𔘓 𝟑

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— ¡Felices primeros cien días, Soobinie!

Un flash se encendió directamente hacia el mini pastel de fresas que tenían en una mesa. Beomgyu sonrió cuando pudo ver que su foto había salido bien.

— Adoro cuando tenemos este tipo de celebraciones, te quedas conmigo durante todo el día. — el chico sonrió con ganas.

— Lo bueno es que eras heterosexual — Soobin bromea. Beomgyu lo mira fulminante y decide ignorarlo.

Esa tarde ambos habían hecho lo posible para pasar el día juntos. Era una fecha importante, tal vez no la más importante, pero lo era. Ambos estaban felices, y a pesar de los problemas y dificultades, estaban bien siendo una pareja.

Al terminar de cenar esa noche, regresan a sus casas tomados de las manos.

— Le diré a mamá que me quedaré a dormir contigo. — dice Beomgyu, sonriente — Me gusta pasar el tiempo contigo, Soobin.

En ese momento, Soobin siente como su sangre sube hasta sus mejillas. Estaba como un tomate. Esa sensación le gustaba, sentía que era estúpido, pero al mismo tiempo, afortunado.

Entonces tomó la mano de su novio aún más fuerte.

— Antes, ¿hubieras querido que terminaramos así? – se le ocurrió preguntar.

— No lo sé. — respondió — Nunca lo habría imaginado, pero en el momento en el que me preguntaste, lo quise.

Todo eso sonaba extraño. Solían ser amigos, Beomgyu era un chico que deseaba con todas sus fuerzas salir con una hermosa chica, pero todo resultó de una manera muy diferente. 

A veces se preguntaba porqué; ¿Por qué así? ¿Por qué resultó tan bien? Pudo haber sufrido la gran consecuencia de haber sido rechazado y haber sido discriminado por su propio amigo y enamorado.

No sé arrepentía de nada, pero todo le parecía extraño. Le gustaba, pero se mantenía en duda. Era precisamente raro porque Beomgyu jamás dió señales de querer algo así, su naturaleza era muy extraña que te podías confundir con sus múltiples facetas; pero nunca se percató de algo como eso.

De todos modos, le gustaba, y suponía que eso era lo único que debía importarle.

Se sentiría feliz de cada día, cada hora y cada minuto que pase con Beomgyu. Estaba agradecido con todo eso. Era alguien que aunque lo amara y fuera su novio, podía contar con él como amigo, que podía confiarle cosas como su amigo, y no sería juzgado como un novio. O que podía tratarlo como a un novio, y no alejarse como un amigo. La combinación de ambas eran geniales. Poder besarlo y jugar video juegos diciendo groserías era algo que no siempre se conseguía en alguien.

Soobin disfrutaría mucho de eso, y pase lo que pase se sentirá feliz.

Era como estar afuera en una tormenta, y sentirse triste ni preocupado, sino sentirse en un estado de peligro en donde la adrenalina era maravillosa y en donde el estado frío del ser humano era preciado. Era estar afuera, sabiendo que no estaría seguro, pero feliz con eso.

Amaba esa sensación. No espero que acabará tan pronto.

Cuando fuera mayor, iría a visitar a Beomgyu y le agradecería.


𝐎 𝐔 𝐓 𝐒 𝐈 𝐃 𝐄 ; S.B & B.G;  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora