el tan esperado 24 de diciembre al fin había llegado y el grupo de ocho amigos se reunía en el departamento de christopher, como era de costumbre, pues era el más espacioso y ordenado.
comenzaron una charla amena llena de carcajadas estruendosas. el ambiente era precioso, se podía sentir el aura familiar y feliz en la sala donde se encontraban, el sol cayendo y la chimenea dándoles calor.
este año decidieron hacer karaoke mientras esperaban a que el reloj marque la media noche para festejar el 25. y así fue como en la sala las almohadas quedaron regadas por doquier, varias latas de cerveza en el suelo y otras aún siendo ingeridas por los muchachos que estaban perdidos en la emoción de la fecha.
rieron, bailaron y cantaron.
ya eran las once de la noche cuando seis de los ocho muchachos comenzaban a tambalear por el alcohol en su sistema. los únicos sobrios eran chris y minho, pues tenían mejor resistencia al alcohol. mientras chris trataba de cuidar lo más que podía a los más borrachos, minho solo los molestaba y se reía.
y, ahí, en el sofá que se supone es para una sola persona, estaba jeongin sentado sobre hyunjin, quien tenía rodeada la cintura ajena entre sus brazos. estaban bien acomodados y cómodos en su mundo.
— jeonginnie, ¡déjame besarte! —hyunjin exclamó con un puchero y cejas fruncidas al pelinegro sentado a su lado, su reclamo sonando arrastrado debido al alcohol. entre hyunjin y jeongin, hyunjin estaba más ebrio. jeongin aún estaba algo consciente, mientras que el rubio apenas recordaba su apellido.
— ya le dije que no, hyung. —replicó una vez más tratando de alejar su rostro de los labios ajenos, evitando exitosamente otro de los besitos que hyunjin tanto anhela darle en sus mejillas desde que comenzó el agasajo.
— ¿por qué? —lloriqueó el rubio alargando la 'e', sacudiendo de un lado a otro al pelinegro encima suyo.
— porque a mí me gusta hyunjin. —sí... realmente no estaba tan sobrio como jeongin aparentaba.
— pues entonces finge que soy ese tal hyunjin. —sus palabras salían arrastradas, y refregaba su mejilla con la contraria como si de un gatito buscando afecto se tratara.
ahora jeongin era el del puchero y cejas fruncidas. ¿cómo podría fingir que alguien más era hyunjin? ¡solo existía un hyunjin como él en el mundo! el bonito desconocido sobre el que estaba sentado estaba muy equivocado si pensaba que iba a traicionar su amor por su hyung.
— ¡chicos! ¡ya faltan dos minutos, vengan! —llamó chris desde el comedor.
los ebrios fueron hacia el comedor entre tambaleos y tropezones, pero llegaron sanos y salvos a sus respectivos puestos y agarraron la copa de champán que chris y minho sirvieron mientras los demás estaban en su propia fiesta.
chris dio un corto pero bonito discurso que llegó al corazón de cada uno de los presentes, sacándoles unas preciosas sonrisas. tal vez estaban algo ebrios, pero eso no evitó que entendieran y sintieran cada palabra dicha por el mayor. algunos ya eran sensibles de por sí, y ebrios era peor, por lo que hyunjin había moqueado todo el hombro de jisung, jeongin lloraba entre los brazos de felix y changbin trataba de disimular sus lágrimas sin ningún éxito. minho sacó buen material de ese rato con su celular y seungmin se reía con él.
eran una bonita familia.
debido al estado de ebriedad de la mayoría, decidieron realizar la entrega de los regalos más tarde ese día, cuando ya estén sobrios. así que reanudaron la mini fiesta con karaoke en la sala.
hyunjin ya estaba más consciente y sobrio luego de haber ido a vomitar dos veces, lavarse la cara, y tomar unos siete vasos de agua. había tirado casi todo el alcohol. luego de liberar su vejiga después de tanta agua, regresó más aliviado a la sala.
ya el reloj marcaba las 3:25 de la noche cuando comenzaron a caer rendidos uno a uno en el suelo y los muebles de la sala, como un dominó, amontonados unos sobre otros pero sintiéndose cómodos de alguna manera.
los únicos aún de pie frente a la pantalla del televisor eran hyunjin y jeongin, quien ahora estaba más ebrio.
— i got the feels for you, yeah! yeah! yeah! —jeongin cantaba a todo pulmón mientras bailaba y apuntaba al rubio en el mueble frente a él— you have stolen my heart, oh yeah! —hyunjin simplemente podía corresponder la bonita sonrisa que estaba plasmada en el rostro de su menor.
se veía precioso bajo las tenues luces navideñas multicolor y el brillo del televisor chocar contra el lado izquierdo de su rostro. era incluso angelical.
una vez jeongin dio por terminada la canción, se desplomó sobre hyunjin y se aferró a él como si fuera un koala. el alto lo ayudó a acomodarse mejor sobre él y envolvió la cintura contraria con sus brazos.
— hyung. —llamó en un tono ahogado, pues jeongin tenía el rostro pegado al cuello de hyunjin.
— dime, innie. —sintió al menor removerse un poco y alzar su rostro para ponerlo frente a él. sus miradas conectaron, brillantes orbes descubriendose una vez más con sus alientos entremezclandose y unas bonitas sonrisa surcando por sus labios.
— hace un rato un chico igualito a usted me pidió un beso, ¿¡puede creerlo!? —se quejó, agrandando sus ojos con indignación y hyunjin simplemente rió, haciendo sus ojitos dos medias lunas
— jeonginnie, ¡déjame besarte! —exclamó hyunjin.y fue lo último que dijeron antes de que el mayor estampara delicadamente sus labios con los de jeongin. los belfos gruesos y algo secos de hyunjin encajaban a la perfección con los finos y húmedos del menor.
al principio fue un toque inmóvil, pero luego comenzaron a bailar un vals con sus bocas. eran movimientos suaves y lentos, disfrutando el tacto ajeno. y hyunjin degustaba encantado el sabor a vodka en los labios rosados de jeongin.
jeongin acunó el rostro ajeno entre sus manos, dejando leves caricias con sus pulgares en las mejillas de hyunjin, mientras que hwang consentía la cintura del menor sobre su abrigo gris.
eran toques inocentes y cargados de un sentimiento precioso. ambos desearon en sus mentes permanecer en esa posición durante toda la eternidad, perdidos en los labios contrarios hasta morir en sus suspiros.
al cabo de un par de minutos donde se negaban a separarse del hipnotizante movimiento de labios, se fueron separando lentamente hasta quedar sus rostros unos cuantos milímetros alejados.
se miraban con tanto amor y pasión que sus ojos brillaban como si estuvieran viendo el diamante más valioso del mundo frente a ellos, y era algo así. para hyunjin, el menor era de lo más preciado que el universo le pudo dar, y para jeongin, el rubio fue una bendición del mismísimo cielo.
aquel beso fue un acuerdo tácito donde se juraron amor eterno entre suspiros, y en sus miradas prometieron cumplir esa promesa hasta el fin de los tiempos.
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meri crismas~
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kiss me! + hyunin [os]
Fanfiction- jeonginnie, ¡déjame besarte! 𝗶nfo › 1151 palabras › fluff, minúsculas intencionales. › historia 100% mía, no copiar ni adaptar sin mi consentimiento. © hhyunjinsomnia