⬥ a happy snow day!

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Kai se encuentra observando la televisión en la sala alrededor de la mitad de sus peluches cubriéndolo; hace frío, mucho frío y la taza de chocolate que su novio ha preparado no lo calienta mucho, tampoco las sábanas ni Molang y ¡Molang siempre puede calentarlo!

El invierno, la Navidad y diciembre en general es de sus momentos favoritos: adora los regalos, los abrazos, los cumpleaños y el lindo ambiente que las festividades en este mes forman. Aunque, el frío no todo el tiempo es de su favorito y es por eso que ahora tiembla bajo una sábana, con su rostro un poco carmín y un puchero en sus dulces belfos.

Yeonjun entra poco después, con una sonrisa y una taza de chocolate caliente. Él tiene menos frío, por eso sólo lleva un suéter de lana rojo y se recuesta al lado de su pareja, rodeando el cuerpo de este con uno de sus brazos.

—¡Hace mucho frío, JunJun! —exclama el menor con molestia y un tono aniñado que provoca que Yeonjun se ría un poco—. Es un tontito, hyung. NingNing se va a morir de frío y usted se ríe.

El de hebras castañas niega, volteando a su pingüinito que se ha alejado para abrazar más al peluche de ballena que SooBin le regaló por su cumpleaños contra su pecho, buscando un poquito más de calor —aunque, viniendo de Kai, probablemente lo abrazaba para que el peluche no tuviera frío—.

—Ven acá, bonito, tu hyung te dará calor.

Yeonjun rodea al más joven con sus brazos y ambos se funden en un abrazo que logra calentarlos un poco. El mayor reparte algunos besos y comienza a hacerle cosquillas a su pareja, provocando que ría tratando de separarse.

—¡B-Basta, hyung! —dice entre risas intentando empujar al mayor para que parara—. ¡Porfis! ¡Detente!

Yeonjun sonríe apartando sus manos y Kai respira al fin, quedando con su cabeza en el reposabrazos. Tiene los labios entreabiertos en busca de regular su respiración, además de el rostro un poco más rojo que antes. Una imagen adorable, sobre todo para el castaño junto a él, quien lleva su mano al brazo contrario para dejar algunas caricias.

Sin embargo, Huening pega un salto de golpe, corriendo hacia la ventana al ver algo que llama su atención de inmediato: La nieve.

Chilla emocionado, volteando a Yeonjun quien lo observa con una ceja alzada.

—¡Junnie, Junnie, Junnie hyung! ¡Está nevando! ¡Está nevando! —exclama, como si fuera la primera vez que viera las pequeñas bolitas de nieve que caían del cielo con delicadeza. Sus ojos brillan cual niño emocionado y observa a su novio con un poco de súplica, pidiéndole una sola cosa: salir.

El mayor asiente con entendimiento y Kai sale corriendo en busca de su abrigo, cosa que Yeonjun hace poco después, porque él no se perdería ver a su novio jugando bajo la nieve —porque este adora en demasía jugar con los copos cuando caen—.

El menor sale poco después —ya que Yeonjun tiene su abrigo en el perchero y Kai en el clóset— con una sonrisa, emocionado. Se acerca al castaño un poco apenado y cuando ya esta cerca, juega con los guantes que decoran sus manos.

—Hyungie...

—¿Sí, cielo?

—¿Pueden venir mis peluches a sentir la nieve con nosotros? —cuestiona en un tono demasiado bajito, evitando el ver a Yeonjun a los ojos por estar avergonzado de la pregunta.

Yeonjun ríe un poco; Kai era alguien adorable y lindo, amaba a sus peluches, queriendo llevarlos a todos lados y hablando de ellos casi tanto como lo hacía sobre SooBin o él. Se ponía tímido por cualquier cosa y era tan Kai que se contenía el comerlo a besos cada que actuaba de esa manera.

Voltea, mirando la Sala completamente desordenada con un montón de peluches en cada sofá.

—Claro amor, ¿a quiénes quieres llevar?

—¿No puede ser a... todos?

Yeonjun negó, todavía con una sonrisa tonta.

—Amor, si los llevas a todos se van a congelar y se pueden resfriar. ¿Quieres que se enfermen? —el menor negó repetidas veces—. Entonces cariño, lleva uno o dos y después puedes mostrarles a los demás la nieve.

—¡Está bien, Jun! ¡Gracias!

Huening corre a la sala y toma de entre todos los peluches a uno pequeño de Molang, para después devolverse y tomar la mano de Yeonjun, llevándolo afuera dando pequeños saltitos.

La nieve caía lentamente, haciéndose notar ya en pequeños montones blancos. Hacía mucho frío, tanto que, cuando salieron, el aire gélido golpeó sus rostros; sin embargo, Kai corrió a uno de los montículos de nieve, para después tocarla con emoción y sacarse los guantes.

—¡Yeonjun hyung! ¡Mire, mire, mire qué lindo!

El mayor se acerca a paso lento, alegre por ver a su pareja tan feliz y disfrutando de la nieve. Puede ver lo que Kai ha dibujado en la nieve, dos muñecos de palo: uno era él y el otro el pelinegro, quién tenía en sus brazos una bolita que suponía era Molang.

—¡Amo la nieve! Bueno, Molang y yo amamos la nieve. ¿Hyung, usted también la ama?

Kai volteó a él y Yeonjun acarició su rostro con una de sus manos de una manera suave, sonriendo con amor a su pareja.

—Amo la nieve porque me permite verte así de emocionado y feliz, cariño. Adoro que actúes como un niño chiquito cuando los primeros copos de diciembre caen. Así que sí, amo la nieve.

El menor soltó una risita con un poco de vergüenza y dejó un beso en la punta de la nariz de Yeonjun.

—Te quiero —dice con una voz suave y linda, provocando que Yeonjun plantara un beso en sus labios.

—Y yo más, amor. Mucho mucho mucho más.

El menor se sentó en el suelo e invitó a Yeonjun a hacer lo mismo, terminando por apoyar su cabeza en el hombro de este y entonces, la dupla se quedó observando los copos caer.

La Navidad era muy bonita, después de todo.

Snow ᥀ YeonKai. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora