25. Prendas con aroma.

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¡Hola mis bonitos lectores! Y feliz Navidad, estaba acordandome que el año pasado igual andaba estresada por otra dinamica en estas fechas y claro, estaba terminando Killing me softly dentro del tiempo permitido por la página, y me he dado cuenta que varios de ustedes llevan ya un año en este perfil, de verdad muchas gracias, soy super insegura con lo que escribo pero siempre es con cariño, dedicación y la mejor intención. Los quiero mucho.

¡Espero que les guste!

—¡Son conejitos! —El chillido de Bones al entrar al apartamento le escalda en las venas de la frente, es como si tuviese una plancha hirviendo justo debajo del flequillo, chamuscando sus puntas rubias

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—¡Son conejitos! —El chillido de Bones al entrar al apartamento le escalda en las venas de la frente, es como si tuviese una plancha hirviendo justo debajo del flequillo, chamuscando sus puntas rubias.

—No sabemos aún si serán conejitos. —Aslan responde lo más paciente posible mientras la pandilla y otros invitados indeseables (Yut-Lung) invaden su apartamento—. Podrían ser betas o recesivos.

—O gatos mugrosos. —La serpiente sañuda hace de las suyas, indicándole a Sing que deponga una montonera de ostentosas y gigantescas cajas con nombres de marcas reconocidas justo en la sala de estar—. Espero que al menos tus hijos sepan usar desmaquillante.

—¿No lo vas a superar?

—Tus arrugas no lo han superado. —Ash maldice entre dientes, cerrando de golpe la puerta de su hogar, jura que pondrá una orden de restricción entre sus crías y ese descorazonado una vez nazcan.

—No puedo creer que él te guste. —Le murmura a Shorter, quien se limita a encogerse de hombros.

—Yo no dije nada cuando estabas obviamente enamorado de Eiji, devuélveme el favor.

Y así, su dulce mañana doméstica con su futuro esposo se ha convertido en un circo.

¿Un circo? Supone que es otro nombre para un baby shower.

Lo que es burlesco, dichosa fiesta suele realizarse al final del embarazo, pero no, a estos irracionales se les ha metido en la cabeza hacerla ahora porque pueden invadir su precioso hogar sin pedir un mínimo de consentimiento. Y es tan frustrante para el alfa tener que quedarse en la esquina con un burbujeo explotándole en el vientre mientras cuelgan adornos asquerosamente cursis alrededor de la intimidad en su casa y sacan comida peligrosa en azúcar. Si no fuese porque Eiji luce tan adorable devorando esas magdalenas del tamaño de un alfiler lo habría regañado.

Últimamente el embarazo se ha vuelto sintomático, lo agradece en cierta medida, es más agradable despertarse para apoyar a su novio a huir horrorizado de las pesadillas. Las está controlando mejor, se lo debe tanto a la terapia como a la medicación, lo sabe, su tratamiento es integral y bla, bla, bla, solo que es un dolor de culo hablar con tantos profesionales acerca de su pasado, verse obligado a abrir una y otra vez esas viejas heridas para que sanen.

Mierda, es duro.

Se da crédito, ha estado libre de drogas desde que dejó la prisión, es más de medio año en mejoría, son siete u ocho meses de libertad desde la muerte de Dino y ha estado...Bien. A veces, aparece ese terror intrusivo a recaer y perecer, es una especie de síndrome del impostor, como si la felicidad no fuese algo a lo que pudiese aspirar, que tarde o temprano Eiji lo mirará espantado, hará sus maletas y se largará, se intenta recordar constantemente que no, que le ha dado miles de razones para irse y si el terco se ha negado es porque lo ama.

Release the bunny [Omegacember]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora