El perdón ganado por lágrimas y sufrimiento.

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Zuma está desayunando junto Ryder, los demás en el cuartel los ven mucho más animados y sonrientes, aunque Ryder aún se sentía triste por cómo lo trató, pero estaba felíz por saber que estaba bien.
Y Zuma por haberlo podido ver otra vez, por saber que podría seguir viéndolo, de hecho, esa misma tarde se estaban por ver, sorprendentemente, Marshall lo había llamado para que se vieran.

-Bueno, me voy-. Dijo Zuma.

-Bien, adiós Zuma-. Dice Ryder.

-Zuma-. Se acercaron los demás cachorros-. ¿Podemos ir contigo?-. Preguntó Sky.

-Mm... No, lo siento, yo voy a una cita con Marshall, no a una reunión de 6 personas-. Dijo Zuma para luego empezar a irse.

Los cachorros hombres se fueron rápidamente, dejando a Sky sola. Chase entró a su habitación y empezó a respirar pesadamente, al escuchar que Zuma y Marshall tendrían una cita, algo nació dentro de él, una sensación horrible que le hacía hervir la sangre.

-(¿Qué es ésto...?)-. Se preguntó en sus pensamientos y se tiró en su cama, boca arriba, cubriendo su cara con sus brazos.

Chase se quedó dormido aún enojado y sin saber exactamente porqué.
Mientras con Zuma, él llegó al lugar en el que se vería con Marshal, estaba nervioso y emocionado. Luego de unos 20 minutos llegó Marshall.
Por parte de Marshall estaba un poco nervioso por haber llegado tarde, vio a Zuma saludando desde una banca, habían quedado en que tendrían su cita en el parque de Bahía Aventura. A Marshall le disgustó mucho la idea, pero decidió aceptar, no podía escapar por siempre.

-Hey Zuma-. Saludó Marshall acercándose a Zuma.

-Hola Marshall-. Lo saludó Zuma mientras lo abrazaba.

Marshall se sonrojó un poco y correspondió al abrazo, Marshall sentía una calidez tan placentera que no quería separarse de su moreno amigo, sus abrazos lo hacían recordar a cuando Zuma lo consolaba cuando lo hacían sentir mal los insultos y las miradas de desprecio del resto de los cachorros del cuartel, sus abrazos lo hacían sentir que todo estaría bien y que siempre tendría un hombro donde llorar y desahogarse. Sonrió ante ese pensamiento y abrazó un poco más fuerte a Zuma, el cual repitió su acción con gusto.

-Vamos, hay que aprovechar este día al máximo-.  Dijo Zuma sin separarse del abrazo.

Ambos chicos pasearon por la ciudad entre risas, juegos, bocadillos, miradas y abrazos, para luego ir al cuartel para ver a Ryder, por petición de Zuma, al cual le costó muchísimo convencer al dálmata de ir. Al llegar entran ambos por la puerta sorprendiendo a Rocky, Rubble y a Ryder.

-¿Marshall?-. Pregunta Ryder sorprendido.

-Hey Ryder-. Dice Marshall mientras se acerca a Ryder.

Ryder se abalanza sobre Marshall para darle un fuerte abrazo, que sorpresivamente para él, fue correspondido por el cachorro.

-Hola papá-. Lo volvió a saludar Marshall.

A Ryder le sorprendió el como lo llamó, pero no lo incomodó, en absoluto, es más, un sentimiento de felicidad lo invadió por completo. Abrazó a su cachorro con lágrimas en sus ojos junto a una gran, y brillante sonrisa.

-Te extrañé...-. Susurra Ryder en el oído del dálmata.

-Tenemos muchas cosas de las que hablar papá-. Dice Marshall.

-Si, vamos-. Dice Ryder para guiar a Marshall a su habitación-. Déjenos solos, vamos a hablar en privado-. Les dijo a sus demás cachorros.

Zuma ve con una sonrisa como Marshall y Ryder se van hablando y medio abrazandose. En el camino al cuartel le contó a Marshall como pasó Ryder todo el tiempo que él no estuvo con ellos, le contó lo preocupado que estuvo cuando no lo vio bajar del tren, le contó lo triste que estaba todos los días, le contó que por las noches se desvelaba para buscar aunque sea una diminuta pista de su paradero y que siempre lloraba de frustración al no encontrar nada. Marshall se dio cuenta de que el arrepentimiento de su ex-líder era genuino, de hecho, lo supo desde que se reencontraron en la fiesta, desde que lo vio a los ojos, decidió darle su perdón y en lo más profundo de su alma sentía que hacía lo correcto perdonando a Ryder.

-Zuma, ¿qué fue eso?-. Preguntó Sky impactada-. Creí que él no quería vernos-. Dijo.

-Exacto, él no quiere verlos, a ustedes-. Dijo Zuma-. Ryder sale de esa lista-.

Mientras con Marshall y Ryder, ambos se encuentran en la habitación del mayor hablando y riendo. Llega un momento en el que ambos se acuestan en la cama, lado a lado, siguen hablando hasta que Ryder se queda dormido, Marshall lo ve y sonríe, le da un abrazo cálido y sale de la habitación en completo silencio.

-¿Cómo te fue?-. Preguntó Zuma.

-Bien, ya se durmió-. Dijo Marshall.

-Ven-. Dijo Zuma extendiendo su mano a Marshall-. Quiero mostrarte algo-.

Marshall toma la mano de Zuma con seguridad y ambos se dirigen a la zona de las casas de los demás cachorros.

[Las casitas de los cachorros son casas pequeñas de un solo piso, una habitación, un baño, un comedor con alacena para guardar alimentos y un garage para sus vehículos. Recuerden que tienen un aspecto entre humano y can].

-¿Mi casita?-. Pregunta Marshall sorprendido-. Se ve exactamente igual a como la dejé hace años-. Dijo felíz corriendo de un lugar a otro-. Aunque las paredes se ven menos brillantes, se cayó la pintura ¿cierto?-. Interrogó a Zuma.

-Sip, tenía planeado pintarlas de nuevo, pero creí que así estaba más que bien-. Dijo Zuma sonriendo.

-Tú... ¿Te has encargado de mi casa todo este tiempo?-. Preguntó Marshall mirándolo con ternura.

-S-sí... Me gusta pasar mi tiempo aquí... Me hacía sentir menos solo-. Dijo Zuma devolviendo la sonrisa entre sonrojos.

-Lamento haberte abandonado-. Habló Marshall con la voz temblorosa-. En verdad ¡perdóname! Lo siento tanto-. Dijo estallando en llanto mientras se tapaba los ojos con sus manos.

Zuma preocupado se acercó y lo abrazó.

-Tranquilo... Entiendo porqué te fuiste, no estoy enojado. Le dijo Zuma para intentar tranquilizar a su gran amor-. Si, puede que haya estado triste por no saber nada de ti, pero me puse muy felíz al enterarme de que estabas bien. Sentí como si mi corazón... No sé... Se relajara completamente-.

Ambos se quedaron viendo fijamente... Zuma acercó sus labios a los de Marshall y éste no se negó al acercamiento... Poco a poco... Se acercaron hasta que solo quedaban muy pocos centímetros entres sus labios... Sus respiraciones chocaban y sus mejillas se coloraban más y más... Sus labios se unieron en un tierno y profundo beso lleno de emociones.
Ambos chicos se miraron en silencio, se sonrieron y se abrazaron
Pero lo que no sabían era que una persona los estaba viendo muy impactado, ésa persona se va corriendo y se adentra al pequeño bosque, al llegar a un árbol grande cubre su boca para ahogar sus sollozos.

-(Yo... No tengo derecho a sentir nada por él... No puedo sentirme mal... No lo merezco...)-. Pensó llorando...





















































































































































































...Rocky.

¿¡Marshall!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora