2. conflicto.

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—¿Hablas en serio? —Mark se incorporó de la cama. Tomó los brazos de Haechan para apartarlos de él.

—Sí, digo... —hizo una pausa al verlo perplejo. Oh, mierda, esto iba a terminar muy mal...—. Es algo que he estado pensado y... creo que sí...

—Dios, no. No puede ser posible.

—¿Por qué no? ¿Tú no lo has pensado?

Mark frunció el ceño casi con disgusto.

—No, claro que no. Haechan. Nos conocemos hace más de seis años, ¿cómo podría llegar a pensar algo así?

—No sé... —Haechan sólo quería tirarse por la ventana—. Sólo pasó, ¿sí?

—Deberías pensarlo mejor, quizás sólo estás confundido —fue lo último que dijo antes de abrir la puerta e irse.

Esa noche Haechan se durmió sin saber que era la mentira. Sin saber todo lo que perdería.

Todos están involucrados. Ellos, los otros, sus familias, tú. Todos son parte de este funesto desastre.

Pero ya es demasiado tarde como para remediarlo. Porque nos dimos cuenta de él cuando la arena del reloj ya se había acabado.




Desde unos pisos más arriba la situación se desenvolvía de forma diferente. Dream volvía a casa luego de unas grabaciones, dispuestos a comer y dormirse temprano ya que al día siguiente tenían arduo trabajo que hacer.

Pero desde que terminaron de grabar, el ambiente se sentía pesado.

Jaemin salió con paso apresurado de su habitación junto a Jeno. Ambos estaban serios, Jeno incluso mantenía el ceño fruncido, ligeramente molesto.

—Te estoy haciendo un favor —espetó el mayor. Jaemin lo ignoró. Abrió el refrigerador y sacó una botella de agua de la puerta—. ¿No prefieres eso a que se enteren de la verdad? —buscó su mirada, pero Jaemin no se la recibió.

—Bueno, sí, pero... —su semblante serio fluctuó. Suspiró, Jeno tenía razón—. Olvídalo.

Jeno bufó, ablandando su expresión. Era imposible que discutieran por tanto tiempo. Al final, se guardó sus palabras, acarició la nuca de Jaemin y se devolvió a su habitación para descansar.

El menor, en cambio, miró a Renjun de soslayo quien lo miraba preocupado, mas no se dirigieron la palabra. Jaemin optó por sentarse a la mesa a comer antes de ir a encerrarse a su habitación.

—Jisung, ¿qué te he dicho sobre usar el teléfono mientras estamos comiendo? —le reprendió Renjun, mirándolo con el ceño fruncido. Le propagó una mirada rápida a Jaemin cuando este se inclinó sobre la mesa para sacar su porción de ramen de la olla.

—Sí, ya voy, déjame terminar esto —replicó, sin despegar su vista de la pantalla.

Renjun miró a Jaemin como diciéndole que haga algo al respecto.

—Jisungie, ya sabes que usar el teléfono en la mesa es de mala educación... —canturreó con su típico tono dulce que usaba al hablar, pero manteniéndose con una expresión neutral. Jisung lo ignoró, Renjun agitó su cabeza con decepción y siguió comiendo en silencio.

—Estoy leyendo, déjenme terminar este capítulo —Por la manera en la que sus pequeños ojos estaban abiertos se deducía lo inmerso que estaba en la historia.

—¿Qué lees? —inquirió Renjun.

—Fanfics, o algo así.

Renjun frunció el ceño, Jaemin también, pero porque se quemó la lengua debido a que los fideos aún estaban demasiado calientes. No se veía en lo absoluto interesado en la conversación.

desvanecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora