Mientras estamos aquí la música suena tan apacible para mi corazón; con singularidad el ritmo de la música se regula a los latidos de nuestro corazón, un sentimiento sublime... logra reconfortarme tanto que me relajo, a esto se suma que tu junto a mi me hace sentir protegida y acompañada.
En esta bonita noche con las estrellas asomándose hacia nuestros destinos entrelazados, la vida ha dictado que debemos estar juntos, como siempre supusimos que seria. En un susurro ambos nos dedicamos melosas y risueñas palabras que son solamente oídas por las bellas flores, con las cuales tu comparaste mi belleza.
La luna nos sonríe y logra iluminarnos de tal forma que tus cabellos danzantes lucen como olas al anochecer, es tan precioso ver cada fracción de tu rostro; tu admiras el mío como si fuese la mayor cosa que has visto, y eso hace que un color similar al de las frutillas nazca en mis mejillas.
Puedo sentir al tocar y entrelazar tus manos con las mías una calidez que de forma admirable me llena el alma de valentía y paz, esta esta sensación recorre el corazón de ambos y lo reconforta.
Aquí afuera, al amparo del destino y aferrados de esta melodiosa canción, sabemos que estamos en casa; ese hogar que tanto anhelamos esta ahora en el otro. Lo encontramos al sentir la naturaleza y al apreciar mutuamente las estrellas que existen en nuestros ojos.
Luego de aclarar todo sin necesidad de la palabra, decididamente nos entregamos jurando siempre amarnos y apreciarnos.