EL HONOR DE UNA DAMA

CAPITULO 22

EL HONOR DE UNA DAMA
CAPITULO 22
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Terrence decide de una vez abordar a ese malnacido que bien había osado darles cacería. Quería respuestas claras e iba a usar los métodos necesarios para ello, toma una silla y la coloca frente suyo para él sentarse con las piernas cruzadas y reposando la espalda en el respaldo. Candy lo ve cambiar de gesto, parecía verse calmado pero en el fondo sabía que era una farsa, Terry era un verdadero lince que vigilaba de forma sagaz a su presa, con mirada fija y respiración lenta, sus manos sobre que aunque escondidas en cualquier momento lanzaría zarpazos a quien sea.

En toda esa calma, El Lince examinaba a su presa dispuesta a matar.

—Bien, se me considera un hombre de paciencia. Lo cual no puedo acertar ya que la paciencia no es precisamente una virtud que el ser humano pueda mantener activa todo el santo día. Y sin embargo, henos aquí.. —Ladea la cabeza de un lado a otro sin dejar de mirarle —A veces la paciencia trae frutos y deben ser aprovechados al máximo. Así que, para demostrar que yo si se tomar ventaja de esos frutos, te pediré de buena manera que nos digas ¿Quién eres? ¿Dónde está William White? Y quizás, lo que más espero saber ¿Quién es el sujeto detrás de todo esto?

Le arrebata la mordaza de la boca al sujeto, este emite un jadeo al sentirse liberado, alza la mirada para ver a Terry. En efecto, ese era el muchacho que había alterado a su jefe por motivos que él no podía adivinar, y que por ello había ordenado quitarlo del camino a cómo de lugar.

Pero ahora, los papeles se habían invertido.

—Vamos. Estamos esperando una respuesta. —Terry sigue insistiendo, pero el hombre no habla en lo absoluto —¡Vaya! En serio que pensé que ibas al menos a decir algo, dado que no estás en la mejor situación.

—No va a decir nada. Está encubriendo —Acota Archie quitándole el seguro a su bayoneta —Habra que tomar medidas drásticas.

—Para eso está usted, oficial.

—¿Qué estás sugiriendo?

—Usted es el que sabe cómo sacar de buena manera información. Así que, le invito a que usted, intente sacarle información con mano suave antes de que llegue yo y empiece a usar los juguetes del buen doctor Stear —Acota Terry sacando de su bolsillo algo similar a una tenaza que tenía melladuras en sus bordes —¿Saben algo? Siempre he querido sacar un diente. Pero aquí el experto puede que sea usted, oficial.

Le extiende la tenaza a Archie y este no puede evitar abrir los ojos ante lo que Terry estaba sugiriendo.

—¿Estás loco? No voy a torturarlo.

—¡Oh vaya! ¿Eso es ética de soldado? No me haga reír —Se burla Terry entre risas.

—Por Dios Santo ¿Tanto protocolo para que esté desgraciado hablé? —Candy se acerca a él pero Terry la detiene tomándola suave de la mano.

—Con calma, Lady Candice, entiendo que está desesperada, pero a estos tipos hay que tratarlos como se merece —Terry va soltando a Candy para levantarse de la silla dando pasos lentos, y posterior se gira para propinarle un golpe en la nariz al sujeto que no tarda en arrojar un quejido doloroso.

—¡Agh!

—Tenemos todo el día. Y apena estamos empezando.

—¡Pudranse! Todos ustedes.

—¡Oh! Al menos sabemos que no es mudo. Y como no lo es, he de exigir que nos diga todo lo que queremos saber.

—Muchachito, el precio sobre tu cabeza es valioso. Te aseguro que apenas salga de aquí te entregaré en bandeja de plata —Amenaza el sujeto haciendo un sonido extraño con su boca.