6. Entrenamiento del Halcón Empieza

6 1 0
                                    

Las palabras retumbaban en su cabeza como si le golpearan por dentro, algo no andaba bien, retumbaba con fuerza mientras su cabeza era guiada hacia la mujer.

-Exactamente ¿por que deberíamos hacerlo?- Dijo mientras daba unos pasos torpes hacia atrás.

-Un pueblo que fue discriminado por ser diferente, encerrado lejos de la sociedad contra su voluntad ¿te suena de algo?- Dijo la mujer mientras se acercaba de nuevo al chico, esta vez con más seriedad.

Los ojos del chico claramente no miraban a ningún punto específico, pero por menos notorio que era estos mostraban tristeza, le hacía pensar demasiado en las palabras de su padre, que había escuchado pocas veces pero no podía ignorarlas sin importar que "Si no fuera ciego, estaríamos en casa".

Eso era algo que cada tanto decía en casa mientras pensaba que el joven dormía, por lo que solo dios sabe cuantas veces las dijo mientras no estaba.

El chico estaba muy nervioso pero solo guió su cabeza a la mujer como si pudiera verla.

-Muy bien, pero, ¿que debería hacer? ¿Por que me necesitas?- Dijo y lo último se repitió varias veces por dentro, "necesitar".

-Solo un humano puede romper el sello, y claramente tu entiendes lo que se siente, sin duda eres más que perfecto, te necesito para formar un pacto y que los demonios sean llevados a la libertad- Dijo colocando su mano derecha en el hombro  izquierdo del chico nuevamente.

El corazón del chico latía con mucha fuerza, podía sentirse a través de la mano de la mujer lo que le causaba una sonrisa muy grande.

-Esta bien, lo haré... ¿cómo hago para, romper el sello?- Dijo bastante apenado tratando de que su cara no estuviera muy expuesta.

-Pequeño, debemos formar un pacto primero, nunca podrías con tan poco poder, morirías antes de lograrlo- Una sonrisa era formada en la cara de la mujer que claramente estaba satisfecha por su nuevo ayudante.

-¿Ahora? ¿Cómo lo hago? ¿Cómo es el pacto?- Empezaba a hablar bastante más rápido por culpa de los nervios a lo que la mano de la mujer se colocó en el mentón del chico.

Un olor tan suave entraba en su nariz, era un aroma que decía "relájate", cómo sentir el olor de tu madre mientras te abraza, el chico estaba calmándose.

-Muy bien, tranquilo, el pacto se hace cuando un humano bebe sangre de un demonio y ambos están de acuerdo, así el humano tiene más poder y el demonio recibe energía, pero primero, debes hacerte fuerte, ahora eres como un frasco- Dijo mientras tomaba la mano del chico para abrir la puerta de la mansión.

-¿Un frasco?-Dijo confundido mientras el picaporte giraba con suavidad.

-Si, un frasco pequeño puede tener pocas cosas, si llegará a darte mi poder, el frasco se llenará demasiado y se romperá al instante- Dijo para que luego el chico mirara hacia abajo entendiendo a lo que se refería.

-¿Que debería hacer?- La voz del chico tembló un poco pero sin duda estaba decidido en ello.

-Muy bien, eso es lo que quería oír, lo primero será que aprendas a moverte con más libertad, veo que puedes caminar y probablemente correr, pero no será suficiente- La mujer sonreía para luego estirarse ya en su hogar, entonces la mansión se iluminó mostrando los enormes candelabros de cristal y las paredes pintadas de un rojo apasionado, varias habitaciones y escaleras por explorar.

-¿Que más debo hacer?- Este no separaba la mirada de su ama con esos ojos inútiles, pero su mano estaba observando todo, suaves chasquidos en el hacían que todo el lugar estuviera claro para el joven.

La mujer observaba ese comportamiento con intriga para luego sonreír y acercarse al sofá de la sala donde se recostó mirando al chico.

-Tu primera tarea será sencilla, quiero que explores la mansión sin caerte, hazlo corriendo, quiero que pases por todas las habitaciones y vuelvas aquí, no puedes entrar a ninguna habitación, solo los odio los, y luego vendrás a decirme cuantas habitaciones hay, tienes dos minutos- Decía la mujer esperando que el chico reaccionara dando un fuerte aplauso.

-¡ah! ¡Enseguida!-Dijo sorprendido por la velocidad con la que empezaba el entrenamiento, este corrió por el piso de abajo.

Sus dedos hacían suaves chasquidos para diferenciar las paredes y así notar que habían puertas, dando suaves golpes a estas las contaba, seis habitaciones abajo.

Subió las escaleras a su mayor velocidad haciendo el mismo proceso para así contar todo, doce habitaciones arriba, este chico corrió nuevamente hasta la sala mientras su respiración se agitaba.

-Hay... ufff, dieciocho puertas en total, seis aquí abajo, dos están a la derecha de la entrada, otras tres siguiendo el pasillo detrás de la escalera y una a la izquierda de la entrada, luego hay doce arriba, es un pasillo largo con un giro al final y están colocadas de manera seguida- Decía bastante cansado esperando a que su ama le digiera que era correcto.

-Muy bien, ahora dime qué es lo que esta en casa habitación, no puedes volver, también dime cuantas habitaciones tienen ropero y cuantas tienen camas- Dijo observando al chico queriendo ver que es lo que hacía.

-¡¿Eh?! Eso es imposible, las puertas estaban cerradas y no me dejaste entrar- decía pensando que era muy injusto algo así, nadie podría saber eso.

-Jmmmmm, pensé que tenías bien oído y olfato, parece que me equivoqué, pero buen9c te daré una oportunidad, ven conmigo- Dijo poniéndose de pie para caminar hacia donde dijo que estaba la primera puerta.

-Esta bien- Estaba claramente dudando de lo que podría llegar a decirle su ama, pues aún no entendía bien cómo es que ella actuaba.

-Dime, según tu aquí está la primera puerta, dime que es lo que contiene desde fuera, acércate si quieres- está se veía muy tranquila, queriendo experimentar un poco con el muchacho.

Este se acercaba a la puerta para colocar su oreja contra esta, pero no escavaba nada dentro, pero el olor era muy fuerte, eran muchas especias raras y también otros alimentos conservados.

-Huele a comida y especias como vainilla ¿es la cocina?- Dijo algo confundido.

-Tsa Tsa, intenta de nuevo ¿que tan grande es la habitación?- Lo primero era un sonido de desaprobación mientras que en lo segundo soltaba un golpe en la puerta suave que hacía que esta vibrara.

El vibrar fue muy suave pero hizo comprender algo al chico, casi al instante este empezó a dar suaves golpes en la puerta.

-Es una habitación pequeña, está llena de comida, tiene otra puerta casi al lado, no huele a que hayan cosas cocinadas dentro ¿es la despensa? Eso debe significar que al lado está la cocina- Dijo y la mano de su dueña se colocó sobre la cabeza del muchacho.

-Muy bien, te ganaste un premio, puedes hacerme una pregunta- Dijo la mujer mientras miraba al joven.

-¿Como se llama señorita?- Decía con un tono más tranquilo y una sonrisa al ver que lo había logrado.

-Que tierno, muy bien, te lo ganaste, mi nombre es ವರ್ಣನಾತೀತ, pero dime Ingrid- Una sonrisa se manifestaba en su cara, había dicho algo en un lenguaje imposible de entender con tanta naturalidad que era extraño.

-Señorita Ingrid ¿Que es usted?- Dijo mientras está solo decía que no con los dedos y suspiraba.

-Parece que tenemos muchas preguntas, las responderé con las puertas, aún quedan otras dieciséis ¿no?- Esa frase solo despertó más curiosidad que emocionaba bastante, este se puso de pie queriendo ir a la siguiente para saber un poco más sobre quien tenía a su lado.

El Ojo Ciego Del Halcón [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora