Motel California - Stydia

Capítulo 8

24 de Diciembre. (Parte 1)

Cuando me despierto por la mañana, Stiles no está.

La almohada que tengo detrás es la más acogedora que ha sentido mi cabeza. En cuanto abro los ojos y me doy la vuelta, noto el espacio vacío del otro lado. Pero hay una pequeña hoja de papel doblada por la mitad.

Frunzo el ceño y me inclino para cogerla. ¿Ha dejado una nota?

Hazte a la idea de que estás en casa. Pero, por favor, no envenenes nada.

Mi corazón comienza a elevarse y me río. ¿No es el más lindo? Me siento ridícula sonriendo sola en su cama. Sólo ver su letra tan limpia en un papel me hace suspirar. ¿Qué carajo? Dejo la nota a un lado de la mesita.

La manta de peluche me calienta todo el cuerpo y creo que estoy a punto de cometer un robo contra ella. Me hundo en el suave colchón y me estiro. Creo que ésta es la cama más cómoda de toda California.

Acogedora, cálida y suave.

Busco mi teléfono y veo que son las 7:25 a.m. Allison ya me ha enviado un mensaje hace un rato.

Allison: Buenos días. Es Nochebuena, ¿alguna novedad?

Yo: Buenos días. Todavía no, yo te aviso.

Allison: De acuerdo. Te quiero <3

Yo: Yo también te quiero.

Envío el mensaje y le escribo a mi madre durante unos minutos también. Apenas la saludo y le digo que estoy bien, y vuelvo a dejar el teléfono en la mesita de noche. Me dejo caer contra la almohada y siento que quiero quedarme aquí durante horas. Tiro de la sábana para cubrir mi cuerpo hasta arriba y me defiendo del aire frío. Pero después de un rato, sé que tengo que dejar la cama. Me estoy poniendo demasiado cómoda.

Busco mis zapatos y me dedico a arreglar todo. Doblo la sábana que me ha prestado y la vuelvo a meter en el baúl. Dejo la cama tal y como la encontré y salgo de su cuarto.

Sólo hay silencio en su apartamento, todo está tranquilo. Encuentro una bola de galletas de la máquina expendedora encima de la mesa del apartamento, era la misma que Stiles me había ayudado a sacar antes. Pero esa estaba abierta y faltaban algunas en el paquete, así que me imagino que Stiles la abrió antes de irse. No creo que le importe que coja una, ¿verdad? Es Nochebuena y hasta me ha prestado su cama.

« No te abuses, Lydia. »

Solamente le tomo la palabra cuando me dijo que me sintiera como en casa. Realmente tengo que dejar atrás esa incomodidad y aceptar la ayuda que me está resolviendo tantos problemas. Y aunque sigo sintiéndome fuera de lugar, lo intento. Así que cojo una galleta y me ducho después.

Stiles tiene un gran baño y todo está en su sitio. Llevo mis cosas y me refresco con su ducha caliente. Es gloriosa, tengo que admitirlo. Cuando alargo la mano para coger su jabón, casi se me ponen los pelos de punta. Huele igual que él.

¿Cómo es que lo reconozco tan fácilmente? Ni siquiera recuerdo haberle prestado atención a su olor antes.

Intento no abusar de sus cosas personales y me baño rápidamente. Busco una toalla en algún cajón del baño y encuentro varias de sus camisas, y me hundo un poco más. Cuando la encuentro me visto allí mismo, ya que es la única habitación que tiene puerta y temía que Stiles entrara en cualquier momento.

Después de lavarme los dientes y terminar de arreglarme, trato de limpiar todo hasta sentir que no alteré el orden de su apartamento, y me voy.

Bajo las escaleras para ir a la recepción y escuchar las noticias. Todavía hay nieve por todas partes y tengo un mal presentimiento. Cora y Stiles están allí cuando llego.