[Hajime Kokonoi x lector masculino] [One shot]
Esto no es como lo planee, no, no fue mi intención. Estaba distraído, con una copa en la mano y perdí mi discreción. No es algo a lo que esté acostumbrado, pero siento curiosidad y es por ti, LLAMAST...
One shot de Hajime Kokonoi basado en la canción "I Kissed a Boy" cover de Dari de la canción original de Katy Perry.
Apariencia del Male Oc:
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Trataré de no mencionarlo, pero el nombre a usar es Satoru Sadao para mayor comodidad mía. Si quieres cambiarle el nombre y usar el tuyo estás en libertad de hacerlo.
Disfruten de la lectura <3
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Esa noche era especial para los miembros de Bonten, hoy iban a estrenar uno de sus tantos burdeles que compraron con las exageradas cantidades de dinero que produce el ejecutivo Hajime Kokonoi, un albino de ojos rasgados y piel pálida cual papel. Dicho chico no se encontraba muy entusiasta por ir, la idea de ver a mujeres bailando con pocas prendas no le excita mucho que digamos, pero Sanzu y los Haitani estaban tan insistentes que no pudo rechazar la oferta.
De todos los de Bonten, Mikey es el único que no participaría, al albino lo le gustan nada ese tipo de lugares.
A él le tocó ir en un auto con los Haitani y Sanzu, dichos quienes estaban a nada de agarrarse a los golpes por no soportar al otro, Koko solo pensaba en el dinero que estaba perdiendo al acompañarlos y ya se estaba arrepintiendo de haber asistido. Llevaba un kimono rojo con detalles dorados en forma de dragón, con un pantalón del mismo diseño y unos zapatos de taco negros, no vino con ropas ligeras porque no planeaba sacarse nada, no como los otros tres que comenzaron a hablar de los chicos a los que probarían.
Espera... Dijeron ¿Chicos?
— ¿A qué tipo de burdel vamos...? — pregunta desconfiado.
—Relaja la raja, te va a gustar, lo juro. — promete con los dedos cruzados el de cabellos rosados. — Si te incomodan golpéalos y pásala bien bebiendo.
Tomó en cuenta su consejo (el primero, único y último que planea seguir de él) y se sintió más cómodo en ese ambiente. Se dejaría llevar por las emociones y, como dijo Sanzu, si no le gustaba podía alejar al bailarín para disfrutar la noche de otra manera, bebiendo moderadamente hasta sentir sus extremidades algo pesadas y, solo en ese momento, tomaría un taxi devuelta a la sede.
