Muérdago

Capítulo Único

Hermione tiró del jersey de punto granate abultado que estaba usando. Otro jersey de Navidad de Molly Weasley. Una 'H' dorada adornaba su pecho. Supuso que los Weasley y Harry llevarían al menos uno a juego. Ella había combinado el jersey de punto con unos jeans negros, rotos en las rodillas.

Ella estaba parada en los escalones fuera del pequeño ayuntamiento en el Valle de Godric con la mano levantada para abrir la puerta.

Era la primera reunión navideña desde la muerte de Voldemort y se sentía… extraño. Las cicatrices todavía tatuaban el brazo de Hermione y las lápidas en el cementerio aún parecían demasiado nuevas. Hermione tragó. Se terminó. Las cosas estaban volviendo a la normalidad, incluso si todavía no se sentía así.

Hermione dibujó una sonrisa en su rostro y abrió la puerta del pequeño pasillo, entrando.

El salón estaba muy bien arreglado: coronas, velas, muérdago y oropel decoraban las paredes de madera y las vigas del techo. Ya había un gran grupo de personas presentes, algunos estaban bailando al ritmo de la banda que tocaba, algunos otros empujándose alrededor de la mesa de bocadillos y otros simplemente socializando con una cerveza de mantequilla.

Hermione frunció el ceño al darse cuenta de que todos estaban vestidos de manera más formal que ella. Harry y Ron vestían pantalones ordenados y camisas de botones. Ginny y Luna vestían vestidos, nadie era exactamente formal, pero Hermione definitivamente vestía mal.

Mientras ella estaba sopesando la idea de dar la vuelta y salir, Harry y Ron la llamaron, haciéndole señas para que se acercara.

Gimiendo interiormente, Hermione se acercó a los chicos a regañadientes.

"Hey", saludó Hermione. Harry y Ron la abrazaron, aplastando sus huesos como de costumbre, era como si nunca se hubieran dado cuenta de que se habían convertido en hombres desde su primer año en Hogwarts.

Harry tenía una barba que estaba frotando y Ron tenía un ligero bigote sobre su labio superior. Definitivamente mayor ahora.

"¡Veniste!" Ron sonrió,  "George se fue pero nos preparó un espectáculo de fuegos artificiales decente para más tarde, es el mejor".

"Fantástico," respondió Hermione, sonriendo un poco. Se estaba relajando ahora que estaba rodeada de amigos. Quizás no sería tan malo después de todo. La decoración fue muy cálida y festiva y la compañía fue buena.

"¡Hermione! ¡Estás usando el regalo que te dí!" Molly Weasley se acercó y abrazó a Hermione de la manera maternal que siempre había hecho. Fue un gran consuelo, después de la guerra, no había podido revertir los fuertes hechizos de la memoria de sus padres. Los abrazos maternales eran algo que Hermione había llegado a extrañar y le provocaba un dolor en el pecho pensar en ello durante demasiado tiempo.

Molly soltó a Hermione y la morena miró alrededor de la habitación. Sus ojos color ámbar vagaron por la habitación, buscando inconscientemente cierta figura.

Fleur Delacour estaba apoyada contra una pared, desinteresada como siempre.

Hermione estaba sorprendida de que la rubia hubiera aparecido, gratamente sorprendida puesto que Fleur y Bill se habían separado incluso antes de que se ganara la guerra.
Hermione había esperado que Fleur regresara a Francia. No esperaba que se mantuviera en buenos términos con los Weasley. Pero luego Fleur la había sorprendido durante la guerra.

"Hola", saludó Hermione, apoyándose contra la pared al lado de Fleur. Bebió un sorbo de cerveza de mantequilla fría.

Fleur no miró a Hermione, sosteniendo una copa de vino en sus manos.