Capítulo 20: Año Nuevo

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Diciembre 31, 1976

Calle de La Hilandera

Sala de estar

10:15 a.m.

—Aún no me has contado nada de lo que pasó el 24 con esa chica—una mujer delgada y de apariencia tranquila se había acercado a Sev con una taza de té.

Eileen Snape, de soltera Prince, tenía el cabello negro oscuro y un poco alborotado considerando que no ha tenido algo de tiempo para arreglárselo. Sus ojos eran negros y se veían cansados. Su piel era cedrina al igual que la de su hijo, por lo que en aquellos momentos había tomado un tono un poco grisáceo.

Sev rio y negó despacio. Aún era temprano aquel día, debían ser las 10 de la mañana. Eileen había hecho un esfuerzo para que el desayuno de su hijo fuera algo especial, aunque se trataba de un trozo de pan duro y un huevo revuelto algo mal hecho. Tal vez no era el mejor desayuno a primera vista, pero Sev sabía que su madre lo hacían con mucho amor.

Su madre se encontraba más habladora y Sev más alegre. Con esos dos detalles se podía asumir que su padre estaba en el trabajo y no lo tendrían que ver hasta después de las seis.

—Pues me sentí mal por haberme ido y no haber evitado que él te hiciera daño—admitió él suspirando—. Además, no hay mucho que contar.

—Sev, no deberías culparte por eso y lo sabes, en especial porque yo sé que el apartarte de ahí lo haces por no salir lastimado—suspiró y negó mirándolo—. Además, claro que hay que contar, no volviste hasta la mañana siguiente—levantó las cejas sonriendo de lado.

—¡Mamá!—Sev negó apenado mirándola—. Sólo la acompañé, se quedó en un hotel esa noche porque ella vive lejos y no había taxis.

—¿Y la sonrisa idiota con la que entraste?

—¿Con la que me regañó papá? Eso fue un...sí, no tengo nada, no pasó nada, sólo me sentía muy feliz.

—Entonces ella no es sólo una amiga.

—Por ahora, lo es.

—Por ahora—señaló Eileen sonriendo.

—A lo que pienso cómo declararme, así será.

—Planeas mucho, deberías sólo hacerlo.

—Mamá...

—Es que es verdad—ladeó la cabeza mirándolo—. Si lo piensas mucho, podría no ocurrir.

—Ya, pero quiero que salga bien.

—Ya, pero cuéntame de ella que nunca me dices bien.

—Se llama Stella, es de Gryffindor, es bastante divertida y linda.

—¿Ella es zanahorias?

—Sí—rio despacio.

—Sev ¿Por qué le dices zanahorias?

—No debería decirlo, es un secreto.

—Pero vamos, soy tu mamá, no es como si pudiera decirle a alguien más—dijo y rio—. No tengo muchos amigos, no le diría a tu padre por claras razones, así que soy de confianza.

—Bien, es que Stella se puede convertir en un conejito gris.

—Que lindo suena—asintió riendo despacio—¿Y te gusta desde hace mucho?

—Creo que sí, aunque me di cuenta hace poco...no sé ¿Tú recuerdas cuando te hablaba de Lily?

—Sí, así es.

La Noble Casa BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora