"Afire love."

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- ¿Qué haces apuntándome con el arma, Scarlett?

- Evito que te marches.

- Si cruzo esa puerta no me dispararás, es obvio.

- ¡Basta! No es gracioso, quieres entregarte a la puta policía, Elizabeth. No puedo dejar que hagas eso.

- Fue encantador conocerte, Scar. Debo decir eso.

Lentamente retire el arma de su mano, y la coloque sobre el escritorio. Ella se aferró a mi cuerpo con fuerza, con tanta fuerza que pude sentir sus dedos clavarse en mi piel sobre la tela, eso dolía un poco, pero lo compensaban sus besos en la línea de mi clavícula, esos me hacían sonreír.

- Quiero seguir conociéndote, Lizzard... esta vez en serio, quiero que me sigas conociendo por quien soy, jamás había dejado a nadie acercarse tanto de la manera en la que lo has hecho, quiero que sepas que si sales corriendo por esa puerta me tomaré este asunto muy personal.

Recuerdo haber reído mucho. Yo estaba segura de que Scarlett no podría tomarse nada personal jamás, ella es la persona más generosa y amable que he conocido, creo que la vida la ha hecho ser como es por fuera, así de grosera y ruda, pero es toda una cortina. Por muchas ganas que ella tenga de demostrar al mundo que es el peor ser humano, jamás será así.

También me pareció curioso lo que dijo, esa premisa de "jamás había dejado a nadie acercarse tanto de la manera en que lo has hecho." Muchos animalitos comenzaron a revolotear en mi estómago, estoy segura. No supe qué decir al respecto, así que no dije nada, pero lo pensé todo el tiempo. Jamás nadie se había acercado a mí tanto como ella. En eso teníamos un empate.

Ambas éramos lo más cerca que podíamos estar de la otra, algo casi imposible de suceder en la vida. El año más loco estaba sucediendo, escape de casa, falsifiqué documentos, asistí a una convención de libros, conocí a mi persona favorita, nos enamoramos, mi mejor amiga me traicionó, fui cómplice del asesinato de un hombre por culpa de Jarvis, y una editorial se ofreció a publicarme.

Las mejores y peores cosas que jamás creí que le sucederían a alguien como yo, sucedieron.

Pero Scarlett había sido la mejor de todas, sin duda.

- No creo pasar mi vida entera en prisión, ni siquiera estaré en prisión, carajo.

- Enfrentas cargos por asesinato.

- La gente como yo no va a prisión.

Scarlett me obligó a recostarme sobre la cama, segundos después se unió a mí. Yo recosté mi rostro sobre su pecho y comencé a escuchar los latidos de su corazón.

Me gusta hacer eso. Al escuchar su corazón latir me recuerdo a mí misma que si algo tan hermoso como Scarlett vive de una manera tan humana y común sobre la tierra entonces quizá no todo este perdido, quizá aún existan razones por las que luchar.

- No quiero que te vayas.

Y era probablemente la tercera vez en la noche en que Scarlett pronunciaba esas palabras.

Yo quería quedarme, de una manera insistente deseaba hacerlo.

Pero no lo hice.

Algunas noches aún me arrepiento de haberme marchado.

Si no me hubiera ido probablemente sería más feliz.

O quizá no. Quizá mi vida sería un desastre aún mayor.

M A N I A C > [Scarzzie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora