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Myoui Mina era una estudiante como cualquiera, asistía a clases, hacía sus deberes, iba a la biblioteca a leer un poco o simplemente se quedaba en el salón a escuchar música. No había nada raro en ella, su único "defecto" era que no hablaba con sus compañeros ni con nadie más, excepto, su mejor amiga. ¿Y quién era su mejor amiga? Im Nayeon, la chica más popular, más sociable y más extrovertida del instituto.

Mina se sintió atraída por ella desde el primer momento que hablaron, ver su sonrisa, sus ojos, sus labios, ese rostro que parecía tallado por los mismos dioses y ese bonito cuerpo, hicieron que cayera a sus pies. Pero debía guardarse sus sentimientos por el hecho de que Nayeon se inclinaba más a los chicos o bueno, eso mostraba enfrente de todos pues una vez solas, hablaban de chicas como si fueran un par de lesbianas urgidas por tener encuentros con otras chicas.

Quería pensar que sólo fingía para no quedar mal con los demás pero el hecho de que Nayeon ya haya tenido muchos encuentros con chicos, le hacía dudar. Al parecer su sensor "detecta lesbianas" no servía o Nayeon era muy buena mintiendo.

Aún así, no se atrevía a confesarle sus sentimientos y quedar como una tonta o peor, que la pelinegra le dejara de hablar. La vio a lo lejos por la ventana del salón, se veía tan preciosa con esa falda que llegaba a la mitad de sus bonitos muslos y esa blusa con un escote no muy atrevido. Para sus ojos era la mujer perfecta pero no era suya, era del pueblo.

Se giró cuando vio cómo coqueteaba descaradamente con uno de sus compañeros, sentía su sangre hervir pero sabía que eran celos tontos, no eran nada y aún así quería golpear a ese chico. No entendía cómo Nayeon podía ponerla de esa forma, estaba jodida, no podía enamorarse de su mejor amiga, estaba mal pero no podía evitarlo, su corazón simplemente había elegido el camino del sufrimiento. Tonto corazón.

Sus compañeros comenzaron a entrar para la siguiente clase y ahí estaba Nayeon, contoneando sus caderas al caminar y moviendo su cabello, luciéndose con todos, con el mundo. Suspiró y no era la única a la que tenía suspirando, muchos morían por tenerla. La vio acercarse con su gran sonrisa, mostrando esos bellos dientitos de conejo que la hacían lucir más hermosa.

—Hola, Minari.

Saludó y se sentó a su lado, el dulce aroma de aquél permufe channel inundó sus fosas nasales y podía asegurar que era el más delicioso que había olido. Tan sólo sonrió al tenerla cerca y discretamente se apegó más a ella.

El resto de la clase resultó aburrido pero disfrutó los pequeños ratos que Nayeon se acostaba en su hombro o simplemente se dejaba caer sobre su costado. Le encantaba sentirla cerca aunque fingiera molestia para no parecer muy obvia.

—Nayeon, basta. —Murmuró cuando sintió la mano de aquella sobre su muslo.

—Ya me aburrí. —Abultó sus labios y se reincorporó en su asiento.

A veces no entendía cómo Nayeon podía podía ser tan tierna y provocativa a la vez. Su dualidad era increíble, tanto que hacía su miembro vibrar de sólo imaginarla para ella.

Sacudió su cabeza ante esos pensamientos sucios y volvió a prestar atención, debía detenerse sino tendría una "bonita" erección frente a todos y no, no pasaría esas vergüenzas.

Otra clase había terminado y Nayeon se inclinó hacia delante aburrida, Mina por su parte se recargó en su asiento pero su mirada fue traicionera y observó la hermosa figura de su amiga, esa pequeña cintura y cómo la blusa se levantaba un poco mostrando su espalda baja. Tragó fuerte y se obligó a mirar a otro lado.

♡ Fu̷cking my bff | MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora