*El pasado*

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"Nunca dejes que los malos ganen, Eren"
Era la voz de su viejo, perdiéndose entre las sombras, de nuevo.
Sin tan solo esa vez el hubiera luchado, su padre aún seguiría con el, si tan solo no hubiera sido tan marica, tan débil o estúpido, su padre aún, aún...
"Ya es tarde Eren, los dejaste escapar, lo dejaste morir, muy bien hecho" y de la nada, sangre inundaba su vista, porque, el recuerdo de ese asesinato era lo que lo mataba al recordar.

Despertó de golpe, confundido y asustado, temblaba y sudaba. Era la quinta vez esa semana. ¿Por qué soñaba algo así? Nunca lo entendió, y aprendió a vivir con eso.
Aunque aún no pudiera adaptarse. 
Era difícil soportar ese tipo de carga.
Las 4:30 en punto, como todos los días y empezó con su rutina.
Una serie de ejercicios para trabajar su cuerpo, luego, hora y media de salir a correr, para llegar, desayunar, bañarse, alistarse e irse.
Tenía una hermosa moto, era la moto de su viejo, que mantenía en perfectas condiciones, Harley clásica.
Se subió, y salió rumbo a la prision.
Era el mismo maldito enano de la noche. Y lo miraba con una expresión que podía atravesar al más fuerte, pero no a Eren, porque para el, ese idiota no era más que arena en el culo.
—Mira por donde vas, mocoso— lo miraba desde arriba, tan arrogante.
Que alguien tuviera piedad de su hígado.
Todo el comedor quedó en silencio. Los presos, por sus muecas, se veía que querían romper a carcagadas. Pues como no burlarse de un oficial intimidado por un hombrecillo. Pero el castaño no iba a dejarse.
—Oh, pero si es la pequeña ramera—se burló Eren, poniéndose de pie y rebasando la altura de Levi.
Y es que se dió cuenta de que su mofa hizo efecto al ver endurecer aun más el entrecejo del otro, pero nuevamente retomó la posición arrogante.
—¿Qué, acaso vienes por otro servicio, no puedes esperar hasta la noche?
Su remate animó a los presos, que gritaron un "uhhh" todos al unísono.
Jaeger no pudo prenderse más.
—¡No me jodas, pequeño imbécil! No juegues conmigo—y lo tomó del cuello para tenerlo a su altura.
—Eres realmente estúpido, ¿es que no te has dado cuenta que las cosas aquí no se hacen a tu modo? Me divierte verte creer que puedes cambiar las cosas. No eres nada, eres insignificante aquí y en cualquier parte — le murmuró Levi fastidiado por la conducta tan infantil del niñato, atinándole al punto débil de Eren, su mediocridad.
Término soltándolo, solo para darse media vuelta y encontrar nuevamente al general Tim, pero ésta vez no lo miraba a él, si no al enano.
—Levi, a tu celda, ahora— ordenó.
—Si, oficial —contestó el otro, sin expresión alguna.
Terminando con el prosiguió con el castaño. Lo miraba duramente con los brazos cruzados.
—Jaeger, una más y quedas fuera— sentenció, para girarse y salir del comedor.
Eren se sentía decepcionado de sí mismo. No pudo lidiar con sus impulsos, y quedó como un completo idiota ante todos los imbéciles, solo parecía uno más de ellos.
El apetito se le había ido.
Armim, esperando a que todo el espectáculo terminara, camino hasta el, para acompañarlo a su moto. Sus turnos habían acabado.
—Soy un idiota— comentó por lo bajo.
—Definitivamente — le reafirmó Armin.
Miró hacia arriba, para ver que el sol se estaba perdiendo.
Tal vez era lo mejor ese cambio de turno. Tal vez el general sólo quería lo mejor para él, siempre lo apoyaba y esta no era una excepción.
—No te tortures, Eren, ni mucho menos por ese idiota.
El problema no era el idiota, si no que ese idiota se salía siempre con la suya.
—¿Por qué el no recibe ninguna reprimenda?—preguntó el castaño desesperado al rubio, lo miraba a los ojos pero no esperaba ninguna respuesta.
—Eren, me atrevo a decir que ya sabes que es lo que pasa— le soltó Armin.
Tenía razón, si no sabía completamente todo acerca de el, ya se imaginaba qué le otorgaban aquellos servicios. Pero la pregunta que quería responder era ¿por qué el maldito general no hacía nada al respecto?

Podía preguntárselo en ese momento. Ahí, frente a su oficina un poco antes de su hora de entrada, Eren miraba fijamente el cristal. ¿Sería buena idea? Realmente apreciaba su trabajo, nada lo mantenía satisfecho consigo mismo que aplicar la justicia que aquel lugar. Y recordó que esa justicia, era la que le dió sentido a su vida después de haber perdido a su padre, así que sin dudarlo más, tomó la perilla, y entro.
Oh, Dios, por favor,  otra vez no.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2017 ⏰

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Cierra la boca. [SnK Yaoi FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora