—Amor mío, ¿estás segura de que quieres hacer esto ahora? —le preguntó Severus a Harriet una mañana, mientras ella se paseaba por su dormitorio cepillándose el pelo rojo mientras él se sentaba en su cama.
El vientre de Severus no era tan redondo, pero estaba casi tan lleno y caliente como el de Harriet, ya que había terminado de saciarse de su leche momentos antes. La acción íntima parecía proporcionarle a Harriet una ráfaga de energía, pero su alfa luchaba por mantenerse despierto, adormecido por el rico y cremoso desayuno que le había dado su compañera.
Harriet aún no se había puesto la ropa del día, pero sí el camisón. Severus no pudo ocultar el hecho de que sus ojos negros y hambrientos se estaban bebiendo la visión de su cuerpo desnudo. Harriet no dijo nada al respecto, pero sí se regodeó en silencio de que su marido siguiera encontrándola tan atractiva.
—De todos modos, tenemos que salir para mi cita. —Harriet resopló, colocando una mano sobre su hinchado vientre mientras dejaba el cepillo para el pelo sobre su tocador. —Quiero decir, de verdad, Severus, la habitación del niño sigue vacía. ¿Creías que tenía intención de dejar que el bebé durmiera en el suelo?—.
—No. —Severus contestó en voz baja mientras su mirada pasaba de los oscuros pezones de Harriet al vértice entre sus muslos, oculto parcialmente por la curva de su abdomen. —No esperaba que esperaras tanto tiempo aunque...—.
—Tenemos tres semanas más. —dijo Harriet con un suspiro mientras empezaba a meterse en la túnica.
Levantándose de su asiento en la cama, Severus ayudó hábilmente a su querida a ponerse la ropa mientras se colocaba detrás de ella.
Harriet se quedó quieta y dejó que Severus le abrochara la túnica suelta.
Levantó la vista hacia Severus.
Severus la miró a ella.
Suavemente, alfa y omega compartieron un beso cariñoso mientras Severus presionaba con sus manos el vientre lleno de Harriet.
~~•~~
Harriet estaba en su último mes de embarazo. Severus consideraba su salida como la última vez que saldrían de casa hasta la llegada del bebé.
Por la tarde, los Snapes enviaron a Albus a jugar con su amigo, Scorpius Malfoy.
Las visitas al médico y los viajes de compras eran aburridos para los niños. Además, Severus no toleraba tener que vigilar de cerca tanto a su futura omega como a su pequeño hijo.
Debido a su avanzado estado de gestación, la vaporosa túnica de Harriet no hacía más que enmarcar su bulto en ese momento, lo que le valió a la pareja sonrisas de felicitación de otros omegas y miradas oscuras de alfas celosos mientras caminaban por el callejón Diagon.
Severus lo observaba todo y a todos, incluida Harriet. Sabía que si algo empezaba a suceder, ya que estaba al lado de su compañera, lo sabría tan pronto como ella.
De alguna manera, ese hecho no tranquilizó a Severus.
Mientras sostenía una de las manos de Harriet, colocó la otra en la parte baja de su espalda mientras ayudaba a su querida omega a entrar en la consulta de la matrona una vez que llegaron a su destino.
—¡Dios mío! —exclamó alegremente la recepcionista del mostrador del vestíbulo al ver lo avanzada que estaba Harriet. —¡Pobrecita! ¿Han venido a por una habitación para el parto?—.
—No. —Contestó Severus con rotundidad: —Venimos a una revisión, nada más—.
La recepcionista sonrió con complicidad a Harriet, mientras la omega sonreía y exhalaba un suspiro agotado con un movimiento de cabeza.
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The Purple Blankets: A Snarry Tale (Traducción)
FanficSeverus Snape está muy ansioso por ayudar a su omega a prepararse para su próximo celo. ¿Estará Harriet tan ansiosa como él por intentar tener otro bebé? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Esta obra no es mía, es traducida con el permiso de Mermaid886 en Ao3