Capítulo 19: LOS ENTRENAMIENTOS

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KARA

El ladrón de Humo había estado mirándome todo este tiempo.

Seguía sintiendo un cosquilleo en la espalda, justo en donde sus ojos me habían escaneado sin ninguna prudencia. El solo hecho de imaginarlo mirándome desnuda me entraron nauseas, así que corrí por las cortinas y arrastré de ellas hasta que la habitación se encerró en una profunda oscuridad.

Will habló sobre que me vigilarían, ¿No se refería precisamente a que llevarían al Ladrón de Humo a hurgar a mí habitación?

No importaba el cómo había logrado entrar en mi balcón, sino la capacidad que ahora tenía para espiarme y colarse otra vez en el. Lo más razonable sería pedir un cambio de habitación... pero me entraba curiosidad por saber si deseaba conversar conmigo. Poniendo de lado lo pervertido y perturbado que había sido su intrusión, me daba la sensación que había algo más.

De igual forma, si se atrevía a entrar esta vez estaría preparada para enfrentarle.

No iba a permitir que se escapara de mí.

Alertada, mis ojos se desviaron a la izquierda. Dos toques en la puerta me hicieron saber que Dante estaba esperándome detrás de ella.

Cuando la abrí, me fijé en lo atractivo que se veía con el uniforme azul, resaltando sus ojos brillantes y azules. Compensó un poco lo rápido que iba mi corazón por el miedo. Sus labios se estiraron en una sonrisa encantadora y unos increíbles hoyuelos aparecieron en sus mejillas. Una sonrisa como aquella encubría por completo su cicatriz, pero una vez que relajó los labios, no pude evitar fijarme en el profundo corte que decoraba su mejilla y el recuerdo de quién se la había provocado me estimuló punzadas de dolor en el pecho.

—¿Por qué tanta oscuridad? —preguntó frunciendo sus cejas, notando el escenario de atrás.

Dejé escapar una risa nerviosa mientras cerraba la puerta a mis espaldas. No sabía si contárselo o no, me entraba un poco de cuidado a cómo reaccionaría, pero seguía siendo mi amigo, a quién solía contarle todo.

—Pillé a un acosador cuando me estaba cambiando de ropa.

Dante parpadeó varias veces.

—¿Qué?

Suspiré y una mueca de molestia se entretuvo en mis labios sin poder evitarlo. Dante me condujo por el pasillo sujetándome del brazo y mirando por encima del hombro hacia la habitación que estábamos dejando detrás.

—¿Alguien ha entrado en tu habitación?

—Un hombre estaba en mi ventana —susurré y abrió los ojos, pero entonces deslicé mi mano por su brazo para detenerle y hablarle con un tono demasiado bajo—. Estoy totalmente segura de que se trataba del Ladrón del Humo.

La respiración de Dante se entrecortó, la pude sentir afectada justo en mi frente cuando se inclinó hacia a mí.

—¿Cómo puedes estar segura? ¿Lograste ver su rostro?

—Estoy segura porque llevaba una máscara antigás, tiene que ser él —respondí en un susurro y el arrugó un poco la frente, como si estuviera intentando descifrar alguna mentira. Sujeté con fuerza su brazo—. No vi su rostro porque llevaba puesta otra mascara en su rostro.

Él apartó su rostro de mí y pareció atravesar con sus ojos el pasillo a nuestras espaldas.

—¿Dos mascaras? ¿A quién intenta ocultarse tanto? —se burló, y dejó caer el peso en otra de sus piernas—. Vamos, Kara, esto parece demasiado sospechoso.

Sentí una tensión en los hombros.

—¿Crees que me estoy inventando todo esto?

—Por supuesto que no —dijo, sacudiendo la cabeza y sujetando con fuerza mi brazo—. Solo digo que este tal ladrón de humo está jugando con todos nosotros. De repende, se ha convertido en un héroe en Pralva, ¿Pero dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué se presenta justo ahora? ¿Qué es lo que quiere?

Ladrón de Humo| 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora