Capítulo 6
Durante toda mi vida me he esforzado en ser una mujer fuerte, con voz propia, tener siempre algo que decir y defender a todo por lo que creo, me criaron de esa manera y conforme fui creciendo acepté esos ideales, no solo porque me los impusieron, sino también porque creo que una mujer esta hecha para ser más que una esposa.
Respeto a todas las mujeres que su sueño sea ese, ser una ama de casa, no es fácil serlo y no quiero desacreditar la labor, sin embargo, yo no veo mi futuro criando niños, haciendo la cena, lavar los trastos. Quiero más que eso, quiero hacer una diferencia en mi vida.
Hace diez minutos que estoy encerrada en la habitación más grande en la que he estado. Ava después de lanzar esa bomba de información me indicó que este será el cuarto en el que dormiré hasta el día de la boda, que será dentro de un mes.
Me recuesto en la cama matrimonial sumamente lujosa y cómoda, hay un poste en cada esquina sosteniendo una cortina verde esmeralda que hace juego con la colcha, almohadas y alfombra, estando aquí me hace sentir como una princesa.
La habitación tiene un closet -que es básicamente otro cuarto- dónde hay vestidos de todo tipo y colores colgados, zapatillas y tacones además de joyas que nunca imagine tan siquiera ver. Todo es demasiado ostentoso.
No quiero ponerme cómoda en este lugar, no estaré por mucho tiempo por lo que no es necesario.
Pienso en Calix y Naty, deben estar buscándome por doquier. Ya imagino a Naty llorando desconsoladamente y a mí tío pensando en que hará si no me encuentra, aunque también está la posibilidad que muy dentro de él sienta tranquilidad porque al fin se libró de su insoportable sobrina.
Calix nunca me ha demostrado que me quiere, todo lo contrarío en realidad. Nunca recibí un abrazo, un te quiero ni siquiera una sonrisa por parte de él y lo entiendo, de verdad lo entiendo. Fui yo quien arruinó su vida.
Por otro lado, esta mi nana, gracias a ella es que no hui de casa. Siempre se mostró cariñosa y me atrevo a decir que se considera mi madre. Me cuida y me quiere como una, pero no lo es y duele, porque de ser así yo no hubiera sido terca, no me hubiera escapado para ir al baile y absolutamente no estaría comprometida con un hombre desconocido para mí.
No quiero casarme, no quiero ser una Reina, no quiero nada de lo que me esta pasando.
Cierro los ojos y tapo mi cuerpo con una suabe sabana, este se relaja y siento como poco a poco Morfeo se apiada de mí, de esa manera podré escapar de la realidad por al menos un par de horas, apagar mi cerebro y no sentir nada.
***
Tres golpes en la puerta de la habitación me despiertan, abro los ojos lentamente uno por uno y restriego mi mano sobre ellos. Me levanto de la cama y estiro mis músculos para despertarlos.
Avanzo a la entrada con pasos perezosos y cuando la abro me encuentro con cinco mujeres de más o menos mi edad, sino que unos pocos años más grandes. No piden permiso para entrar y me empujan para que me siente en el banco del tocador después de cerrar.
Ellas empiezan a parlotear sin cesar, no entiendo nada de lo que dicen y hartándome de que no me traten como si estuviera aquí decido parar su griterío.
-¿¡Quienes son ustedes y que demonios hacen aquí!?- grito para que cada una de las cinco pueda escucharme.
Ninguna dice nada y veo como hacen una fila horizontal detrás de mí, el espejo muestra a cinco mujeres con cara asustadiza.
-Lamentamos nuestro comportamiento, señorita- dice la pelirroja del grupo -Estamos aquí para prepararla para la cena, es en una hora.
-¿Qué cena?- pregunto.

ESTÁS LEYENDO
Oscura Tentación
FantasiNadine Wembley no tenía una vida perfecta, la consideraba aburrida y rutinaria. Vivía bajo las estrictas reglas de su tío Calix dentro de las cuatro paredes de su casa, entrenar, comer, estudiar y dormir, en eso consistían todos los días de su corta...