—Así que todo este tiempo que estuviste raro al hablar de la jefa es porque te gustaba, ¿no?—preguntó Maizono.
—¡No! Al principio todo se desarrolló como un gran respeto. Pero, ahora...
Ella sonrió.
—Ya veo. Así que mi mejor amigo está enamorado. ¡Eso es algo que celebrar. Además, todo hay que decirlo. Esa mujer... es una belleza. ¿Temible e intimidante? Puede. Pero así deben gustarnos las mujeres, ¿no crees?
—¡¿GUSTARNOS?! Maizono, ¿hay algo que no me hayas contado?
La peli azul asintió.
—Mukuro Ikusaba. La asignada a las operaciones de empresa peligrosas. Es... una belleza.
Naegi sonrió.
—La he visto. Una mujer de pocas palabras, sí.
Maizono tenía las mejillas al rojo vivo.
—Es muy dulce. Le pedí una cita el otro día para ir a tomar un café y la aceptó con mucha elegancia. Aunque su hermana no es muy de mi gusto. No me gusta como la trata. Es muy insensible teniendo en cuenta lo dulce que es Ikusaba con ella.
Naegi solo pudo decir:
—Enoshima es así, supongo. Eran huérfanas, así que creo que es su manera poco ortodoxa de pedir atención.
—¡Me da igual! Quiero que trate a mi futura esposa bien.
Él negó con la cabeza.
—Un par de citas y ya quieres casarte. A eso le llamo yo flechazo.
Maizono se limitó a decir:
—Con ella me siento en una calma inalterable. ¿Te pasa a ti... lo mismo con Kirigiri?
Naegi asintió instintivamente.
Y es que era verdad. Kyoko Kirigiri le transmitió paz desde el momento en el que creyó en él, en el que no le dio la espalda. En el que, en vez de verlo como un superviviente a una tragedia, lo vio como un chico alegre y con ansias de trabajar para conseguir sacar su vida adelante.
—Me gusta que a veces me quedo en silencio a su lado y no necesito rellenar esos huecos. Me gusta observar sus cabellos lavanda, recogidos en esa perfecta coleta que siempre lleva. Esos guantes ceñidos a sus manos, esa mirada amatista que me vuelve loco...
Maizono le miró con ternura.
—¡Ay, que alegría! ¡Que monada de parejita! Sois adorables, en serio...
Naegi no pudo evitar reír. Ella frunció el ceño.
—¿Qué te hace tanta gracia?
Él sonrió.
—Es solo que... me hace gracia las vueltas que da la vida.
—¿A qué te refieres?
—Pues a que nunca me imaginé que acabaría hablando de la mujer más hermosa que he visto con mi amor del instituto.
Maizono abrió los ojos.
—¡No me digas! ¡Tú a mí también me gustabas!
Ambos rieron, divertidos por la situación. Naegi fue el primero en hablar tras la ronda de carcajadas.
—Creo que somos demasiado parecidos para estar juntos.
Maizono asintió.
—Necesito el silencio y la elegancia de Ikusaba para complementar todo el manojo de nervios que soy.
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¡A sus órdenes, jefa!
FanfictionMakoto Naegi es el único adulto de su familia desde que sus padres murieron. Para cuidar de su hermana Komaru deberá encontrar un trabajo, el cual encontrará en la empresa que es dirigida por una "mujer sin sentimientos". Kyoko Kirigiri es una mujer...