Prólogo

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          El chico a través de la ventana

     Jessy apoyando sus codos por la baranda del balcón y en su mano derecha sostenía un cigarro, miraba el cielo contemplando la hermosa luna llena que hacía esa noche.

Ese momento le pareció nostálgico, de niña solía subir al techo de su casa para escapar de su padres cuando la golpeaba, y observaba la luna llorando, hacer eso le tranquilizaba.

Ya iban siendo las las dos de la madrugada— debería ir a dormir, mañana también hay clases—pensó—mierda.

Jessy vio un moretón que tenía en el brazo, le dio tanto asco que apagó su cigarro por su piel. No hizo ninguna reacción.

                           ●○●○●○●○

Era jueves por la tarde en horario de receso en J.H School.

Una tarde de verano de esos que te dan pereza moverte, pero para dos personas, esa tarde calurosa, no era motivo para cancelar sus planes

El sofá del despacho del Prof.Eliot rechinaba, y gemidos casi mudos invadían la habitación. El estando de pié, mientras que la muchacha tenía las rodillas por el asiento del sofá, y las manos por el respaldo. Su pene duro y rígido se refugiaba dentro de ella ensartando hasta el fondo, haciéndola jadear cuando movía sus caderas, entonces empieza a tocarle el muslo, subiendo a la cintura y terminado en los pechos blandos y redondos de una colegiala con la cabellera roja. De pronto comienza una serie de embestidas.

— A–AH~ los gemidos de la chica fueron lo suficientemente altos como para escucharse fuera del lugar— N–no hagas eso —y se cubrió la boca con ambas manos.

— ¿Como que no lo haga?— se detiene para acercarse a su oreja y susurrarle— ¿No es así como te gusta Jessy?— le dice, con tono burlón— Oye no te tapes la boca, sabes que me encanta escucharte gemir de esa manera, me demuestras que de verdad mueres de placer.

— Es qué hacemos mucho ruido Eliot.

Fuera pasaban los estudiantes del colegio una y otra vez, Jessy en todos momento trataba de contenerse, el problema está cuando Eliot comenzaba a moverse más rápido.

— No nos escucharán, en los pasillos hacen más ruido ¿no crees?.¿Es que no te gusta que lo hagamos rudo?.

— No eh dicho eso— Jessy se sonroja al decirlo.

— ¿Quieres que continúe?.

Jessy asintió, y él volvió a mover sus caderas rápidamente, ahora sujetando los brazos de ella para que no se cubriera la boca, pero Jessy se controló esta vez.

— ¿Te gusta así?.

— Ngh–si me gus–ta aah~.

— Jaja, no sabes lo jodidamente caliente que te vez en este momento, quiero follarte el resto del día— le suelta los brazos y la abraza mientras aún la penetraba— mirame.

Jessy le hace caso y gira la cabeza. Su mirada ardiente, su virilidad pueden con ella y se deja llevar, el la agarra de la mandíbula y la besa lentamente metiéndole la lengua al igual que ella, y  Eliot muerde con suavidad los labios de Jessy.

Eliot voltea el cuerpo de la muchacha, y empieza a agitarse el miembro, terminando en en los pechos de ella.
         

   Jessy termina de vestirse mientras que Eliot seguía desnudo recostado en el sofá tapándose con su camisa el miembro y mirándola (si las miradas matarán).

— Quédate conmigo, ¿si?

— Eso no puede ser, terminaré las clases que me quedan y me iré a casa— le asegura Jessy.

— Entonces ven mañana— Eliot insistía, como si ese fuera el último día que vería a Jessy.

— Ayer también estuve aquí, no seas un vicioso. Y mañana tengo cosas que hacer en el club— mentía.

— Si se trata de tu cuerpo seré más que un vicioso.

— Deja de decir tonterías, ¿no puedes follar con otra chica cuando no lo haces conmigo?.

Eliot se acerca e ella para besarle el cuello.

— Eres la única para mi, ¿es que tu lo harías con otro que no sea yo?.

—Eso ya no es de tu incumbencia—termina de ponerse los zapatos—me voy.

Se dirige hacia la puerta, coge el picaporte y la abre.

—Por lo menos dame un beso antes de...—BANG!—irte..

    Caminando por el pasillo Jessy se dirige a las últimas horas de clase que le quedan, y pirarse de una vez, ni siquiera ahí puede estar bien. Mañana podrá tomarse un descanso del pesado de Eliot.

Faltaban todavía siete minutos para acabar el receso, así que Jessy abre una ventana del pasillo del segundo piso, apoya sus codos y con las manos se sostiene la cabeza.

Empezó mirando las nubes un rato, y luego mira hacia abajo donde se aprecia un árbol dando sombra a un banco, y encima de el se encontraba un muchacho con el cabello castaño y un libro en el pecho, tomando la siesta tan sereno.

Se quedó observando, y pensó que nunca vio a alguien tan tranquilo—RIIIIN!—suena el timbre para entrar a clase, Jessy voltea para mirar al muchacho de nuevo y ve que ya se había levantado.

Cerró la ventana y se marchó.

—¿Quien sera? —se preguntó.

Al terminar las clase luego de dos hora, Jessy sale del colegio para dirigirse al infierno que llama "casa".


No soy TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora