Narrado
4:30 a.m. de la madrugada, Rafael se encontraba preparando unas últimas cosas para el largo viajé que estaban a punto de emprender, Isabella estaba alistandose ella misma con un conjunto negro típico. Fueron al pequeño parque del pueblo a esperar la microbús que los llevaría junto a dos familias más; en general se podría decir que un viaje de esa magnitud es demasiado cansado para cualquier persona y por ende al llegar a la esperada gran ciudad nadie dijo nada más que un buenas noches antes de entrar a sus respectivas habitaciónes y descansar para retomar las energías que necesitarían los días siguientes.
Era sábado por la mañana y ya se encontraban de camino al Museo Poldi Pezzoli. Era hermosos en todo el sentido de la palabra, sus paredes con cuadros de personas que quizá fueron importantes, los vitrales tan coloridos e ilustrativos, todo refrescaba la vista y alimentaba el alma, al menos para alguien tan receptivo como una Hendrix adolescente.
Ese día Isabella quedó extasiada con todo lo que logró ver y procesar, su padre quería tener el placer de ver a su hija completa por última vez, quería ser el mejor espectador en primera fila de la maravilla que era tener a esa niña feliz y complacida, por ello decidió que esos dos días antes de la tragedia serían los mejores de todas sus vidas.Fueron a comer donde quisieron, compraron lo que veían y disfrutaron de la mejor manera que alguien pudiera disfrutar; todo parecía estar bien, así lo sentía la pequeña niña.
Esos dos dias siguientes fueron igual de divertidos y productivos hasta que llegó el lunes... Antes de irse de vuelta al pueblo tenían un asunto misterioso por resolver.
Rafael- Arriba princesa, tenemos que irnos- Hablo en un susurro cerca de su hija para despertarla con voz triste y apagada.
Isabella- Buenos días papá- Le respondió aún dormida- ¿A dónde es que vamos?-
Rafael- Es una sorpresa mi vida. Ahora levantante que llegaremos tarde-
Así se hizo, ambos se alistaron y salieron en un taxi. Eran las 6 de la mañana y aún no terminaba de amanecer por ende Rafael pensó en darle a su hija una vista hermosa de la ciudad en la Torre Generali. Fue un espectáculo completo y la joven lo disfrutó junto a su persona favorita, la cuál le aseguró durante la hora que estuvieron allí cuanto la amaba y cuidaría no importaba qué.
Rafael- Iré al baño, quédate aquí mi amor- Le dijo levantándose de la mesa en donde habían desayunado. Isabella asintió con algo de desconfianza al ver como su padre se alejaba con el teléfono en mano haciendo una llamada.
--------------La llamada--------------
R- Ya estoy abajo-
M- Sabes que es por su bien-
R- Déjate de rodeos y termina con esta tortura-
M- Quiero que te quede claro Rafael-
R- ¡Por un demonio Marie, hazlo de una sola vez!-
--------------En el edificio-------------
Todo estaba tranquilo, Isabella se encontraba contemplando la ciudad mientras terminaba un vaso con agua que pidió después de que se padre se retiró, de vez en cuando volvia a ver a sus costados para ver a los otros comensales los cuáles estaban en sus asuntos. Era un día normal en Milán, que podía pasar?.
------------Continuará------------
¡Ojalá les este gustando la historia!
Bueno nos vemos en el siguiente cap...
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El Diario De Un Hendrix
RandomQuerido diario: Eh aquí el inicio de mi legado... Creación de: @ari73792 y @braish0301