Cáliz

prólogo

Nunca fuimos algo asta ese momento.

— Lo-lamento enserio lo lamento, porfavor tenga piedad de mi— estaba en el suelo sollozando, pero no por el miedo.

Si no porque ese día aquel maldito la había destruido.

— puedes irte— estaba poco interesado en ella.

Pero era la primera vez que hablábamos, la primera vez que pude ver su belleza y aquellos ojos rosas.

Sin más que decir salió de la sala corriendo echa añicos, en ese momento debí de seguirla pero poco me importaba. Solo era la prometida de aquel bastardo y nada más.

Los días pasaban y yo seguía con la misma rutina, observar los papeles y tener que oír y relacionarme con la otra mujer de mi hermano.

Penélope Judith.

Era asqueroso tenerla a mi lado, pero sería gratificante observar la reacción de Claude.

En cualquier oportunidad me gustaría verlo roto, destruido e incluso me gustaría verlo muerto.

No existe razón por el cual mi odio comenzó a crecer, o tal vez y lo haiga pero es algo que no vale la pena recordar.

Buscaba el momento para tener la escena perfecta, pero mis planes se interrumpieron cuando aquella ojiesmeralda dejo de asistir.

Ahora solo era ver papeles y atender a alimañas.

— Su majestad la hija del Archi Duque Terrence solicita una audiencia.

— ¿Quien es ella?

— Su Majestad, ella es la prometida del segundo príncipe.

¿Buscarme a mi?

— Hazla pasar.

Ahora que la veía, solo cambiaba la expresión de su cara. Las lágrimas no estaban, pero parecía una simple muñeca de porcelana sin vida; ningún brillo.

— Decepcionante— murmuré sin apartar la vista.

— Gloria y bendiciones al sol de Obelia, saludos a su Majestad— reverencio.

— ¿Que es lo que quieres?

— Necesito hablar algo importante con usted— sus labios rectos ahora eran una mueca preocupante.— Su Majestad, el segundo príncipe comenzará una revolución en su contra.

— ¿Cómo sabes eso?— sonreí pensando que era alguna venganza para inculparlo falsamente.

— Mi padre dejo de seguir sus pasos cuando se enteró de que yo solo sería la concubina real— apretó los labios

— Acabas de decir que tú propia familia participo en ese plan... ¿Estás buscando morir y acabar con el Ducado?

— Por ello le conté los planes, nosotros estamos dispuestos a estar de su lado

— Es gracioso que pienses lo que acabas de decir, escucha bien— me levanté— Con tu veredicto traeras la muerte del segundo príncipe, de los nobles y de tu familia— igualmente se levantó mirándome sin miedo.

— Estoy dispuesta a morir por mis pecados, pero personas como mis hermanos o mi madre no merecen morir por problemas de los cuales no saben ni la más mínima existencia. ¿Que es lo que quiere que haga? Los Judith están igual de interesados por la corona y la prometida del segundo principe será coronada como Emperatriz si hay una victoria.

— Con que esa es la razón por la cual no se a presentado— reí— perra ambiciosa.— sentía rabia ahora mismo.

— Haré lo que me pida y a cambio no lastimara a alguien que no sea yo y mi padre— sus ojos nuevamente con lágrimas— Se lo suplico.

— ¿Es esto enserio?— ambos estábamos neutros— Comenzaré con la investigación y tú serás el espía de el plan.