❄❄love on ice❄❄ [ᖇⓤωł⅁ℰƬα]

❄️ 33 ❄️

Narra Rubius:
Es hoy.
El momento que más esperé hasta ahora había llegado.

La final.

Se que no es la gran cosa, ni siquiera es una competición a nivel mundial, pero esa ansiedad que me genera pensar que perder es como perder todo, hace que tenga más peso que nunca sobre mi.

Mi cabeza estaba perdida en un limbo, recordando todo lo que viví para llegar hasta aquí, había pasado mucho tiempo.

Recuerdo el primer día que los conocí a todos, que me daban la bienvenida a mi nueva familia.
Es cursi llamarlo así, pero eso sentía y siento.

Recordé esa primera vez que estuve en la casa de Guillermo, ese día que conocí a Caro y que ahora la veo crecer como si fuese mi hermana.

Hablando de Hermana, recuerdo cuando llegó Nieves a Karmaland, nos sorprendió a todos y mirala ahora, está con Akira y Kristina saliendo.

Aquel halloween entre todos, esa navidad y mi primer Pride en pareja con las personas que mas amo. Fueron los momentos que más rememoro en mi cabeza.

Esa casa en el río, donde pasaron tantas risas y recuerdos inolvidables, obviamente sin dejar de lado ciertas cosas "Poco Puras".

Y como no, el día que lo cambió todo.

Cuando Guillermo y Samuel me pidieron ser su novio.

Desde aquel día mi vida había mejorado sin dudarlo, era más feliz que nunca y no era prácticamente consciente hasta casi perder a uno de ellos.

Ese colgante con forma de oso y color dorado era mi reliquia más preciada hasta ahora, nunca decidí quitarmelo y nunca lo haré.

La vida tal vez no fue siempre perfecta, ni tampoco lo será, pero algo tengo en claro, si gano hoy y puedo volver a estar con Sam y Guille sin que nadie nos moleste, sería mi final perfecto.

Miré detenidamente el collar, lo agarré con ambas manos y lo llevé cerca de mis labios, dándole un beso.

Quiero ganar.

Voy a ganar.

Narra Omnipresente:
Mis queridos lectores y amigos, estábamos presenciando la final de aquella competencia que significaba tanto para nuestro híbrido y sus amigos.

Rubius se encontraba atando sus patines, mirando la pista de hielo recién lustrada sin un punto fijo.

Para su mala suerte, el muchacho que competía contra él por el primer lugar había llegado a su lado, con una sonrisa falsa e intenciones de desconcentrar.

Fe: ¿Nervioso, Rubi? -pregunto mirando desde arriba al híbrido, que estaba agachado mirando los patines del contrario-

Rubius vio pasar por su mente todo lo que lo había hecho sufrir aquel niño, las noches llorando en el hombro de uno de sus amados, por miedo a perder por algún sabotaje, eran incontables.