Mizuki's dream

La caléndula dichosa oscila en su calvario, masoquista se marchita en soberano Octubre, lo níveo de tu piel...

No hay perfume, no hay traición; todo tomó su rumbo a la desesperación.

Niño escucha y la derrota no será tan penosa. La suave brisa cubrirá tu aroma y se lo llevará lejos de tus noches.

El rojo que te proyecta se hunde en tú orgullo... Quema tu dicha y tu futuro exhibicionista atrapa la deshonra que has de marcar en tus pasos. No te detengas, suspira y sonríe a quien manchó el dorado profundo en tus ojos.

La tentación a corrompido tus días, tus pensares e incluso a logrado atrapar tu corazón ¿Amor? Lo que sientes no es más que la tibieza del pasado abrigarte. He aquí tu depredador al acecho profanando tus pensamientos. El gélido del vaho caer sobre la fineza de tus dedos se desmorona al igual que tu cordura.
Deja de pensar, no intentes olvidar... Olvidar es de cobardes y la vida nunca da terceras oportunidades... Suelta las cadenas que rigen a tú pecho. El triunfo está en esas palabras que tanto dedicas a borrarlas de tus labios... Sin arrepentimiento deja que te seduzca, permítele que emane como la sangre que se desborda y agita sobre tus mejillas.

La máscara de mentiras te dirige vacilando a la ruina ¿Ruina? El frío guardado en ti desconoce la verdadera desdicha. Capricho agudo desenfunda tus malcrías, rompe tú camino... Cubre con el manto de infortunio a aquel que sin esmero roba de tu aliento.

No importaba cuanto lo observara a lo lejos, quedaba en tormentos el poder concederle un poco de sus pensamientos, hacerle entender lo mucho que significaba para él permanecer a su lado... Y así es como una rosa se ha de marchitar al inicio del invierno. Aoba siempre fue de esas personas que sin importar el qué ponía una mano para ayudarte... Pero algo cambió en este cuando la adolescencia pisó a su puerta... Mizuki lo supo y creyó que sus más primitivos pensamientos lo alejaban de la realidad, pero más que eso su fuerza de voluntad se vio abajo cuando aquel que se hacía portador del apodo "Sly Blue" se adueñó de sus sueños, dejándolo a merced de un sentimiento que lo consumía cada mañana al despertar. El deseo de tocarlo... El anhelo de tenerlo entre sus brazos y estrecharlo en calma hasta que sus más lastimeros miedos se esfumaran.... Cariño traicionero ¿Qué le has hecho a este corazón perdido?

Una vez más su local vacío, por fin el estrés del trabajo terminó al menos hasta esa noche. El Rib que procuraba tanto lo mantenía ahora fuera de sus cavilaciones dejando lugar al joven de cabellera azulina... No faltaba mucho para que este pisara en su local pidiendo un trago como ya le era costumbre todos los viernes en la noche, y con suerte esta vez no traería golpes consigo... Calaba, quemaba y se rompía en cuanto el morado en su piel se dejaba ver bajo la casaca ajena, pero no podía hacer nada al respecto, Aoba prefería hacer todo solo y el saber que este probablemente le entregara sus labios a otros le acogía un desconsuelo que entre pesadillas lo acompañaba a diario... Le quería y no solo eso... Se perdía como tonto enamorado en los dorados del menor.

- ¡Hey Mizuki! prepara el vodka necesito un buen trago joder... que problemático enserio necesito embriagarme-

Y ahí estaba esa voz austera encendiendo su sonrisa de golpe y así como el Seragaki pidió sirvió un par de vasos de su bebida favorita, pero algo distinto le palideció... Una marca roja sobre el cuello impropio perdiéndose justo en la marcada clavícula. Tragó su furia con bastante esfuerzo y por consiguiente terminó apretando los vasos que sostenía. Respiró hondo antes de entregarle al menor el vodka y a regañadientes ignoró aquella mancha que sobresalía sobre la piel nívea. Bebió de un solo trago todo y por fin se dignó a darle palabra.