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Slutet på detta är början på allt annat

• Epilogo • 

• Simon POV •

Caminar junto a la reina era algo que Simon jamás pensó que sucedería. En particular por sus pensamientos antimonárquicos. Nunca le creyó nada y de alguna forma cuando estaba con Wilhelm le daba culpa, pero no porque estuviera mintiendo sino porque muy dentro de él tenía un gigante cartel que decía "NO QUIERO SER DE LA REALEZA'' que le impedía disfrutar del todo de la relación.

Gente estaba por todos lados pero a la vez no tan cerca. Había palcos a los costados de la laguna, uno de ellos - en el centro obviamente- tenía al parecer a la familia real y el resto era para las demás familias. Su corazón se exaltó cuando la voz de la reina interrumpió el hilo de pensamientos.

- ¿Cómo está tu papá?

- ¿Mi..? - Simon la miró, descreído.- No tengo idea.

- Es tu papa, ¿No deberías saber?

- Está vivo y no, no sé - Simon miró hacia atrás Malin estaba muy concentrada mirando a todos lados como para rescatarlo de esa conversación.

- Tu mamá tenía denuncias de violencia cuando eras chico, ¿Te acordas de eso?

Simon se la quedó mirando, tenía muchas ganas de insultarla. Sentía una terrible necesidad de salir corriendo pero no podía y lo sabía, por Wilhelm.

- Cuando esto salga a la luz, hay muchas cosas que vas a tener que hablar y me pare..

- ¿...Parece desubicado hablarlo en un evento de fin de curso? - Terminó la frase por la reina aunque no era a donde iba, la reina le regaló una sonrisa.

- Wilhelm está más desafiante, veo de donde lo saco.

- ¿Es desafiante defender la postura que uno tiene frente a las injusticias?

- Lo es si interrumpe con las necesidades de la corona.

- ¿Y qué necesidad sería esa? - Simon preguntó con un tono burlesco que enseguida se arrepintió de pronunciar y la reina simplemente lo observó, disfrutando su repentina vergüenza.

- Muchas que están lejos de tu comprensión claramente. - agregó cuando sintió que la incomodidad de Simon fue suficiente.- Wille sabe cuales son, deberías hablar con él de esas cosas. Aunque... - La reina giro para seguir caminando.- Dudo que hablen de algo...

- ¿Que...? ¿Qué está insinuando? - La voz de Simon ya no era tan firme y él se odio a sí mismo por eso.

- Lo obvio Simon. - La reina giró e hizo una seña.- Esto que tienen es solo, como dicen ustedes los jóvenes, una calentura, un amorío. - Simon apretó sus puños.- Tan pasajero como esta caminata. Corta, incómoda para el que no pertenece a la realeza y sin futuro.

No había palabras para agregar, Simon tampoco podía hacerlo aunque quisiera. Todo había sido una mentira, una gran y gorda mentira para hacer que Wilhelm se sintiera cómodo y no arruinara nada. Le dolía el pecho, los pies, los hombros. Todo le causaba dolor.

- Hagamos una apuesta. - Dijo la reina antes de retirarse.- Si Wilhelm gana, yo estoy equivocada. Pero si pierde para que August pague por lo que hizo y así dejar mal parada a la realeza y confirmar los rumores que rondan por ahí... Entonces estaré en lo cierto.

- Entonces, espero que gane. - Dijo Simon sin poder evitar dejar que una lágrima se escapara y recorriera su mejilla.

- Mmmm - La reina se dio vuelta y se retiró del lugar sin mediar más palabras.

×

Simon no paraba de caminar de punta a punta de la entrada a la escuela de Hillerska, sus amigos llevaban casi media hora de retraso y el evento estaba a punto de empezar. Levantó la vista y vio dos motos acercarse. Cuando estacionaron Ayub y Rosh lo miraron soltando carcajadas.