atardecer esponjoso ✿ hajeongwoo.

un atardecer de los miles que pasaremos juntos.

cuando los días fulgían en aquel prado, el sol irradiaba besando las lejanísimas montañas que se extendían por los confines del universo, curvandolas, dando paso a sus rayos, los cuales teñían las extenciones del lugar de un bonito dorado.

había pajaros cantando las melodías más bonitas desde sus nidos en las ramas de los árboles, las flores de miles de colores florecian en sincronía con ayuda de los cuidados de las haditas, las mariposas danzaban junto a ellas. el cielo era tan azul y estaba despejado, el pasto bastante verdoso. simplemente todo ahí era sublime, deleitante.

pero entre todo ese paisaje maravilloso, destacaban dos pequeños y esponjosos conejitos, uno de pelaje tan blanco y puro como las nubes y otro de pelaje tan oscuro como las bellas noches de verano. ellos eran haruto y jeongwoo.

ambos eran el inocente significado de la amistad en su máximo esplendor, juntos pasan momentos hermosos y osadas travesuras. en aquel prado, todos los conocían, todos adoraban a haruto y a jeongwoo.

y ahí iban, ellos nuevamente en una amistosa carrera para llegar a donde el abuelito hyunsuk conejo, para comer unas antes de jugar y corretear por todo el lugar.

no importa si hacen eso todos los días, a ellos solo les importa pasar tiempo juntitos y crear más y máas recuerdos agradables.

una vez que que devoraron todas esas sabrosas bayas se despidieron del abuelito hyunsuk para emprender su recorridito diario con una excelente actitud.

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en todo el tiempo que jeongwoo ha sido el mejor amigo de haruto, siempre sintió que el tiempo junto a su ruto pasaba realmente rápido ¡y es que se le hace difícil darse cuanta de ello!

¡¡un claro ejemplo es lo que está pasando ahora mismo!!

jeongwoo recuerda haber hecho otra carrera con haruto (una de las tantas que realizan en el día) hasta el estanque de su amigo junghwannie, un adorable patito, para pasar el rato ¡y ahora se estaban dirigiendo a su monte preferido para ver el atardecer!

quizás jeongwoo no sepa cómo medir el tiempo pero sabe que luego del atardecer que ven juntos viene la noche, y la noche es ciertamente tarde porque a esa hora el anda durmiendo en su madriguera acompañado de haruto.

haruto nota que su amiguito anda perdido mirando al horizonte, entonces trata de llamar su atención, pegándole con una patita en su carita a jeongwoo. haruto consigue con mucho éxito que este vuelva su atención a él, o más bien al atardecer que se extiende tras sus peluditas orejitas.

entonces ambos se acurrucan más, observando con devoción ese magnífico acontecimiento. el cielo era un lienzo pintado de un suave naranja con pinceladas rosadas y algunas lilas, tonos tranquilizantes, tonos que haruto y jeongwoo amaban y atesoraban tanto.

haruto frota su naricita contra la de jeongwoo, contento, muy, muy contento, la razón es más que obvia, está pasando otro atardecer de los miles que le espera pasar junto a su bonito jeongwoo y eso es lo único que le importa.