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-Buenos tardes - saluda Lan XiChen al par de discípulos que custodian la entrada al Muelle del Loto nada más poner un pie en el suelo, apenas unos segundos antes de que lo hagan sus propios discípulos - ¿Podría comunicar de mi llegada al Líder de Secta Jiang? - pregunta con una sonrisa, deseando ver a su prometido después de casi un mes de sólo comunicarse mediante cartas.

-ZeWu-Jun - devuelve el saludo el mayor de los dos, haciendo una respetuosa reverencia que es imitada por su compañero - nuestro líder ha sufrido un... desvanecimiento hace un momento durante el entrenamiento a los discípulos más jóvenes y actualmente se encuentra en el ala médica.

Conforme más escuchaba, la sonrisa de Lan Huan se hacía más pequeña, hasta convertirse en una fina línea cuyas esquinas tironeaban débilmente hacia arriba, en un intento de mantenerse sereno.

-¿Desvanecimiento? - pregunta frunciendo casi imperceptiblemente el ceño.

-Sí, se ha desmayado - explica visiblemente nervioso por su cambio de actitud - pero gracias a la velocidad del discípulo principal, que lo ha atrapado antes de impactar contra el suelo, no hay que lamentar daños mayores.

Nada más terminó de hablar, nota cómo los ojos del Líder de Secta Lan se oscurecen y su sonrisa se desvanece del todo, adoptando una expresión seria. La imagen es tan extraña que le hace tragar saliva, impresionado de ver al siempre afable ZeWu-Jun así, cuyo rostro incluso infunde miedo.

-Entiendo - responde preocupado - me gustaría acudir entonces al ala médica a ver a mi prometido. Por favor, acompañad a mis discípulos a sus respectivas habitaciones.

-Por supuesto, ZeWu-Jun - responde el discípulo, apartándose junto a su amigo para que el Líder Lan pueda pasar al interior.

Preocupado, Lan XiChen avanza a paso rápido hacia el ala médica de Muelle del Loto, por unos pasillos que considera su hogar y que pronto se convertirán también en su residencia permanente.

Suspira al pensarlo.

Quedan apenas dos semanas para que tenga lugar su boda con Jiang Cheng y él no se está cuidando bien. Aunque lo cierto es que no le sorprende porque no es la primera vez que le tiene que regañar por eso y sabe que no será la última.

Pero esta ocasión es diferente porque nunca antes había llegado hasta el extremo de perder el conocimiento. Tendrá que hablar con él muy seriamente sobre lo ocurrido y no piensa echarse atrás por unos pocos gritos, a los que, por cierto, está más que acostumbrado.

Cuando gira el pasillo ve a una persona apoyada contra la pared de la enfermería. En seguida lo reconoce como el discípulo principal de Yunmeng Jiang, Xie Lian, un joven cultivador muy prometedor, el ojo derecho de su amor y el que heredará la secta cuando Jiang Cheng así lo considere oportuno.

Era bajito, pero atlético, su pelo castaño claro recogido en una coleta alta, y el porte de un futuro líder nato. Cuando lo ve llegar se gira hacia él y hace una reverencia respetuosa.

-Xie Lian - devuelve el saludo - ¿Cómo está? - pregunta con cierta confianza, al fin y al cabo, ambos tienen mucha relación porque al igual que Jiang WanYin, él también es su maestro.

-No te preocupes, ZeWu-Jun - dice - shizun se encuentra bien y consciente, sólo ha sido un desmayo. Ahora mismo está siendo examinado por la doctora Li, pero en cuanto termine podrás pasar a verlo.

Esas son unas buenas noticias que le hacen recuperar la sonrisa, no la suya típica pero sí una aliviada. Le da las gracias al joven que ha criado como a un hijo y mantienen una conversación relajada sobre los avances del chiquillo que ya era más un hombre que un muchacho, pero que para él siempre va a ser ese niño enérgico que corría de un lado para otro, obligándolo a él y a Jiang Cheng a perseguirlo. Daba igual los años que tuviera y lo fuerte que se hiciera, para ellos siempre sería su bendición.

Yo cuidaré de ti [one-shots XiCheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora