Habitación

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Capítulo 7

Las coincidencias en la vida son realmente raras por lo que yo nunca había visto una en mi vida y nunca creí que la vería, esto es muy extraño, porque no solo es una coincidencia es una locura, mi yo escéptica esta pensando en que todo tiene una explicación, mi madre y la de Darcie no pueden ser la misma persona, no puede ser que yo tenga un hermano que nunca conocí, que ahora es Rey y que ahora esté comprometida con él.

Iugh.

A menos que... a menos que esta mujer en la fotografía no sea mi mamá y yo haya confundido las cosas, pero, ¿Por qué mi nana tendría una fotografía de la ex Reina en su habitación? Y lo más raro ¿Por qué se llaman de la misma forma?

Mi cabeza comienza a dar vueltas provocándome mareos, mis ojos pesan y mis manos tiemblan. Siento como mis piernas flaquean por un momento y al otro tengo una mano sobre mi cintura sosteniéndome para no caer.

-¿Estas bien, querida?- pregunta Ava -Estas pálida -Dice la mujer con preocupación real en su voz.

-Si, estoy bien -sonrío para calmarla. Necesito saber más sobre Natalia, su historia, cómo murió, si tuvo algún otro hijo, todo y es mejor que nadie sepa lo que yo sé, así no dudaran en contarme sobre la ex Reina -Solo necesito acabarme ese pastel de chocolate, en casa siempre como postre.

Sonríe asintiendo con su cabeza y regresamos al comedor dónde se encuentra mi plato con pedacitos de pastel a medio comer. Le pregunto a Ava si puedo terminarlo en mi habitación y cuando me dice que sí, me levanto con rapidez y me dirijo a mi dormitorio, con cuidado de que no se caiga mi postre.

Cuando llego, cierro la enorme puerta de acero y pongo pestillo para que nadie me moleste y me siento en la cama a comer.

Este lugar tiene muchos misterios que deben ser descubiertos, me intriga e interesa lo que pueda descubrir. La adrenalina se apodera de mi cuerpo y la curiosidad de mi cerebro, si pensaba irme pronto de aquí, ahora ya no quiero ni dar un paso fuera de este reino.

Si algo puede más que mis ganas de ser libre, es el chisme, saber más de lo que es permitido saber y razón por la que Lucinda y yo nos soportamos.

¿Cómo dicen? La curiosidad mato al gato, pero este gato -yo- sabe defenderse.

***

Abro mis ojos con dificultad, mi vista es borrosa y después de unos cuantos parpadeos vuelve a la normalidad, suelto un bostezo y escucho como unos golpes vienen de la puerta. Camino hacia ella y la abro encontrándome con un pecho cubierto del uniforme negro de los guardias. Levanto la vista y frunzo el ceño en señal de molestia.

-¿Qué?- digo con irritación.

-Disculpe la molestia señorita Webley, pero el Rey desea verla.

-¿Y?

Veo como traga saliva y aprieta con fuerza sus nudillos, esta nervioso, pareciera que es su primer día trabajando en el castillo y no quiero ocasionarle problemas.

-Esta bien, vamos a la habitación de mi amorcito- digo con felicidad.

-¿I-ira así?

Bajo la vista a mi cuerpo y veo como solo un camisón de seda muy suave cubre mi cuerpo, además de las bragas es la única tela que hay sobre mí piel.

-¿Qué tiene?- pregunto.

-N-nada, nada señorita- contesta el guardia con la vista baja, tratando de mirarme demasiado. Es graciosa la forma en la que caminamos, en completo silencio, él nervioso y yo conteniendo las ganas de reír, pareciera que nunca ha visto una chica en estas condiciones.

Oscura TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora