Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

17

Jimin volvió a su casa y vio el símbolo que se había hecho, ya se había borrado, por lo cual los fantasmas podían volver a tocarlo y hablar con él, se giró al escuchar un ruido y se dio cuenta de que era el pálido el cual estaba ahí parado viéndolo. El rubio apartó la mirada y cuando se iba a ir, Yoongi lo tomó del brazo para detenerlo y vio el símbolo borrado de Jimin en su muñeca.

—¿Por qué me ignoras? —le pregunto el pálido.

—No eres nadie para decirme nada. —le respondió de manera fría. —solo eres un maldito fantasma.

—¿Así que eso soy para ti? —le pregunto. —Un maldito fantasma.

—Sí. —le dijo. —Ahora vete o tendré que ocupar mi daga en ti.

—No quiero tus hipócritas rezos y tus asquerosas ofrendas. —lo vio. —Así que vota ese asqueroso altar que me has hecho.

Jimin vio como el pálido se iba del lugar y Jimin miro el altar, tomó las velas y las apago, voto el agua de las flores y comenzó a echar todo a la basura, miro el dibujo que hizo del pálido y lo rompió en pedazos mientras se sentaba en el suelo a llorar. Yoongi caminaba por toda la calle, para alejarse de ahí, se detuvo al escuchar lo que un grupo de fantasmas hablaban del portal, que era un chico joven y que esa misma noche irían por él.

Al anochecer Jimin salió por unas compras, Yoongi estaba en un callejón sentado hasta que vio como muchos oscuros iban corriendo mientras reían, el pálido se levantó y al ver a quién se dirigirán corrió lo más que pudo y al tener cerca a Jimin lo tomó del brazo y le tapó la boca.

—No hables y no te muevas. —le susurró Yoongi a Jimin.

Jimin vio como muchos fantasmas con oscuridad pasaban por donde ellos estaban, Jimin al ver lo desfigurados que estaban por la maldad se giró para ocultarse en el pecho del fantasma, Yoongi preparó un arma que la había hecho especial para los oscuros. Al irse estos por no encontrar al chico, Yoongi se alejó de Jimin y lo tomó del brazo para llevarlo de regreso a su hogar, el chico no decía nada y Yoongi tampoco, al dejarlo en su hogar Yoongi se iba a ir, pero Jimin lo detuvo.

—Por favor quédate. —le dijo.

—No lo deseo. —se soltó.

—¿Por qué me salvaste? —le pregunto. —si no deseabas hacerlo.

—Eres tan patético que no sabes lo que eres. —lo vio. —no salgas de noche y menos sin la daga o buena protección.