Fusión Alucinante

5

Se pasó la mano por la cabeza al ver como la prueba de embarazo daba positivo.

—Mierda, mierda... ¡MIERDAAA!

Izuku se levantó de golpe, solo era un sueño, se llevo las manos al vientre, no podia embarazarse, ¡esas tontas charlas de Katsuki y Shoto lo habían vuelto loco!

Se llevó las manos al rostro, dándose un par de palmadas, tenía que afrontar la realidad, ¡era un hombre, jamás tendría hijos de la manera en que quería!

—¿Midoriya?

Shoto tocó delicadamente su hombro mientras bostezaba.

—¿Estas bien? Gritaste mientras dormías

—¿Lo hice?— Susurro, ya había despertado a Shoto, no quería despertar a Kacchan—. ¿Dije algo malo?

El chico asintio, serio.

—¿De verás?

—Gritaste “Mierda” tantas veces que me desperte creyendo que era Bakugou

—Perdona amor, vuelve a dormir.

El chico levantó un ceja y le abrió los brazos, Deku lo tomó como una invitación y recostó su cabeza en el pecho del joven.

—¿Que soñaste? ¿Puedo saber?

—No— El peliverde ocultó su rostro en el hueco del cuello de Shoto, con una risita—. Te vas a burlar de mi

—Yo jamás haría eso, tú y Bakugou son mi... Mi... No, olvídalo

—¿Qué? ¿Somos tú que?

—No, te vas a burlar de mi—. Contestó, imitandolo.

Izuku se rio.

—Yo te digo si tu me dices.

Shoto asintió.

—Empieza tú

—Soñé que estaba embarazado.

Todoroki sonrio ligeramente mientras contenía la risa.

—¿Qué? ¿Y por eso maldecias?

Izuku frunció el ceño.

—Cierto, ¿por que maldije tanto? Prácticamente sentencie a muerte al padre o los padres de ese hijo.

Shoto soltó la risa mientras se tapaba la boca, Izuku sintió calido en su interior al sentir el pecho del chico agitarse de arriba a abajo.

—Ahora tienes que decirme que somos Kacchan y yo para ti, no cambies el tema.

Todoroki dejó de reírse.

—Ustedes son... Bueno, creo que son mi todo, y estoy muy feliz, mas feliz que en cualquier otro momento de mi vida.

Bakugou, que había estado fingiendo dormir y escuchó todo sonrió muy dentro de si mismo. Sin abrir los ojos se acomodó y pasó su brazo sobre la cintura de Deku, su mano tocando la de Shoto, acomodo su cabeza contra la del peliverde.

...

Tomikawa tiritaba del frío, estaba tan helado en aquella habitación, ¿como era posible? Y sin algo decente que la cubriera, esas semanas de encierro había vestido el mismo Yukata con el que desapareció del festival, un Yukata que le había dado Yaomomo de parte de todos en la clase. Era de un amarillo muy bajito, con dibujos de cerezos y sus pétalos, los listones eran blancos y su moño era azul cielo.

Era un regalo hermoso, y era así por el simple echo de que había sido dado con cariño.

Recogió sus piernas contra su pecho, las cadenas de sus tobillos tintinearon, apoyó la frente en sus rodillas y una solitaria lagrima comenzó a salir. Observó uno de sus mechones, el rosa se apagaba cada vez mas.