Capítulo 1

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-¿Otro chupito,  Isa?

-¿Lo dudas? Pienso acabar con todo el alcohol de este bar antes de que salga el sol.

Mi amiga Ana se rió e hizo señas al camarero para que nos sirviera nuestra bebida favorita, Jack Daniels. Siempre bebíamos esa marca cuando estábamos celebrando algo especial para nosotras. Esa noche estábamos en Los Ángeles. Por fin, después de 4 años de duro trabajo y sacrificio, habíamos conseguido reunir el dinero suficiente como para hacer aquel viaje que para mí, era sin duda el viaje de mis sueños.

Y esa era nuestra primera noche. Deambulando entre risas con cámara en mano por Sunset Boulevard, habíamos acabado en un bar cuyo nombre nos había llamado la atención por tener el mismo símbolo y nombre que nuestro grupo favorito, 30 Seconds to Mars: “The Triad”. Así que sin dudarlo habíamos entrado con el único objetivo de emborracharnos hasta ver doble.

Allí estábamos, bailando, gritando y riéndonos como hacía años que no lo hacíamos.  El bar no estaba muy atestado de clientes, apenas habría unas veinte personas. Me llamó la atención el hecho de que no bailaban, ni hablaban entre ellos. Cada una de ellas permanecían sentadas en mesas, con su bebida en la mano y la mirada perdida.  No pude entenderlo. ¿Cómo podía haber gente tan triste en esa ciudad? Las 12 horas que llevaba en ella todo lo que había vivido era demasiado perfecto como para expresarlo con palabras.

-Voy al baño, ¿Vienes?- Preguntó mi amiga

-No, mea feliz. Me quedo aquí con mi novio Jack.

Ella meneó la cabeza entre risas y desapareció en dirección a los aseos. Me acerqué a la barra, sentándome en un taburete para disfrutar de esa riquísima bebida. Y mientras el alcohol me quemaba la garganta, sonreí al ver que por fin me encontraba donde siempre había querido estar. Todo me parecía perfecto: Desde ese pequeño bar, el fuerte olor a tabaco, la raída barra de bebidas, el reloj colgado de la pared que llevaba 3 horas marcando las 2 de la mañana… Todo.

-¿Puedo preguntar qué es lo que te hace tan feliz estando tan sola?

Esa voz provenía de un hombre. Me giré en la silla, sorprendida e indignada a la vez, preparada para soltar una de mis mordaces respuestas cuando la voz se me quedó atascada en la garganta.  Había delante de mí un tío que se parecía muchísimo a Jared Leto. Mismo pelo largo, mismas mechas californianas, mismos ojos… Pero había bebido muchísimo, todo lo que veía empezaba a desdibujarse y era difícil afirmarlo. Además la luz del bar era muy tenue como para saber si se parecía o era él de verdad. De todas formas, si lo era o no, me daba igual. En el momento en el que sus ojos azules y los míos se cruzaron, me sentí perdida e irremediablemente hechizada por aquel hombre.

-Bueno- contesté envalentonada por la cantidad de alcohol que corría por mis venas- No creo que esta ciudad sea un lugar en el que estar triste.

-¿Por qué no?- Quiso saber con la curiosidad escrita en su rostro. Pude ser vagamente consciente de como arrastraba un taburete y se sentaba a mi lado

-¿No es evidente? La gente viene aquí para cumplir sus sueños, o para intentarlo. Para encontrarse a sí mismos y lograr el ansiado “Sueño americano”

-¿No te has parado a pensar que a lo mejor las personas de este bar han visto ese sueño frustrado y por eso están así?

-No-dije con firmeza- El tiempo que malgastan aquí, bebiendo podrían estar invirtiéndolo en seguir luchando.

Le vi elevar la comisura de sus labios, esbozando una pequeña sonrisa. Tuve que pestañear un par de veces para recordarme a mí misma que de Jared Leto nada, ese era un chico que sólo se le parecía.

-Bueno… ¿Y cuál es tu excusa? ¿Por qué estás aquí en vez de estar cumpliendo tus sueños?

Abrí la boca un par de veces antes de responder, hasta que vi a Anna caminando hacia mí, con la estupefacción escrita en su cara.

-Si me disculpas…-le dije.

Me levanté y comencé a andar hacia mi amiga. Me pareció escuchar la risa de aquel desconocido mientras me alejaba.

-Dime-me susurró ella al oído- Que ese no es el mejor doble de Jared Leto que jamás hemos visto.

-¿Se parece un montón verdad? ¿Te imaginas que es él?

-¿Pero qué dices tía? ¿Qué va a hacer Jared Leto en un bar como este? Tendría que estar en alguna fiesta millonaria organizada por algún ricachón. De todas formas que más da, está muy bueno.-concluyó mirando por encima de mi hombro para observarle.- ¿Estaba hablando contigo?

-Sí.

-¿De qué?

-Pues… Sobre cumplir sueños.

Ella arqueó una ceja, incrédula.

-¿Me estás diciendo que después de haberte bebido medio bar, te encuentras a un tío así y lo único de lo que se te ocurre hablarle es de cumplir sueños?

Me encogí de hombros.

-Supongo que sí.

Volvió a negar con la cabeza, mirando a aquel desconocido. Hasta que su mirada se petrificó. La oí susurrar un “Viene hacia aquí” antes de que se fuese a la barra en busca de más bebida, supongo que para asimilar lo que había visto.

Me di la vuelta para enfrentarme de nuevo con aquellos ojos azules que parecían analizarme aún incluso en aquella oscuridad.

-Y dime-le pregunté. -¿Cuál es tu sueño?

-¿El de esta noche? Algo de compañía. ¿Vienes? Puedes incluirlo después en tu lista de sueños cumplidos.

Un arrogante. Eso es lo que era. Le fulminé con la mirada antes de girarme e ir en busca de Ana.

-Búscate a otra.- le espeté.

Le oí soltar una carcajada mientras me alejaba, lo cual enervó aún más mi cabreo, si es que eso era posible.

-¿Se puede saber que le has dicho para que se riese de esa manera?- Preguntó mi amiga.

-Quería lo que todos. Un poco de distracción. Y le he mandado muy educadamente a la mierda.

-¿Qué has hecho qué? Eres una idiota.

-¿Por qué? Se lo merecía.

-Porque se acaba de ir. Has dejado escapar una muy buena oportunidad.

Giré la cabeza y le busqué con la mirada. Efectivamente, se había marchado.

Lost in the city of AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora