Jack
El cielo y sus colores que dan paso a la armonía dentro del caos que se desata el querer tenerla cerca.
No es una obsesión, yo la amo. Soy capaz de cualquier cosa por ella y eso implica mantenerla viva a cualquier costo. El precio a pagar es alto y no solo hablo de dinero.
El día que fui a hacerme los exámenes, no estaba nervioso; la decisión ya estaba tomada y sigue siendo la misma. Yo daré mi vida para que ella pueda vivir y tiene que funcionar porque ella tiene que vivir. No pido nada a cambio, solo su felicidad. Es arriesgado, si.
Somos perfectamente compatibles.
Samara no es una chica cualquiera, ella sabe llamar tu atención sin querer, ella deja su huella sin notarlo, ella te hace pensar en las segundas oportunidades, mejor dicho, te hace creer. Hace que veas la vida con valor y atesores cada momento qué pasa, cada maldito segundo. Ella es perfecta, no importa lo delgada, débil, pálida, ojerosa y demás que sea, ella es simplemente perfecta. Es el tipo de chica que ves una vez en la vida y dices, "la quiero". No por gusto, no por tenerla de adorno. La quieres porque hace que seas una mejor persona.
–¿Qué piensas, Jack? –Pregunta Sami, tomando agua. –Te veo pensativo, ¿ya te arrepentiste de donarme sangre?
Ella me ve confundida y con algo de tristeza, yo niego. ¿Cómo no le daré de mi sangre? Ella la necesita y yo estoy completamente sano, somos compatibles.
–No, Sami. –Sonrió y la acercó a mi. –Jamás me arrepentiría de algo que te pueda ayudar. Doy todo por ti.
Noto un leve rubor, ella pone su suéter en mis piernas y acuesta su cabeza en ella. Yo me apoyo en el árbol que nos brinda la sombra.
–Es una suerte que seamos compatibles. –Ríe. –Y el plus es que, estás totalmente sano.
–No solo somos compatibles en sangre. –Le guiñó un ojo y ella cierra los ojos, reprimiendo una sonrisa. Es hermosa.
No es mi novia, es mi amiga pero ojalá fuera mi novia. Sé que quiere a Paulo pero también sé que me quiere a mi. Tener su cabeza en mis piernas y estar acariciando su cabeza, verla relajarse pero teniendo las mejillas levemente sonrojadas es la mejor vista que un chico puede tener. Yo soy el chico afortunado.
–Debes ir mañana en ayunas a ir a donar y luego pasado mañana. No lo olvides.
–¿Cómo podría? –Cierro los ojos, recostando mi cabeza en el árbol.
Cuando fui a hacerme los exámenes, no solo fui yo, fue Melany, Josué, Ámbar, Alice, Paulo, los padres, el doctor Allan, el residente Luca y el enfermero Max. Fue compatible con Allan, Max y yo; en especial yo. Los tres donaremos. Esto se hace porque, en cualquier momento un corazón puede llegar.
Los accidentes suceden.
En la operación hay muchos riesgos y la pérdida de sangre es uno de ellos porque se puede coagular y esa ya queda inservible. Todas las precauciones están tomadas, solo falta el corazón y sé que está preciosa pronto lo tendrá. Merece vivir y cumplir todo lo que ha soñado, merece una segunda oportunidad. Debe ser feliz, correr, nadar y cansarse sin sentir dolor. Quiero que corra, que cuando se canse y caiga; no se asuste, sino que ría.
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Mi corazón insiste
Dla nastolatkówSamara Herzt está pasando por sus "últimos meses de vida". Esperar ya no es una opción, ella ya lo acepto pero los demás no. Ella solo quiere ser una universitaria normal pero siempre están los obstáculos y esta vez; no son terceras personas. Esta...