Somos más que eso

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Alice POV:

Habían pasado casi cuatro semanas desde el accidente, Hayley permaneció dos semanas sin reaccionar a los tratamientos; a la tercera semana, Hayley despertó. Íbamos todos los días a verla, aun en las primeras semanas, cuando era como si no estuviera. Hoy podría salir del hospital, no sin antes hablar con el doctor; mientras esperábamos a que él nos diera las indicaciones, estuvimos viendo un álbum de fotos de hace pocos años. Era notable el cambio, tanto físico como personalmente, ¿Quién diría que terminaríamos de esta manera?

-Muy bien- apareció el Doctor Harllen- Según las observaciones, la señorita Ingrind está bastante bien- comento observando su carpeta- Pero, la contusión trajo consigo ciertos efectos. Es muy probable que no recuerde ciertas cosas, que en poco tiempo se aclararan, por lo que no hay que preocuparse. Hay que intentar que no haga mucha actividad física y evitar el contacto con el sol por unos días- nos sonrió- Aparte de todo eso, está en perfecto estado...

Mientras los chicos les hacían varias preguntas, empecé a pensar en que tan grande seria la diferencia en nuestras vidas si uno de nosotros falleciera. No podría estar sin uno de ellos, en especial sin Hayley; la conozco desde que teníamos cinco años de edad.

*Flashback*

Estaba jugando a las escondidas en el patio trasero de la escuela con los demás niños. Mientras buscaba un buen lugar para esconderme, tropecé con una niña que se encontraba detrás del arenero, era la única niña que nunca jugaba en el receso; siempre permanecía sentada, apartada de todos y en silencio. La niña tenía cabello bronce, unos enormes ojos verdes y algunas pecas.

-Lo siento- me disculpe- ¿No quieres venir a jugar con nosotros?- la niña negó de manera tímida- Vamos, son las escondidas, te divertirás.

Luego de insistir, la convencí.

-Escondámonos en el aula de arte- dije tomándola de la mano para dirigirnos a dicho lugar.

-No, no debemos entrar a las aulas hasta que se acabe el receso- contesto nerviosa.

-Anda, nadie lo sabrá.

Nos escondimos frente a los estantes de pinturas, brochas y esas cosas. Permanecimos unos minutos esperando que nos encontraran...

-Por cierto, me llamo Alice, pero puedes decirme Lily- le susurre sonriente.

-Mi nombre es Hayley- me respondió en voz baja.

-Me agradas, seremos amigas- le comente y Hayley me sonrió débilmente. Escuche unos pasos acercarse a la puerta- ¡Ven, escondámonos detrás de los estantes!

Al ubicarnos tras los estantes, accidentalmente chocamos con los mismos, lo que provoco que estos se cayeran al suelo, derramando toda la pintura que contenía y demás materiales. La maestra apareció por la puerta, furiosa, mientras Hayley y yo estábamos cubiertas de pintura.

*Fin Flashback*

Desde ese entonces Hayley y yo éramos inseparables. La conozco muy bien y ella me conoce bastante. Mire por la ventana, se podía observar todos los autos, las personas caminando por el pavimento, las casas, edificios... Cada decisión que tomamos, interfiere en nuestras vidas; todo lo que hacemos, no se puede retroceder y cada persona que conocemos, marca nuestra vida de cierto modo... Hayley marco la mía, de la mejor manera posible

-¿En qué piensas?- me preguntó Hayley mirando por la ventana.

-En ti... en mí... en nosotras- le contesté mirándola. Regrese mi mirada a la autopista- Mira a todas esas personas Hayley. Despiertan, van a trabajar, vuelven a casa y duermen; para repetir esa rutina día tras día. No disfrutan sus vidas, solo ven preocupaciones, deberes, compromisos y más trabajo. Eso no es vivir, es subsistir- dije recostándome en el ventanal- Detestaría que alguno de nosotros se convirtiera en esas personas.

Shooting Star, segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora