7. De Puerta en Puerta Pequeño Halcón

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El chico guiaba su cabeza en varias direcciones queriendo entender más que era lo que pasaba, tenía muchas más que dieciséis preguntas, pero con eso solo podía hacer las más importantes, este caminó despacio hacia lo que era la siguiente puerta. La izquierda a las escaleras, este al tocarla bien sintió que era más gruesa que las demás.

-Es muy gruesa, ¿hay algo importante dentro?~ Dijo bastante confundido mientras la mujer le miraba.

-¿Tu crees? No lo sé, dime que tan lejos estamos de la entrada- Su mirada era muy tranquila, se veía su sonrisa que mostraba una dentadura muy blanca.

-¿Entrada?- Confundido empezó a dar varios pasos contándolos desde la entrada, quince metros, era demasiado, la casa debía ser gigante, pues todo eso era el gran salón.

El chico estaba muy consternado ante la idea de una casa tan grande solo para una mujer, entonces pensó de nuevo y empezó a dar golpes en la puerta escuchando lo que había del otro lado.

-¿Viento? Y no hay rebote... ¿La puerta guía al patio?- Muy nervioso para saber si su respuesta era cierta, pero al escuchar esta abrirse y sentir el fresco en su cara sonrió.

-Muy bien, eso te da otra pregunta- Dijo para luego cerrar la puerta esperando a que no entrara demasiado frío de esta.

-¿Que eres? Tienes cuernos, alas, y creo que bajo el vestido tienes una cola pues la tela se mueve de manera rara- Se notaba que quería saber.

-Vaya, notaste mi cola y eso que va oculta, muy bien, te daré tu respuesta, soy una demonio, una súcubo, sigue- La sonrisa en su cara era notoria hasta para alguien ciego.

-Súcubo...- Eso le dió más nervios que todo lo demás, su padre le había contado que antes las súcubos eran las criaturas más letales al poder convencer a hombres sin voluntad y hacer lo que quisieran con ellos.

El chico caminó detrás de las escaleras para luego empezar a tocar las puertas que estaban una al lado de la otra, este estaba muy confundido.

-Están todas vacías, ¿verdad? Solo una tiene algo y no logro saber lo que es- Dijo para luego empezar a tocar esta nuevamente y entonces olfatear.
-Es el baño... ¿verdad?- Tras decir lo ultimo la mujer se sonrojó un poco para luego desviar la mirada.

-Bueno... si, pero, no deberías, agh, como lo hiciste rapido te daré tres preguntas, ya, las habitaciones están vacías pues no necesitaba nada- Dijo queriendo saltar el tema.

-¿Tres? Pero... bien, ¿que comes? ¿Haz matado a hombres? ¿Por que?- El porque del final era solo por si acaso, ya que si decía que si quería que la respuesta fuera lo antes posible.

-¿Comer? Lo mismo que tú, lo que se me de la gana, y no e matado a nadie que no sea necesario, solo mato a quien lo merece- Tras eso el chico le miró más calmado ante la respuesta, aunque la idea de que matara gente no era atractiva.

-¿Los súcubos no se alimentan de hombres de voluntad débil?- Decía esperando una respuesta más.

-Si, pero solo empiezan a necesitarlo tras un evento muy importante, yo aún no lo e tenido por lo que puedo comer- Dijo para luego mirar el suelo algo sonrojado por la vergüenza.

-¿Que evento?- Este se veía más intrigado aún al saber que debía pasar algo para que tuviera sed de sangre, o en este caso otro líquido.

-Suficiente, siguiente puerta, luego tendrás respuestas, pero esa se quedará conmigo- Tras eso el chico solo suspiró y se levantó queriendo subir las escaleras.

El largo pasillo podía sentirse, con sus raras pisadas llegó a las puertas empezando a tocar y sentir estas, fácilmente empezó a distinguir.

-Hay algo suave dentro, una cama, y también algo fresco, una ventana debe ser, muebles ¿estoy en lo correcto?- Decía bastante confiado ahora.

-Muy bien pequeño- La puerta fue abierta para que este pudiera entrar y comprobar.

-¿Como voy a entrenar? ¿Solo abriré puertas?- Dijo algo nervioso y expectante.

-No no, creo que podría ponerlo como un juego, el escape ¿lo conoces? Hay cuatro zonas, y dos lugares, la prisión y la libertad, si quieres escapar debes pasar la primera zona con una condición, digamos que esta es la primera zona y debes aprender lo qué hay dentro de las puertas sin entrar, cada vez siendo más difícil, una vez termines todo lograrás llegar a la libertad que sería formar el pacto, pero déjame decirte que no serán cuatro zonas- Dijo esperando que eso funcionara.

-Ohh, creo que entiendo, eso solían jugar los chicos en el pueblo, pero no podía por que escribían en el piso y no podía leerlo- Su mirada se guió al suelo para recibir unas suaves caricias de parte de su dueña.

-Ya ya, sigamos, hay más puertas- Dijo para luego guiarle a la siguiente puerta donde podía continuar.

-Dentro parece tener un fuerte olor a perfume, diría que es su habitación por los perfumes que usa pero no hay cama, hay una ventana, y un mueble, ammmmm ¿allí tiene productos de belleza? Mi madre tenía solo un perfume y peine que usaba cuando pasaba algo importante, a parte de un poco de maquillaje- Parecía que tenía más confianza en la mujer.

-Vaya, lo notaste bien, sin duda aprendes rápido, podría ser más fácil de lo que pensé- Decía abriendo la puerta que mostraba una pequeña habitación con un pequeño asiento y un espejo, la mesa frente a este estaba completamente llena de productos femeninos, desde maquillajes caros hasta perfumes.

-¿Por que necesitas a un humano?- Dijo para luego ver a su ama en silencio.

-Un humano creó el sello, un humano puede romperlo, así de simple, ya no te está siendo difícil, así que, jmmmmm.... Ya se, dime lo qué hay en las demás puertas desde aquí, tu tranquilo- Se notaba que quería saber el potencial del chico, y exigirle más podría hacerlo más fácil.

El chico pensó que era injusto, pero no se negó, este sintió algo que cayó junto a su pie y al levantarlo sintió la bolsa de canicas, este entendió al instante y se agachó poniendo su oreja en el piso para poner una a rodar, sentía como vibraba el suelo y su cara pareció iluminada, empezó a soltar otra y otra para que fueran hacia las puertas y algunas se movieron lejos.

-Pues... ammmm, eso es difícil, desde aquí puedo notar que las habitaciones de la derecha están todas vacías, tienen mucho aire saliendo, sin olor, por lo que ventanas y tampoco tienen marcas en los picaportes por lo que no se usan, pero las de la izquierda, la mayoría tienen camas, pero hay dos vacías también, ninguna tiene olor, por lo que supondré que son cuartos de invitados, dos tienen una puerta más dentro, supondré que son baños, pero al fondo hay algo, una habitación mucho más grande a las demás, de allí la canica no se movió por lo que no tiene ventana, tiene una cama enorme, parece suave, y un enorme armario y baño ¿verdad? Es su habitación seguro, tiene su olor- Dijo para luego ponerse de pie y escuchar algo extraño.

Su dueña empezó a aplaudir con júbilo y emoción.
-¡Increíble, lo descubriste todo a la primera! Muy bien pequeño, responderé todas las preguntas que quiera- Decía acariciando su cabeza con gran ánimo y el chico pareció sonreír por un segundo Pat luego quedar con seriedad.

-Solo tengo una... ¿Por que yo? ¿Por que me elegiste a mi? Un chico ciego e inútil- Dijo para luego observar a su ama en silencio, sus ojos se guiaban a los de ella pero su visión era vacía.

-¿Por que? ¿Por que tú no te quedaste viéndome con lujuria? Un hombre normal no suele resistir a una súcubo, si hubieras caído ante mi hechizo, jamás te hubiera traído, no solo el hechizo, eres el único que ve mis cuernos, pues lo creas o no- La mujer se puso en una rodilla para que el chico tocara los cuernos enrollados a los lados de su cabeza.
-Solo una persona increíble podría notarlos, alguien especial- Sus palabras llegaron rápidamente al chico.

Una pequeña gota salada caía de un lado del joven, la mujer conmovida solo le dejó lagrimear mientras colocaba la cabeza de este en su pecho para que se aliviara.

El Ojo Ciego Del Halcón [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora