 16 años, joven, rebelde y terriblemente atractivo. Playboy del instituto, todas las chicas van detrás de él. Per...