Sanzu Haruchiyo
Estaba cansado de todo, en muchas ocasiones me llegué a preguntar tan siquiera el porqué le pedí ser mi pareja, porqué me humillé tanto por una persona que muchas veces se olvidó que tenía una pareja, que lo único que hizo es darme míseras muestras de amor y yo tuve que conformarme con eso, sin emitir alguna palabra o queja porque sabría que le podría afectar y no lo vería en días hasta que se sienta mejor. Para que me entiendas mejor, te cuento que es lo que pasa.
Rindou Haitani, aquel pelimorado que había logrado conquistarme a simple vista nada más nos miramos unos segundos en la cafetería de la universidad. Recuerdo que ese día había llegado tarde y sin comer, perdiendo una examen; sin más que hacer, decidí ir al comedor en busca de algo para saciar mi hambre. Al cruzar la puerta pude verlo, estaba en una de las mesas de la esquina con su hermano y junto a Manjiro Sano, mi compañero en algunas clases y mejor amigo del menor de los Haitani, esos dos eran inseparables y quien diría que muchas veces sería desplazado y reemplazado por él.Luego de aquel encuentro y con la idea de hablar con el pelimorado en algún momento, me retiré a recibir mis clases tras haber llenado mi estómago. La última hora para suerte o bendición mía, la compartía con Mikey, nada me alegró más al saber que tenía una oportunidad y esta felicidad solo aumentó al ser invitado a una pequeña reunión esa misma tarde pues éramos amigos medianamente cercanos. En ocasiones, él asistía a reuniones con mis amigos o viceversa, así que sin rechistar ni pensarlo dos veces, acepté la invitación.
Recuerdo que en esa reunión, Rindou fue el que menos habló, cosa que me preocupó un poco. Al percatarme que solo pasaba al lado de Mikey, mi oportunidad de acercarme sería mínima; estábamos en una especie de cafetería, al parecer en el lugar trabajaba la novia de uno de los amigos de Manjiro, creo que era ¿Hina? Si es que no estaba confundiendo el nombre. Solté un bufido y me dirigí hacia una pequeña barra pidiendo un café helado y analizando las posibilidades de acercarme a él y cruzar más de dos palabras, grata fue mi sorpresa al sentir una mano sobre mi hombro y escuchar un "Hola" muy bajito.
Al girar mi cabeza, pude distinguirlo y no hice más que colocar una pequeña sonrisa en mi rostro, él se había acercado primero. Poco a poco fuimos entrando en confianza, me contó algunas cosas acerca de su carrera y el como había querido hablarme desde que nos vimos en la cafetería al haber escuchado mi nombre salir de los labios de Mikey; también me contó un poco de su relación con el antes mencionado, haciéndome sentir un poco celoso al no tener ese nivel de confianza con él, pero a la vez, ideaba varias formas de ganármela pues ver cada una de sus expresiones al hablar y su sonrisa que derretía mi corazón, era algo que jamás quería perderme.
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𝕴𝖓𝖉𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖔́𝖓 || 𝚁𝚒𝚗𝚣𝚞
FanfictionNo se que más quieres de mi, estoy cansado de intentar que me des más que migajas.