Crudo otoño

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Habían pasado casi tres años desde aquel largo invierno había empezado en el corazón del joven, el día en que pudiera soltar los recuerdos de su primer amor nunca llegó, seguía fiel a aquel sentimiento que lo ataba a la única chica que le había confiado su amor, pero lo último que había escuchado de ella era sobre su emancipación de su madre, después de eso nunca más volvió a escuchar sobre ella.

— Iida-kun ¿Estás bien?

— Oh, Midoriya, sí, estoy bien, solo un poco cansado.

— Te entiendo, los villanos últimamente andan más activos —al ingresar al salón, Kaminari y Kirishima se acercaron a ellos.

— ¿Que hacen? —preguntó el rubio.

— Descansamos antes de seguir con las clases, pero Iida-kun parece que tiene cara de muerto.

— Midoriya —dijó en un tono algo molesto.

— ¡Solo bromeo!

— Ah, por cierto, una chica de primero nos pidió que te demos ésto —el pelirrojo saco una pequeña carta color rosa pastel con una infinidad de decoraciones. — Creo que el corazón de ésa chica terminarán echo pedazos, nunca has correspondido a una declaración.

— Y no planeó hacerlo —tomó la carta, la abrió, la leyó a duras penas y luego la rompió, tirando la carta a la basura.

— Pensé que serías más abierto a salir con alguien, pero al parecer estás tan centrado en ser héroe, que no te lo permites.

— No es por eso, quiero ser un gran héroe, pero no tiene nada que ver con que las rechace.

— ¿Y entonces por qué lo haces? No creo que lo hagas porque te da la gana o acaso será, ¿porque en el corazón de nuestro delegado ya hay una persona especial? —entre los tres empezaron a molestarlo con ello, y a imaginar cómo sería aquella chica que el peliazul tanto quería, pero la descripción que hacían no se asemejaba en nada al de la rubia.

— Basta de tonterías, las clases van a continuar, mejor váyan a sus lugares —el rubio y el pelirrojo se marcharon a sus lugares y luego de un rato la clase empezó.

— Ya es hora de irse, pueden salir —anunció el profesor y fue el primero en salir.

— ¡Iida-kun!

— Mina-chan ¿En qué puedo ayudarte?

— Kaminari, Sero, Jiro, Midoriya, Kirishima, Todoroki, Yaoyorozu, Uraraka, y yo, vamos a ir a una fiesta esta noche ¿Te sumas?

— No, tengo cosas que hacer.

— ¡Oh, vamos! Nunca sales con nosotros, anímate una vez, será divertido, lo prometo —la insistencia de la pelirosa termino haciendo que cediera.

Tenía que estar preparado para las 10 de la noche, hora dónde lo pasarían a buscar.

— Vaya, nunca creí que te vería con ropa tan informal.

Traía una camiseta deportiva sin mangas, de color blanca con azul en la parte inferior, una bermuda negra y zapatillas deportivas.

— Hermano, ¿qué se supone que haces en una fiesta?

— Te diviertes, conoces gente, tomás alcohol, y si tienes suerte, te besas con chicas —definitivamente evitaría lo último.

— Ah, supongo que no debí haber aceptado salir.

— Tenya, ve, diviértete y trata de no pensar en ella aunque sea esta noche ¿Está bien?

— Lo intentaré.

Finalmente Flores | Iida TenyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora