Al salir de la vista del Rey troté hasta encontrarme con el Primer Príncipe, el cual, estaba en la esquina del salón, viendo todo lo que pasaba, aunque no sé qué tanto vio desde esa distancia.
Él me observó llegar hasta donde estaba recostado en la pared de brazos cruzados.
- Príncipe, tenemos que hablar - Su mirada era confusa y triste pero no me importa ahora - Ahora - Le tome el brazo y lo llevé hasta donde no hubiera personas. Una vez llegamos y lo solté fui la primera en hablar, él no dijo palabra alguna - ¿Tú sabías? - Insistí.
- ¿Qué cosa? - Al fin respondió.
- ¿Cómo que qué cosa? ¡Esto!
- ¿Qué cosa? No te entiendo.
- ¡Que nos quieren comprometer! A los dos, en matrimonio.
- Si.
- Demonios. No puede ser - Mientras maldecía él se acercaba tratando de calmarme - ¡No me toques!
- Lo sabía, no debí confiar en ti, eres solo otra oportunista.
- ¿Qué? Disculpa pero nos conocimos hace menos de dos horas y solo charlamos, ni siquiera sabes quién soy, esta es la primera vez que nos vemos. No puedo creerlo.
- No es así.
- ¿Qué? ¿Qué cosa se supone que no sea así? Porque hasta hace unos minutos yo no me iba a casar con un extraño ni nada.
- ¿Por qué te disgusto tanto?
- No eres tú. Es... Es solo que al menos quiero decidir a quien amar, ¿Entiendes?
- Pero es un matrimonio político.
- Me lo imaginaba...
- Bueno, de todas maneras tú ya sabías.
- No juegues ahora.
- No lo hago.
- Por un demonio, ahora ¿A qué te refieres?
- A eso, que ya lo sabes.
- ¡¿Cómo se supone que sepa que me voy a casar?!
- Cuando fui a tu Castillo a decirte.
- Ay por favor. Tu y yo nunca nos habíamos visto en nuestras vidas, ¿Y ahora me dices que no solo me conocías sino que también fuiste al Castillo a hablar conmigo? No me j...
- ¡Nicolyn!
- Ahora no chicos.
- Saliste corriendo de repente y no sabíamos hacia donde, gracias a los dragones te encontramos.
- ¿Está todo bien?
- ¿Todo bien? ¿Todo bien? Edward - Le dije sarcástica.
- ¿Qué te pasa?
- ¿Disculpa? ¿Qué me pasa? Bueno, pasa ¡Que voy a casarme con un extraño!
- Nicolyn cálmate - Todos llegaron a la escena - Solo respira.
- Oh, tu ¡Cállate! - Todos estaban sorprendidos - ¿Quién demonios se supone que eres? ¿Qué todos están locos? ¿Primera hija de Lucius? ¿Qué clase de broma es esa?
- Genial. Finalmente enloqueciste. Te dije que así era - Le dijo el pelirrojo al Primer Príncipe.
- ¿Y tú quién demonios eres pelirrojo?
ESTÁS LEYENDO
Mi destino como Villana.
Teen FictionTodas las historias tienen dos versiones, una linda y radiante llena de bellos sentimientos, y otra fea y lúgubre de la que nadie quiere tomar atención. Constantemente, la vida me enseño que las personas que vivían una buena vida, llena de lujos o...