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Problemática y con un mal carácter.
Estas palabras definían al 90% a Jimin La chica con la que no debías meterte, la pesadilla de tus pesadillas, el terror de los abusones.
El otro 10% se resumía en gatitos.

No era algo de lo que estaba particularmente orgullosa, todo inicio como un arranque de irá un día hace unos años. Ahora, había adoptado esa personalidad ruda, aunque ¿Realmente así era ella?

La verdad era debatible, aveces, solo aveces, mostraba a una poca cantidad de gente su lado cariñoso. Era como ver a otra Karina, una tranquila y linda con los demás, aunque poca eran los afortunados de ver esta cara suya. Entre ellos, su familia y algunas amigas con las que ya llevaba cierto tiempo compartiendo momentos. Al principio era raro, pero te acostumbrabas si eras una persona muy cercana a ella o en su defecto, una chica linda.
Oh ¿Olvide mencionarlo? A la azabache le encantaba admirar los rasgos lindos de una mujer. Era algo así como un pasatiempo, un pasatiempo muy raro, pero si alguna chica la llegaba a encantar de más lo más probable era que mostrará su lado agradable con esa chica en particular.

No hace falta mencionar que Karina es homosexual. Pero como su otra personalidad, pocas personas sabían esto.
Había perdido el gusto a los chicos desde muy pequeña, una larga historia.

Los días pasaban como páginas de libros, al menos para ella eran exageradamente rápidos el como pasaban los días cosa que la empezaba a estresar de cierta forma.
El hecho de ser problemática no hacía que sus notas fueran decentes y que su nivel académico superior al promedio. Vaya, que era la chica mala pero cuando quería resolvía una ecuación matemática contra todo pronóstico.

Una de las razones por las cuales los días eran tan aburridos y monótonos era porque eran todos igual. Parecía un bucle temporal interminable.
El mismo chicle debajo de su pupitre, la misma mancha misteriosa en la puerta, la misma maestra molesta de siempre y, aunque le costaba admitirlo, sus amigas ya no tenían cosas buenas de las cuales hablar. Ninguna infidelidad ni ningún drama escolar que pasará hacían que la chica eventualmente se aburriera.

Era un lunes por la mañana, parecía que todo seguía su rumbo normal, encerio, ya se había aprendido los diálogos de su madre para levantarla todas las mañanas.
Levantándose de la cama se quitó su pijama y fue al baño a tomar una ducha.

Mientras el vapor invadía la habitación la chica miraba las paredes atenta mientras su mente divulgaba entre pensamientos sin importancia.
Paso el jabón por sus brazos y piernas y después de removerlo con algo de agua tomo el shampoo y se colocó un poco en su larga cabellera negra mientras su mirada seguía perdía, muy perdida.
Volvió a la realidad cuando alguien tocó la puerta de la habitación, como de costumbre, era su mamá diciéndole que se diera prisa pues las clases no tardaban en comenzar. Dio un suspiro pesado y termino de remover todo el jabón de su cuerpo, cerró la llave y cubrió su cuerpo desnudo con una toalla blanca. Con un dedo desempaño el espejo para mirarse unos segundos, tomo la secadora y la encendió para así comenzar a secar su cabello.

Finalmente, se miro unos segundos más en el espejo, rayos, que linda era.

Salió del baño y tomo un pantalón de mezclilla con leves rasgaduras. Un sostén negro y por encima una blusa gris con el hombro al descubierto concluyendo su atuendo con unas botas negras militares.
Aunque casi nunca los usaba hoy decidió llevar sus lentes, casi, por no decir que exclusivamente los usaba para la lectura. Tomo sus demás cosas y las puso en una mochila negra y así, salió de la habitación y bajo a la cocina, se sirvió un vaso de leche y tomo una rebanada de pan. Bebió el vaso de leche tan rápido como pudo y se llevó el pedazo con ella no sin antes despedirse de toda su familia quien aún parecía dormir con un grito.

— Hey, flojos, ya me voy, recuerden que hoy le toca a Ning poner la mesa. — Dicho esto, la pelinegro salió de casa y fue directo a la escuela apurando su paso un poco pues las clases comenzaban en poco menos de 10 minutos.

Si que hacía contraste su actitud ruda con su aparente responsabilidad. En unos minutos ya estaba dentro de la escuela terminando de tragar el último pedazo de pan.

— ¡Jimin! ¡Buenos días! — Decía una voz femenina a lo lejos. Siguiéndola se encontró con Aeri, con la cuál se incorporo rápidamente y fueron juntas hasta su salón mientras hablaban de que hicieron el fin de semana y un par de temas sin importancia.

Entrando al aula separaron sus caminos un poco pues tenían 3 filas de separación entre ellas, otra de las razones por las cuales sus días eran muy aburridos.

Esperando a que llegara la maestra saco su celular. Sabía que no podía usarlo en el aula pero que más daba, los profesores le tenían miedo, tanto como para decirle que dejara el teléfono.

Dándole like a algunas fotos de gatitos en instagram decidió apagar su teléfono escuchando los pasos de tacones chocar con el piso ¿Que significaba eso? La maestra se aproximaba.
Más temprano que tarde la profesora entro en el aula, dio un vistazo rápido al alumnado y tomo asiento en su escritorio sacando la lista de un cajón para así empezar a pasar lista como la rutina acostumbraba.

Mientras nombres sin importancia sonaban al fondo la pelinegro miraba atentamente el ventilador del techo pensando en el que pasaría si derrepente se cayese encima de uno de sus compañeros. Preguntas completamente normales.

Paso un par de minutos más hasta que escucho su nombre, no le era difícil saber cuándo le tocaba decir "Presente" pues era la última de la lista. O al menos eso pensaba.

— Presente. — Decía sin más volviendo al ventilador, cosa que era más importante que cualquier otra cosa que pasará ese día.

— ¿Kim Min-jeong? —

— Presente. — Decía una voz muy al fondo, casi imperceptible si no ponías la suficiente atención. Pero era tan linda que era difícil con querer escucharla otra vez. Estaba tan distraída en la voz que no pensó en el hecho de que un nombre nuevo había tomado su lugar como última de la lista.

Rápidamente, con su mirada empezó a buscar entre las filas aquella voz tan linda hasta que logro dar con una chica, si, definitivamente era nueva y ser nuevo en la escuela solo significaba dos cosas. Sufrir de los abusones o de las bromas de Karina o bueno, eso era lo que creía, talvez con la llegada de esa chica el significado de ser nueva cambiaría por completo para la pelinegro.

 Sufrir de los abusones o de las bromas de Karina o bueno, eso era lo que creía, talvez con la llegada de esa chica el significado de ser nueva cambiaría por completo para la pelinegro

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- 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐕𝐨𝐢𝐜𝐞 ; WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora