Capítulo 20: "Exclusivo para nosotros."

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El sonido de la puerta al entrar alertó al chico de gorra negra y blanca que estaba detrás de la barra. Harry le buscó con la mirada y le sonrió. Sostuvo la puerta para que Elena entrara, para luego adentrarse él mismo. 

"Es muy bonito y acogedor." Murmuró Elena al observar el lugar. 

Una cafetería que tenía esa decoración vintage y sobria. Perfecto para personas reservadas que amaban un buen momento de tranquilidad junto con una taza de té o café. El ambiente siempre relajado, más aún por la noche. Aún habiendo siempre gente alrededor, nunca cambiaba esa atmósfera serena. 

El calor de bienvenida que el lugar regalaba les hizo quitarse el abrigo al unísono, en dirección a la barra del mostrador. Harry iba delante, algo retraído pero ahuyentando los fantasmas del pasado. 

El joven empleado observó los ojos verdes y amplió su sonrisa aún más. 

"Me alegro de verte, Harry." Anunció contento. "Pensé que no vendrías de nuevo por aquí." Añadió con un tono más bajo. 

Harry suspiró. "Yo también me alegro de verte, Ismael. Sabes que este es mi lugar de refugio. Siempre vendría." 

Y no mentía. Le hacía recordar, sí, pero también le curaba. Era un buen lugar para dejar la mente en blanco y ordenar su cabeza. 

Ismael asintió y no adentró en detalles. 

Elena se acercó un poco más a Harry y éste abrió la boca avergonzado. "Dios mío, lo siento. Que mal educado." Miró a la mujer, quien tenía una sonrisa despreocupada, y luego al empleado.

 "Ella es Elena, es mi....uhm...bueno...mi...." Elena rodó los ojos, sonriente, y supo entender. 

"Soy una reciente amiga de Harry." Respondió, mirando a Ismael, con su mano apretando la del contrario. Éste asintió, algo confundido pero alegre por ver de nuevo al rizado. 

"De acuerdo." Ismael dio un palmada divertida para llamar la atención. "¿Qué van a tomar? Tenemos una carta exquisita"  

Ambos sonrieron y Harry habló. "Lo de siempre." El chico hizo una mueca. 

"¿No te gustaría probar algo más? Sabes que nos traen un té diferente cada dos meses y ya no sé como sacarlos a la venta." Una risa salió de sus labios. Era un chico divertido, con las intenciones bien claras. 

"No, gracias. Prefiero lo que siempre tomo, Ismael." 

Ismael asintió resignado, mirando a su segunda oportunidad con ojos marrones y nariz roja. Tal vez Elena se anime. Y como si de lectores de mente se trataran, así fue. 

"A mi no me importaría dejarme engatusar por un té internacional de esos." 

Ismael sonrió a lo grande y en minutos ambos acordaron el segundo pedido.  

"¿Dónde nos sentamos?" Preguntó Elena, apoyada en la barra, esperando. 

Harry miró hacia su alrededor, había mucho sitio libre. Había tenido suerte esa hora. Y aunque hubiera deseado enormemente no haber posado sus ojos esmeralda en aquella mesa del fondo con dos sillones compartidos, ya era jodidamente tarde. 

Aguantaría, había ido a ese lugar por elección propia y no huiría de nuevo. 

"Lo tengo." Respondió decidido. 


"Wow, esto está exquisito." Elena dio dos sorbos más al Café Caramel Macchiato. "Creo que este sitio se merece ser agregado a mis favoritos." Sonrió. 

¿Nos conocemos?  (L.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora