Capítulo 124: La fortaleza de ser poderosa

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Si el entrenamiento de Susano anteriormente era un infierno  ahora era mucho peor. Después de mi estadía con Ama no Uzume durante dos semanas, me había trasladado a un ambiente donde sacudía el mar y con un ambiente soleado, es decir dentro del reino de Susano-no-Mikoto, y enseguida de comenzar a vernos se había sentado encima de mí aumentando el peso ordenando que lo llevase hasta el otro extremo, por lo que tal cual y con todas mis fuerzas iba hacia allá con dureza, el principal problema era que por cada minuto incrementaba el peso, y por tanto se me dificultaba más, así hasta que llegué hacia el lugar indicado y caer directa al suelo molida por los huesos.

--¿Qué crees que haces hija de Amaterasu? No puedes descansar, no tienes permitido relajar ni un sólo músculo, vas a entrenar hasta morir, y el entrenamiento que recibiste de Shiori no será precisamente igual, será mucho más duro que antes. Primero vas a correr por toda esta playa durante 3 días completos sin comer ni dormir con una gravedad aumentada a la tierra de al menos 60 veces, luego comenzaremos con los estiramientos, seguiremos con flexiones y abdominales, nadarás por el mar hasta que yo quiera, luego será una clase de lucha especializada por mí, y para terminar mejoraré todas tus capacidades físicas que tienes más problemáticas, así que andando.--Me ordenó con una voz autoritaria el dios sin darme ni un momento de descanso, por lo que de pronto chasqueó los dedos hasta caer directamente al suelo por tal gravedad que había realizado, ¿en verdad debería acostumbrarme y superar este infierno de entrenamiento?

Finalmente el entrenamiento comenzó. En primer lugar tenía que correr durante 3 días con mi gravedad aumentada por toda la playa, y levantarme de aquel lugar no había sido fácil, pero si me había enfrentado a un dios en toda regla, esto podría sobrellevarlo, así que poniendo mis manos en el suelo me levanté para empezar a correr como podía. Si tuviera que decirlo había olvidado la tortura que tanto Shiori como Susano eran capaces de hacer, por tanto me esforzaba en avanzar por todo el camino sin quejarme, dando vuelta y media por cada vez a plena velocidad de manera que el peliazul no se enfadase, de lo contrario las consecuencias serían terribles por la temible deidad. Sin embargo, para mi sorpresa mientras seguía corriendo y tenía el dolor en mis piernas, me iba acostumbrando a la gravedad, suponía que era por mi capacidad adaptativa y el resistir en el Yomi dicha forma, hasta juraría que mi rapidez había incrementado en lo absoluto, llegando a pasar todos los tres días con un rotundo éxito. No obstante al terminar dicha carrera mi cuerpo cayó contra el suelo sin poder seguir más, estaba tanto cansada como magullada en mis piernas, necesitaba inmediatamente comer algo o reponer energías, pero si hablamos de esta deidad no sería así.

--Bien hecho Kaede, como siempre superas todo lo que te propongo, pero no hemos terminado todavía, levántate. Ahora empezaremos con los estiramientos, y cuando me refiero a este ejercicio te digo de hacer todos los que existen, así que andando, no quiero que flojees o te mataré yo mismo, de eso te lo puedo asegurar, aún no olvido lo que me hiciste junto a tus hermanas.--Aseguraba la deidad bélica molesta y sin remordimiento, por lo que me levanté para asentir con la cabeza. A decir verdad debía de hacerlo, y no se trataba de cumplirlo, sino que debía de mejorar por mi cuenta hasta que mi cuerpo ag8nizase, después de todo Susano era famoso por realizar entrenamientos infernales pero que al fin servían de gran efectividad para futuros enfrentamientos.

--Comprendido señor, enseguida me pongo.--Le comenté con voz áspera mientras me colocaba en la posición para realizar los estiramientos. Enseguida me dispuse a sentarme con ayuda de Susano que se sentaba en mis piernas hasta destruirme casi toda mi cadera impidiendo el movimiento a la libertad, pero no me rendí en alcanzar mis manos hacia mis tobillos, en el que después de numerosos intentos pude llegar a tocarlos, aunque era bastante difícil ya que me impuso volver a repetirlos mínimo cinco veces, y a pesar del dolor que sentía en mis brazos no me negué manteniendo mi cuerpo estático a la vez que profundizaba aire hasta conseguir tocar con la punta de los dedos mis pies seis veces, un aumento con respecto a la orden que me había dado. En siguiente lugar tocaba estirar mis brazos, y como ejercicio me hacía flexionar totalmente mis brazos de diversas maneras: hacia delante, hacia atrás, hacia la zona de la espalda, etc, de manera que todo hueso que había en mí se rompía por el esfuerzo dado. De la misma manera no me rendía, seguía alcanzando a mover mis brazos como si estuviera a punto de romperse hacia las zonas en las que me indicaba mi maestro, quizás era una verdadera tortura, pero debía de decir que me estaba desarrollando con éxito. Dicho entrenamiento fue durante al menos 10 días practicando los estiramientos, hasta que conseguí terminarlos con éxito, tanto el de brazos como de piernas, ya que el último se basaba en poner mis piernas lo más alto posible, y por mi flexibilidad avanzada no fue tan difícil, y el estirar mis dos piernas ya me lo había enseñado Ama no Uzume, por lo que pasaría a la siguiente prueba.

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